2003-10-29 00:00:00

  La CRYM, una emblemática organización de mujeres
Diversa y compleja es la problemática que afrontan las mujeres campesinas; tan diversa como las respuestas y alternativas que desde ellas mismas han venido forjando para superar esta situación. A lo largo y ancho del Perú y a diario, desde hace muchos años vienen gestándose experiencias de mujeres campesinas, que se organizan para buscar responder a sus necesidades cotidianas y de sobrevivencia. Pero han avanzado mucho más allá, pues muchas de estas organizaciones buscan combinar estas respuestas con otras necesidades, como la de organizarse, la de luchar por sus derechos civiles, políticos, económicos y culturales.
Una de estas experiencias nació en el centro del país, en las comunidades bañadas por el río Mantaro, cuando se funda la Asociación de Mujeres del Valle del Mantaro, quien tuvo entre sus principales impulsoras a una destacada dirigente, Bertha Amao, hoy Secretaria Nacional de Derechos Humanos de la Confederación Campesina del Perú, CCP; quien fue su primera secretaria general. “Nuestra Asociación buscó desde un primer momento organizar a las mujeres campesinas no sólo del Valle del Mantaro sino de otros lugares. Por eso, cuando en el 8 de marzo de 1986, en el Día Internacional de la Mujer, convocamos nuestro primer congreso, asistieron más de mil 500 mujeres de los diferentes valles de Junín y de sectores urbano populares. Allí en ese congreso, se acordó pasar de una asociación a una Central Regional de Mujeres Campesinas y Barrios Populares de la Región Central, a la que pusimos como nombre Yachaq Mama”, nos dice ahora Bertha Amao.
Esta organización que constituye una de la más importante del centro del país, desarrolla dos ejes centrales de trabajo: desarrollo comunal, que busca brindar capacitación en liderazgo; y desarrollo microempresarial, cuya finalidad es impulsar experiencias productivas. “En esta última área estamos en la actualidad impulsando la experiencia de los molinos de granos, los mismos que funcionan con un programa de crédito que nos da la institución Separ”, explica Bertha Amao, quien ahora es asesora de la Central de Mujeres y sigue siendo una de sus más entusiastas impulsoras. Al igual que otras experiencias productivas, la comercialización sigue siendo uno de los principales problemas que tienen que afrontar las “Yachaqmamas”, como le llaman cariñosamente a la organización. “Nosotros buscamos mantener la calidad de nuestros productos y por ello nuestros precios muchas veces están por encima de los otros molinos comerciales. Lo que pasa es que ellos rebajan la calidad para poder bajar los precios. Sin embargo, ahora contamos con el apoyo de diversas instituciones con las que tenemos convenios para comercializar nuestra producción. Pero tenemos que seguir luchando para hacer que los municipios y otras dependencias públicas también compren nuestros productos que son de calidad”, remarca.
“Yachaq Mama”, constituye también una de las bases principales de la Federación Departamental de Comunidades Campesinas e Indígenas de Junín, FEDECIJ y de la CCP; y han participado en diversas movilizaciones para demandar políticas agrarias y mejores precios para los productos campesinos. La perspectiva de género no está ausente en el trabajo de la Central de Mujeres, nos dice Bertha Amao. Ahora han integrado también a dirigentes varones en sus bases zonales, “pues el trabajo tiene que se conjunto, entre hombre y mujeres”, sostiene. La actual junta directiva de la Central es encabezada por María Camarena de La Cruz, como Secretaria General; a quien acompañan Rudy Castro, Juana Castro Entre otros. Se reúnen en asambleas mensuales y realizan un Consejo Anual, en tanto que su Congreso ordinario lo convocan cada dos años. En la actualidad cuentan con una oficina, atendida por turnos por una dirigente y una secretaria. Una importante experiencia de organización de las mujeres campesinas y una interesante alternativa productiva, la que vienen llevando adelante las “Yachaqmamas”.