Constitución de Estados Plurinacionales y Sociedades Interculturales
Hace 514 años en el continente ABYA YALA (Tierra llena de Vida), se dio inicio al proceso terrorista de usurpación de las riquezas de nuestros territorios. Millones de hermanos muertos; la Allpa Mama desde entonces clama por justicia para sus hijos, el Inti Yaya irrumpe con su luz de justicia en el seno de los ayllus que de manera heroica han resistido a la conquista de los imperialismos de turno.
Por todos es conocido que lastimosamente en nuestro continente se implantó desde la conquista española un sistema excluyente, reflejo de la mísera situación ética, política, económica y cultural en la que se encontraba Europa. Esto repercutió en nuestros pueblos que fueron sometidos de manera violenta a esquemas antihumanos y alienantes, prueba de ello fue el desprecio a los pueblos originarios, y fundamentalmente a la mujer que fue considerada por los conquistadores como un instrumento para satisfacer sus más bajos instintos.
La invasión cultural, política, económica, socio organizativa y la profanación a nuestra Madre tierra aún no ha terminado. Hoy vienen los nuevos invasores y conquistadores de las oligarquías y del imperialismo norteamericano en sus renovadas carabelas neoliberales del FMI, el BM, los TLCs; las corporaciones transnacionales; la Deuda Externa injusta, inmoral e inpagable; las empresas privatizadoras y saqueadoras de los recursos estratégicos; las bases militares pro imperialistas; etc., a robar lo que les faltaba. Ya nos robaron toneladas de oro y plata que son las que salvaron la crisis económica y política por la que atravesaba el sistema feudal en Europa. Nos preguntamos ¿Dónde están esas toneladas de oro y plata llevadas a Europa desde los territorios de Abya Yala? ¿Cuándo será el día en que en algo reparen estos crímenes genocidas los estados que son herederos de esta afrenta y de nuestras riquezas? ¿En qué bancos se encuentran estas fabulosas reservas de oro y qué monedas son respaldadas por ellas? Los cómplices y encubridores todavía no han reconocido al menos las culpas de sus predecesores. El Vaticano ya pidió perdón por no haber hecho lo suficiente para evitar el holocausto del pueblo judío, ¿cuándo se pronunciará sobre su complicidad con el holocausto monstruoso de los pueblos de Abya Yala?
Los opresores de turno tienen con los pueblos de Abya Yala una Deuda Externa incuantificable. Por ello, si bien no pueden pagarnos los más de 70 millones de muertos, las miles de toneladas de oro y plata, y todo lo usurpado en estos siglos hasta la actualidad, al menos deberían dejar de cobrar a nuestros estados las deudas externas de las que se enriquecieron los oligarcas de nuestros países, porque es evidente que a los pueblos nunca ha llegado nada.
Por esto, para decir basta del saqueo inmisericorde, que ha sumido a Latinoamérica en la más inmisericorde pobreza, nos vemos urgidos a construir verdaderos sistemas democráticos, sin miseria, con justicia y equidad para todas y todos. De aquí que debemos continuar trabajando por la constitución de estados que promuevan la justicia política, económica, y reconozcan la diversidad cultural y el derecho a la libre determinación de los pueblos.
Nunca debemos olvidarnos que los invasores de hace 514 años triunfaron porque con astucia supieron crear la división en nuestros pueblos, mediante el ofrecimiento de migajas de poder corrupto y riquezas a algunos líderes indígenas de corazones míseros y traicioneros, que no dudaron en entregarse al servicio de los opresores para vergüenza de nuestros héroes que honraron con sus vidas, la historia de nuestros padres. Hoy el neoliberalismo pretende hacer lo mismo, comprar conciencias de líderes para que estén a su servicio a cambio de cuotas míseras de poder y riqueza corrupta y corruptible. Hoy nos congregamos para renovar nuestros propósitos firmes, de ser coherentes con la vida y sangre derramada por nuestros ancestros, y la única manera de honrarles es con la inclaudicable lucha de los pueblos indígenas, en alianza férrea con otros sectores y pueblos que de igual manera lo hacen para hacer realidad el ejercicio de la soberanía en Latinoamérica.
BREVE ANÁLISIS INTERNACIONAL
Luego de un largo período de crisis revolucionaria en Latinoamérica, y del aparente triunfo del capitalismo transnacional, surge una nueva etapa del Pachakutik Continental (Revolución Continental), cuyos signos podemos destacar entre otros: La resistencia tenaz del pueblo heroico de Cuba y de su gobierno revolucionario; los diversos levantamientos indígenas en el Ecuador, particularmente el de 1990 que removió las estructuras caducas del capitalismo en Latinoamérica; el levantamiento insurreccional en Chiapas (1994); la movilización de Seattle (1999); diversas revueltas populares en Argentina, Bolivia, Perú, Brasil, Ecuador, Nicaragua, etc.; los múltiples espacios de debate continental tanto de las organizaciones como de los pueblos; el Continente ha sido escenario de grandes luchas de oposición a la globalización, al Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA) y a los tratados de libre comercio, etc.; el triunfo consecutivo del Presidente Hugo Chávez en la República Bolivariana de Venezuela; el triunfo de Evo Morales en Bolivia y su resistencia revolucionaria a toda prueba; de igual manera hay que considerar los triunfos en Uruguay, Brasil, Argentina, Ecuador, Nicaragua y Chile – aunque debemos catalogarlos de diversa manera según el nivel de confrontación con el neoliberalismo y el imperialismo-.
Cabe anotar que Cuba, Venezuela y Bolivia son los que directamente se enfrentan a los intereses del imperialismo y del capital neoliberal. En el Ecuador, el gobierno de Rafael Correa podría realizar cambios radicales en las estructuras socio-políticas y económicas, siempre y cuando respete y se una a los procesos organizativos de lucha anteriores a su reciente movimiento ciudadano; de lo contrario, si pretende irrespetar a las organizaciones y movimientos sociales, particularmente a la CONAIE y al ECUARUNARI, la derecha aprovechará este fraccionamiento, y estaría en condiciones de imponer sus dinámicas y apropiarse del espacio de la Asamblea Constituyente para sus intereses. Con la lucha de los pueblos se vislumbra que “Otra América Es Posible”. Es así que los sectores de izquierda, movimientos sociales, etc., incursionan con movilizaciones masivas en diferentes partes del continente, y entre otros medios de lucha toman la vía electoral e institucional para recuperar sus derechos.
En estas etapas de luchas históricas, surgen nuevos retos, entre ellos el de resistir con principios ético-políticos al proceso de absorción que el sistema capitalista a diseñado para que toda persona se postre servilmente ante el ofrecimiento de sus riquezas mal habidas, y ante su poder político que jamás piensa en el beneficio comunitario de los pueblos. De tal modo que, muchos líderes han sido absorbidos y corrompidos por el sistema capitalista que se pretende cambiar. Muchos gobiernos que fueron electos por sus discursos y ofrecimientos anti neoliberales, luego de estar en el poder traicionaron a sus pueblos. Muchas organizaciones se han extraviado de su proyecto histórico de lucha y han sido arrastradas a actuar de manera coyunturalista, inmediatista y oportunista.
De todas maneras, el proceso de liberación Latinoamericano va consolidándose de manera paulatina y afrontando nuevos desafíos, mismos que requieren de mayor creatividad en la lucha y de la consolidación férrea de alianzas a corto, mediano y largo plazo, como es el caso del Foro Social Mundial como una instancia de convergencia que permite analizar, intercambiar e ir construyendo alternativas frente al flagelo que provoca el proyecto neoliberal. De igual manera existe el reto de consolidar alianzas en el ámbito local, nacional y continental entre diversos sectores que puedan hacer viables las exigencias de los pueblos, puesto que solo la fuerza organizada de lucha liberara a los pueblos. Concluimos este corto análisis con las esperanzadoras palabras del Comandante de la República de Cuba Fidel Castro Ruz, luchador infatigable por la liberación definitiva de los pueblos:
“No tengo la menor duda de que ese régimen egoísta y despiadado (capitalismo) desaparecerá; lo creo porque creo en la humanidad, creo en la persona humana y en su capacidad de lucha, de justicia y libertad” (V-1991)
LUCHAMOS POR ERRADICAR LAS IMPOSTORAS “DEMOCRACIAS TERRORISTAS” E INSTAURAR DEMOCRACIAS CON POSIBILIDADES DE VIDA DIGNA PARA LAS MAYORÍAS
Cuando llegaron los conquistadores a nuestros territorios hace 514 años, miraron a los pueblos originarios meramente bajo la óptica de sus intereses económicos. No fueron capaces de comprender y actuar con el debido respeto a nuestras naciones originarias. Para ellos solo existían sus estados, sus naciones y sus ciudadanos. Todos los demás eran instrumentos de explotación. Nos preguntamos: ¿Qué cambió en la época de la colonia y republicana en nuestros respectivos países? Para las nacionalidades y pueblos indígenas simplemente fue un cambio de patrones, puesto que no se nos reconocieron nuestros derechos como pueblos, como naciones con derecho a la libre determinación en el ámbito político, socio organizativo, cultural y económico.
Durante el proceso de la independencia, tampoco fueron reconocidos nuestros derechos como naciones originarias, es más a los libertadores no se les ocurrió que en estos territorios preexistían naciones. Sin embargo, debemos reconocer que para las grandes transformaciones sociales se requieren atravesar etapas, y las gestas independentistas se constituyeron en grandes avances para el proceso de liberación de los explotadores españoles y criollos de ese entonces.
Cabe anotar que en la actualidad los gobiernos tampoco entienden la exigencia del derecho a la libre determinación integral de nuestras nacionalidades, piensan que pretendemos constituir nuevos estados dentro de los estados constituidos, inclusive esto lo creen gobiernos que se prestan de ser solidarios con nuestros pueblos y naciones.
En el Ecuador, estamos luchando por que se reconozca que el Estado ecuatoriano es Plurinacional y Pluricultural, lo segundo ya han aceptado luego de grandes levantamientos encabezados por la Confederación de Pueblos y Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE). En la actualidad estamos luchando porque se instale una nueva Asamblea Constituyente, que reconozca que coexistimos otras naciones y pueblos dentro de un solo estado, el ecuatoriano, pero esto no se comprende.
La misma situación sucede inclusive con gobernantes que se autodenominan de izquierda, seguramente por la falta de conciencia de sus raíces históricas y culturales, lo cual no les permite la revolución en sus concepciones históricas, políticas e ideológicas. Argumentan que todos somos “ciudadanos” y que tenemos igualdad de derechos; esto es cierto, pero lo que no comprenden es que los ciudadanos de los pueblos y nacionalidades indígenas tenemos una cultura diferente, una filosofía política, social, y económica totalmente diferente. Y para ejercer nuestros derechos requerimos de tierra y territorios, de leyes que se ajusten a nuestros valores culturales, de gobiernos propios que respondan a la visión comunitaria de la vida, misma que a resistido durante miles de años, de religiones que respeten a la Madre Tierra y a todos los seres, en fin, en una palabra: somos diferentes. Pero estas diferencias no deben ser consideradas como amenazas para los estados, ¡no!, deben ser valorizadas como: las reservas identitarias para generar procesos originales de liberación duradera en el continente.
Con toda razón el presidente de la CONAIE del Ecuador, compañero Dr. Luís Macas Ambuludi, hablando sobre la importancia de la interculturalidad afirma:
“La interculturalidad primero parte del reconocimiento de la diversidad de culturas, de sociedades, de indentidades, que desde la constitución de los Estados nacionales no lo han hecho, obviamente por su visión uninacional, vertical y excluyente. En este sentido el movimiento indígena, con sus propuestas y acciones, por el reconocimiento de la diversidad, de la constitución de una sociedad intercultural, de la construcción de un estado plurinacional ha dado un remesón a la sociedad, a los estados nacionales y al poder en América Latina. Por tanto, la premisa fundamental de la interculturalidad es el reconocimiento de esa diversidad de pueblos, culturas, de procesos históricos, de identidades distintas en cada uno de los estados nacionales. Desde la tarea de nuestros pueblos a través de sus organizaciones la interculturalidad implica que debemos generar espacios de debate sobre las temáticas, de revisar, recuperar y fortalecer nuestra identidad, tenemos que regresar y estar conscientes de nuestros orígenes porque en ellos están los valores, principios y saberes.
Podemos hablar de la interculturalidad en tanto estemos fortalecidos en nuestra propia identidad, de las particularidades diversas, de nuestras propias características; de lo contrario corremos el riesgo de diluirnos en la dispersión o terminar sometidos desde el discurso de la sociedad dominante y el poder. No podemos hablar de interculturalidad solamente desde el discurso o de un simple diálogo de culturas; es importante que desde los pueblos y naciones originarios aportemos hacia el cambio del sistema y de las estructuras. Es decir que la propuesta indígena de la interculturalidad debe ser de alto contenido político”.
Todavía falta que los procesos libertarios Latinoamericanos consideren en su justa medida las proféticas palabras del Apóstol Cubano de Amerindia José Martí, que exclama: “La inteligencia americana es un penacho indígena. ¿No se ve como del mismo modo que se paralizó al indio se paralizó a América? Y hasta que no ande el indio no caminará bien la América”. Esta sentencia revolucionaria que ha permanecido enterrada, la haremos respetar los indios de Abya Yala.
Hacemos un ferviente llamado a todos los gobiernos de izquierda y sobre todo a los auténticamente revolucionarios a que consideren estas palabras de Martí, y que sobre todo respeten la lucha llevada a cabo por los pueblos y nacionalidades indígenas en el continente, para que logremos revoluciones con identidad donde todavía es posible. Al respecto el compañero Humberto Cholango, Presidente de la Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador expone:
“…¿De qué nos va a servir una revolución sin identidad?, porque no quisiéramos ser la parte folklórica de la revolución, sino que los pueblos indígenas queremos ser opción de poder. Los indígenas somos una sociedad colectiva, una sociedad socialista desde nuestro nacimiento como civilización, e inclusive se podría decir comunista, nosotros vivimos en esa sociedad colectiva buscando el bienestar común de todos. Pero ojala muchos intelectuales de izquierda entiendan esto, porque nosotros somos un pueblo discriminado, perseguido, asesinado, estigmatizado, y a veces una parte de la izquierda ha caído en esto, como que el problema de la lucha de clases es lo único, también aquí hay un problema de reconocimiento, de identidad”.
Concluimos por tanto, que las democracias impostoras y terroristas que se han instaurado en nuestros países no han sido más que trampas con las que nos han hecho creer que vivimos en “democracia”. Estas “democracias” nos han conducido a la más indignante miseria, prueba de ello es el incremento alarmante de la pobreza en el continente y las repercusiones que está teniendo la voracidad de las empresas neoliberales en la depredación y destrucción progresiva del Planeta.
Esa desigualdad, que ha sido histórica, particularmente para los pueblos indígenas, hoy se ha agravado de una manera alarmante en todos los países, prueba de ello son los índices de crecimiento de la pobreza en Abya Yala (Latinoamérica), basta citar solamente algunos pocos datos que demuestran el total fracaso de estas mal llamadas “democracias”, que han llevado a niveles insostenibles la situación política, económica y social del continente y el mundo:
En Latinoamérica existen 209 millones de personas pobres. El número de pobres en la región representa el 39.8 por ciento de la población total, y al menos 81 millones viven en la indigencia, mientras 53 millones de personas sufren hambre y al menos el 7.0 por ciento de los niños está desnutrido. 117 millones de niños sufren pobreza en Latinoamérica y cerca de 100.000 niños deambulan por las calles. Más de 17 millones de niños menores de 14 años trabajan en Latinoamérica y el Caribe.(OIT). Existen denuncias de que 8 millones de niños prestan servicios por deudas, trabajo forzoso, prostitución pornografía y otras actividades reñidas, no sólo contra la moral sino contra los fines que persigue la UNICEF y otras instituciones en defensa de los menores (Id.).
En Sudamérica existen 90 millones de analfabetos totales, y el doble de alfabetos funcionales. Además tenemos el problema del acceso a la tierra: los trabajadores, los cultivadores accedemos solo al 10% de las tierras productivas, el 90% de las tierras están en otras manos.
Se tienen datos espeluznantes sobre la situación económica en que la población latinoamericana aumentó en un 50%, pero su economía sólo creció en un 7%. En definitiva, como dice el Presidente de Venezuela Hugo Chávez: “Los llamados ajustes estructurales han producido desastres a los pueblos del tercer mundo
De igual manera sucede a nivel mundial, lo cual nos conmina a pensar en el fracaso de los sistemas políticos, económicos e inclusive religiosos que no han sido capaces de propiciar una vida digna en el planeta, veamos los siguientes datos, por ejemplo: más de 1.200 millones de seres humanos no tienen acceso a agua potable; 1.000 millones carecen de vivienda estimable; existen 840 millones de personas mal nutridas, de los cuales 200 millones son niños menores de cinco años, y 2.000 millones de personas padecen anemia por falta de hierro; 880 millones de personas no tienen acceso a servicios básicos de salud; y 2.000 millones de personas carecen de acceso a medicamentos esenciales. Para resumir, nada menos que el 80% de la población mundial vive en la pobreza.
850 millones de personas se van a la cama cada noche con el estómago vacío, una "terrible acusación al mundo en el 2007”. El problema de la pobreza no es sólo el simple manifiesto de apoyar y erradicar la pobreza hasta el 2015; la FAO, en su último informe dice: “Serán necesarios 100 años para reducir la pobreza” (Cumbre Mundial de alimentación), y puesto que los latinoamericanos están condenados al pago de la deuda externa, esto impedirá atender la situación de los niños y la pobreza existentes en la región.
Inclusive revisemos unas cifras del Banco Mundial: Según el Banco Mundial, en 1987, 1.200 millones de personas contaban para su sustento con menos de un dólar al día; en 1993, esa cifra se acercaba a los 1.300 millones. En 1999, si la proporción de personas que vive en la pobreza ha permanecido inalterada desde 1993, podría haber 1.500 millones de personas en la más escandalosa pobreza en el umbral del nuevo milenio. El Banco advierte que el continuo aumento del número de pobres no permite ningún solaz a los dirigentes del mundo
¿Qué decir de los efectos en el medio ambiente?: Por todos es conocido en la actualidad los efectos del llamado calentamiento global del planeta, que está transtornando el clima y la agricultura en el mundo. Se prevé grandes inundaciones, sequías y escasez de agua dulce en los próximos decenios. La salud de los seres vivos se alterará por los cambios climáticos inusuales y por la mutación de virus y bacterias, que desencadenaran enfermedades desconocidas. Los riesgos para la salud originados en el ambiente escapan a las posibilidades de control de los países debido a su carácter trasnacional; cabe incluir aquí a los fa