En medio de las dificultades que afrontan el movimiento social y popular en general, y la organización campesina en particular, es importante rescatar los importantes esfuerzos y avances que se vienen dando como parte del proceso de recentralización y fortalecimiento del movimiento social y campesino. Y la CCP, indudablemente ha jugado un rol importante, pues ha sido impulsora de algunos hechos que marcan el retorno del movimiento social al escenario político.
Es importante también remarcar que este proceso no ha sido sencillo, y que en medio de todas las dificultades que se dieron en su seno, el X Congreso Nacional de la CCP del 2005, nos ha marcado el camino que hoy transitamos, y que no es otro que la reafirmación de nuestra vocación gremial y política que apunta a contribuir a resolver los problemas históricos del agro y el campesinado, como una condición necesaria para la transformación social del país, para encaminarlo por la senda de la equidad y la justicia social.
Un hecho fundamental luego del X Congreso Nacional, ha sido la conmemoración de los 60 años de vida institucional de nuestra gloriosa CCP, el pasado 11 de abril, pues esta fecha permitió reafirmar nuestra orientación de lucha por la tierra y el poder, por la defensa de las comunidades campesinas y de los pequeños productores agropecuarios del país.
Pero al mismo tiempo se reafirmó en sus nuevas orientaciones de cara al nuevo milenio, como son la defensa de los recursos naturales cuyo primer eslabón es la defensa de la tierra-territorio y del agua como bien de dominio público; de la soberanía alimentaria basada en la biodiversidad genética de nuestra montaña andina; y finalmente, de que otra integración es posible, basada en la equidad como parte de una globalización incluyente.
Hay un segundo que no puede dejar de mencionarse no solo por trascendencia en la lucha campesino, sino porque procede de una de las zonas o departamentos emblemáticos en la lucha por la defensa y vigencia de los derechos humanos, y hoy en la lucha contra la pobreza y la miseria. Nos referimos a que el pasado 9 de mayo en la ciudad de Ayacucho, se realizó exitosamente el II Tupanakuy – un encuentro de más de 600 presidentes y dirigentes comunales de todo el departamento de Ayacucho- organizado conjuntamente por la CCP, la CNA y CONACAMI.
En este importante cónclave campesino, se acordó convocar y preparar el Paro Nacional Agrario Campesino e Indígena para los días 11 y 12 de julio del 2007, cuya plataforma, entre otros, está encabezada por la exigencia de la convocatoria a una Asamblea Constituyente, por la defensa de los recursos naturales, el impuesto extraordinario a las sobreganancias mineras, solución a la crisis agraria en particular de los pequeños productores y la revisión integral del TLC. A este evento también concurrieron el Embajador de Bolivia, Franz Solano, de las congresistas Juana Huancahuari, Hilaria Supa, Susana Vilca; la parlamentaria andina Elsa Malpartida, y el presidente de CONVEAGRO, Luís Zúñiga.
Es importante remarcar que en este II Tupanakuy, también se acordó expresar su solidaridad con los ocho congresistas que hoy son amenazados por el fuji-alanismo, por tratar de evitar en junio del año pasado 2006, que se consagre en el Congreso de la República la vergonzante ratificación del Tratado de Libre Comercio, TLC, con el gobierno del guerrerista George Bush. Este mismo evento respaldó también las posiciones de dichos congresistas que se condensó en la orientación de No al TLC, por ser un tratado que impide los cambios que el país requiere.
Otro elemento que es importante destacar pues expresa también los avances en la articulación de las fuerzas urbanas y populares con el ámbito rural, es el acuerdo de la reciente Asamblea General de la CGTP de convocar a una Jornada Nacional de Lucha para el día 11 de abril, coincidiendo con el primer día del paro agrario. A esta articulación también contribuye la decisión de la Federación Nacional de Trabajadores Mineros y Metalúrgicos del Perú, de dar continuidad a su huelga nacional el 3 de julio de no alcanzar un acuerdo satisfactorio en el periodo de 60 días de negociación, tal como se acordó el pasado 3 de mayo en las negociaciones con la ministra de Trabajo Susana Pinilla y el premier Del Castillo.
Y como las tareas organizativas deben ir de la mano con los esfuerzos por fortalecer también las capacidades de nuestra dirigencia nacional y regional, para consolidar la solvencia de nuestros argumentos frente a las políticas neoliberales, los días 17 y 18 de mayo, la CCP y la Alianza Social Continental, ASC, realizaron en Lima un taller internacional para líderes campesinos de Colombia, Bolivia, Ecuador y Perú, cuya agenda estuvo alrededor del TLC con los Estados Unidos, el posible acuerdo comercial con la Unión Europea, así como el rol de la Organización Mundial del Comercio, OMC, y sus impactos en las pequeñas agriculturas de los países pobres.
De manera, que todos estos hechos deberán abonar necesariamente el camino de la recentralización del movimiento agrario y campesino, y su articulación al conjunto del movimiento social, y uno de sus tramos primeros y fundamentales, será este 11 y 12 de julio, cuando las fuerzas agrarias, campesinas e indígenas vuelvan a la lucha directa en defensa de sus justos derechos y en contra de las políticas neoliberales del gobierno aprista que solo significan mayor pobreza, exclusión, pérdida de soberanía y entrega de nuestras riquezas a la voracidad del capital transnacional.