Colombia: indígenas devastados por programas de fumigación

2007-05-04 00:00:00

Medellín, Mayo 2 de 2007

Comunidades indígenas del Bajo Cauca devastadas por los programas de fumigación aérea del gobierno nacional:

LA FUMIGACIÓN AÉREA INDISCRIMINADA POR PARTE DEL GOBIERNO NACIONAL PARA CULTIVOS DE USO ILÍCITO AMENAZAN LA PERVIVENCIA DE LAS COMUNIDADES INDÍGENAS ZENÚ DE LOS MUNICIPIOS DE EL BAGRE Y ZARAGOZA EN EL BAJO CAUCA ANTIOQUEÑO

La Organización Indígena de Antioquia - OIA denuncia a la opinión pública regional y nacional y a la comunidad internacional la situación de vulneración del derecho a la vida que viven las comunidades indígenas Zenú de los municipios de El Bagre y Zaragoza, departamento de Antioquia, por las aspersiones aéreas de glifosfato, veneno que también mata personas, y que se vienen realizando sin ninguna discriminación a sus bosques, cosechas, fuentes de agua y viviendas, gracias al programa de erradicación aérea de cultivos para uso ilícito del gobierno nacional, amenazando directamente la vida, no sólo por el contacto con el veneno que esparcen desde el aire, también por la pérdida de las cosechas de subsistencia como son el maíz, el arroz, el ñame, la yuca, el plátano, los frutales, y animales de corral y de caza, entre otros.

El Pueblo Ancestral Zenú, es de tradición agrícola, históricamente se ha enfrentado al despojo de sus tierras. Muchas de estas familias habitan desde hace más de 40 años el Bajo Cauca, provenientes principalmente del departamento de Córdoba y a pesar de su vulnerabilidad, subsisten por las cosechas que realizan en las tierras arrendadas por los terratenientes de la región. Cada año realizan dos cosechas que coinciden con el régimen de lluvia de la zona: una principal entre los meses de marzo y abril y una segunda en el mes de agosto, las cuales son guardadas y conservadas para la alimentación de sus familias durante todo el año.

Actualmente se están realizando las fumigaciones en el municipio de Zaragoza, envenenando y arruinado las cosechas principales de este año en las comunidades indígenas San Antonio del Boroco, Vegas de Segovia, y el Resguardo Pablo Muera, en un área estimada en 24 hectáreas, perjudicando a más de 120 familias Zenú, dejándolas prácticamente sin comida para el resto de este año.

El Resguardo Pablo Muera, por ejemplo es una comunidad habitada por unas 30 familias, en un territorio circundado de espesas montañas y compuesto de una agricultura de roza itinerante con cosechas que recién fueron sembradas durante los meses de marzo y abril por las familias que allí habitan, pero que se han perdido debido a las fumigaciones de esta semana en un área estimada en 12 hectáreas. Nada les ha quedado para su sustento.

Sabemos y también hemos denunciado la presencia de los cultivos de coca para uso ilícito, y las autoridades civiles y militares saben que esta es una actividad que se encuentra dispersa por es un problema social consecuencia del atropello, la exclusión y las nulas oportunidades que enfrentan las comunidades rurales con el actual modelo agrario del país, la agroexportación ha permitido que muchos pequeños y medianos productores que otrora, producían para sus mercados locales, regionales, hoy en día se enfrenten a políticas de importación de alimentos totalmente desleales, por los subsidios que reciben los agricultores en otros países, generando la pérdida de estos mercados y arrojando a las comunidades rurales a la oferta del narcotráfico y el paramilitarismo. Hoy la producción de estas comunidades enfrenta otro capítulo: el exterminio de sus cosechas de pancoger con las fumigaciones aéreas.

De manera urgente se le pide a todos los sectores sociales del país y a los amigos de los Pueblos Indígenas; agencias de cooperación, embajadas, universidades de otros países que exijan con nosotros el respeto a la vida de nuestras comunidades, y a las autoridades y organismos de control que se haga seguimiento y constatación de esta situación de vulneración del derecho fundamental a la vida de nuestras comunidades, para señalar a los directos responsables.

No queremos que se nos pisoteen nuestros derechos y el ejercicio de nuestra autonomía, nuestras comunidades son territorios de paz y la resistencia a estos modelos de desarrollo que atentan contra la vida de los Pueblos, es una posición fundamental para garantizar nuestra pervivencia.

Exigimos se nos respete la vida, nuestra autonomía y nuestro derecho a resistir.

ORGANIZACIÓN INDÍGENA DE ANTIOQUIA
COMITÉ EJECUTIVO