Después de una larga y tensa espera y en medio de rumores y especulaciones –incluso, de celebraciones adelantadas por parte de los fujimoristas- la justicia chilena acordó la mañana del viernes 21 de setiembre la extradición de Alberto Fujimori, el cómplice y siamés de Vladimiro Montesinos, por dos delitos de lesa humanidad por violación de derechos humanos y cinco casos de corrupción.
La noticia fue recibida con satisfacción por los familiares de las víctimas de la matanza de los alumnos y un profesor de La Cantuta –uno de los casos por los que tendrá que responder-, por las organizaciones defensoras de los derechos humanos, organizaciones sociales que han estado exigiendo y movilizándose por lograr la extradición, y por las organizaciones de las víctimas de guerra sucia.
El sábado 22 de setiembre, un avión de la Policía Nacional trajo de regreso al Perú a quien durante su gestión instaló una dictadura corrupta, criminal y violadora de los derechos humanos; y que luego huyó cobardemente del país para luego renunciar por fax a la presidencia desde su primer refugio, el Japón. Casi dos años permaneció en Chile Fujimori, quien en su intento de burlar la justicia pretendió hacerse elegir senador del Japón.
Los dos casos por violación de los derechos humanos por los que tendrá que responder Fujimori, son la matanza de Barrios Altos y La Cantuta; en tanto que los cinco delitos de corrupción aprobados por la Segunda Sala Pena de la Corte Suprema de Justicia de Chile se refieren a los casos de los congresista tránsfugas, compra de tractores y medios de comunicación, por la indemnización de 15 millones de soles a Montesinos, allanamiento y tortura en las instalaciones del SIN.
En Lima, los familiares de las víctimas de La Cantuta, han anunciado realizaron un plantón frente a la Embajada de Chile para agradecer a ese país por haber entregado a Fujimori. Una de las familiares señaló que de alguna manera, con este plantón también están haciendo pública su decisión de estar vigilantes al proceso que se le debe iniciar al corrupto ex mandatario en la justicia peruana.
La justicia chilena ya cumplió con el rol que le correspondía en este caso. Ahora todo estará en manos de la justicia peruana. Este hecho marca sin lugar a dudas un antecedente histórico en la lucha por la justicia y la defensa de los derechos humanos y contra la corrupción. Estamos ante la oportunidad histórica de dar una lección al mundo, que la justicia tarda pero llega. La CCP se suma a esta esperanza.