Bolivia, Venezuela y Cuba, entre los primeros en sumarse a esta cruzada

2007-10-12 00:00:00

Es indudable que la ayuda solidaria de muchos países del mundo, ha sido una de las expresiones más destacables luego de producido el terremoto que asoló sobre todo el sur del país. Esta valiosa ayuda ha contribuido a atenuar en algo las inmensas necesidades de decenas de miles de damnificados que requerían alimentos, agua, abrigo, en primera instancia; y luego suplir otras necesidades pues lo perdieron todo.

El primer avión con ayuda a nuestros hermanos de Ica, llegó de Bolivia, una muestra concreta de la solidaridad del pueblo y el gobierno bolivianos, y reafirmando la histórica hermandad entre ambos pueblos. Luego se fueron sumando los aportes de otros países como España, país que además contribuyó con personal especializado en las tareas de rescate; personal, que dígase de paso fue luego maltratado por las actitudes soberbias e intolerantes del presidente Alan García.

Hay que destacar también el apoyo que llegó desde la Patria de Fidel, el Che y Camilo. El digno pueblo cubano envió una delegación de solidaridad, con una ayuda valiosa que ha consistido en 2 hospitales de campaña equipado con salas de operaciones, material quirúrgico, medicamentos, equipos especiales e insumos para la atención de los damnificados; y 64 profesionales de salud, entre los que destacan especialistas en cirugía, traumatología, anestesiólogos, laboratoristas, radiólogos, internistas, pediatras, gineco-obstetras, medicina general integral, epidemiólogos, enfermeras, técnicos de diversas especialidades, entre otros.

El gobierno y el pueblo venezolano también se hicieron presentes con su valioso apoyo tanto alimentario, como con equipos, carpas, incluso con recursos económicos para atender a los miles de damnificados. Ni siquiera la malsana campaña de los diarios de la derecha logró opacar la valiosa colaboración que ha enviado el gobierno venezolano y su presidente Hugo Chávez, pues la solidaridad de estos pueblos hermanos está por encima la miseria que anida en los mentores de estos medios de comunicación al servicio del neoliberalismo.