La rebaja arancelaria decretada por el gobierno el sábado pasado es un triunfo rotundo de los sectores más extremos del neoliberalismo. Deben haber destapado muchas botellas de champagne francés en Comex y en todos los gremios importadores.
La rebaja arancelaria debe ser derogada por varias razones. Primero, es una apertura unilateral del mercado interno, a cambio de nada. Se sabe que las negociaciones comerciales internacionales se realizan bajo el principio de la reciprocidad: \\\"yo bajo mis aranceles a tus productos, tú bajas tus aranceles a los míos\\\". Pero si nosotros abrimos unilateralmente, partimos de un piso más bajo en la negociación con terceros, lo que implica que en cualquier negociación futura tenemos que ceder más mercado.
Segundo, la apreciación del sol frente al dólar ha sido de más de 15% en los últimos dos años, lo que supera los montos de rebaja de los aranceles. ¿Para qué rebajarlos, entonces? Además, las importaciones de todo tipo están aumentando a más del 20% anual, ayudados por la rebaja de aranceles del año pasado. ¿Para qué más velocidad?
El gobierno dice la demanda de importaciones frenará la caída del dólar. No es cierto. Las importaciones totales sumaron US$ 14,800 millones el año pasado. Suponiendo que aumenten un 20% adicional por esta rebaja (lo que es demasiado), tendríamos US$ 3,000 millones adicionales.
¿Cuántos dólares ha comprado el BCR este año? Más de US$ 7,000 millones y, sin embargo, sigue cayendo.
El gobierno dice que con la caída de aranceles se importarán alimentos más baratos y caerá la inflación. Ese es el único tema que le interesa a García: que su popularidad no siga bajando. Pero eso también es falso. En el Perú los mercados están superconcentrados. Veamos lo que sucedió en el 2001 con los medicamentos contra el cáncer y el sida: la Ley 27450 les rebajó a 0 el arancel de 12% y eliminó el IGV. Resultado: el Ministerio de Salud constató que \\\"solo el 8% del total de medicinas bajó de precio, lo que se debe al carácter oligopólico del mercado\\\" (www.cristaldemira.com, 7/7/05).
Lo mismo le dijo Dionisio Romero a Vladimiro Montesinos en 1999 en la salita del SIN cuando fue a pedir la rebaja del arancel al trigo de 25 a 12.5%. El argumento de Romero era que la rebaja ayudaría a la reelección de Fujimori. Pero, añadió, \\\"no te puedo prometer que el pan va a bajar. Pero la presión del precio de la harina se la quito\\\" (\\\"Tengo un temita, que es de mi bolsillo\\\", www.cristaldemira.com, 11/4/04).
En el Perú la regla es que 2 o 3 empresas concentren el 60 a 70% del mercado. Es el caso en los fertilizantes, los combustibles, el aceite. En el mercado lácteo, el Indice de Concentración, según Indecopi, es 5,350 (se considera que 1,000 es no concentrado; de 1,000 a 1,800 es medianamente concentrado; más allá de 1,800, indica alta concentración de mercado; en 10,000 hay monopolio). En las gaseosas, siempre según Indecopi, el Indice pasó de 2,000 a 4,339 del 2002 al 2005, como producto de las adquisiciones y fusiones (Boletín #1, diciembre 2005, p. 10).
Hay más y quizá sea lo principal: la rebaja de aranceles permite la entrada de productos agrícolas subsidiados por los países industrializados, lo que ha causado la ruptura de las negociaciones en la OMC y fue el centro de las discrepancias en el TLC con EEUU. Además, se rebaja el arancel a productos lácteos, café, calzado, entre otros. El \\\"argumento\\\" es que se beneficiará a los consumidores (lo cual no es cierto, como hemos visto), pero en la realidad se perjudica a los campesinos y a la industria nacional.