El departamento de Ica, no es solo agroexportación. Su principal y mayor producción proviene de la pequeña agricultura, a la que las autoridades parecen no darle importancia, pues luego del desastre natural, la preocupación del gobierno giraba en torno a cómo recuperar las agroexportaciones. Como si la producción que se destina a alimentar al pueblo peruano no tuviera para ellos la mínima importancia, una muestra más de la incapacidad de las autoridades del sector para comprender la naturaleza de la agricultura peruana y el rol que juega la pequeña agricultura familiar y campesina.
La información que han brindado los dirigentes agrarios de Ica de APPAVI y ANPAL, son apenas preliminares. Es un hecho, que en cuanto se complete la información, los daños serán inmensos en la pequeña agricultura, tanto en Ica, como en las comunidades campesinas de Huancavelica y Ayacucho, que en un primer instante no se les tuvo entre los principales damnificados.
Por ello, la CCP, al tiempo que reitera la exigencia de atender de inmediato las más urgentes necesidades de las familias campesinas, tomar otras acciones orientadas a recuperar la capacidad productiva de las miles de familias campesinas y productoras que se han visto afectadas por el terrible terremoto que afectó principalmente a los departamentos de Ica, Huancavelica y Ayacucho.
Una primera medida en este sentido, es diseñar y poner en marcha un Programa de Emergencia para rehabilitar y recuperar la capacidad productiva de la pequeña agricultura, que es la base de la economía de cientos de miles de familias del departamento de Ica, Huancavelica y Ayacucho. No podemos permitir, que en medio de la tragedia, los campesinos, los pequeños agricultores, los hombres y mujeres que labran la tierra y alimentan al pueblo, sufran una vez más la marginación y la exclusión. Por ello, para diseñar este programa, el gobierno y el ministerio de Agricultura, convoque a las organizaciones gremiales de los productores, así como a instancias de apoyo técnico, para garantizar que esto no resulte siendo un aparato burocrático y de clientelismo del aprismo.
En segundo lugar, que este programa sea dotado de los recursos necesarios por parte del Estado, para lo cual se requiere aprobar créditos suplementarios para el sector Agricultura. Además, se debería destinar parte de los cánones y otros ingresos extraordinarios para atender la agricultura.
De igual manera, se requiere la conformación de un fondo de crédito para garantizar financiamiento a los agricultores y a las comunidades campesinas, para que recuperen su capacidad productiva. Al mismo tiempo, un programa de dotación de semillas, pues no hay que olvidar que en el caso de los campesinos de las alturas huancavelicanas y ayacuchanas, vienen de sufrir las consecuencias del friaje. Otra de las medidas que se requiere tomar es el pago urgente de los subsidios por la cosecha de algodón que aún se les debe a los productores de Ica, Pisco, Cañete y Chincha.
Estas son algunas medidas urgentes que se debieran tomar, pues las medidas de fondos tienen que lograrse con la acción organizada de la población y el campesinado, para cambiar este modelo económico, realizar una reforma tributaria, aplicar la ley de regalías, así como aprobar el impuesto a las sobreganancias de las mineras y petroleras, en vez de estar mendigando óbolos voluntarios como lo viene haciendo Alan García y Jorge del Castillo.