Más de 300 personas se hicieron presentes en el acto de resistencia para apoyar a quienes son perseguidos por reclamar sus derechos. El lugar de encuentro fue Caloto, pues allí la Fiscalía había citado a 17 comuneros y comuneras para una diligencia jurídica. Se les acusa de ser “invasores de la propiedad privada”.

“No es la primera vez que me toca” dijo Blanca Andrade, mayora nasa del Cauca. “En los años 70 me llevaron a la cárcel y me tuvieron 8 días en Popayán. Me decían que me iban violar si no decía quienes eran los líderes que organizaban la recuperación. Pues viólenme a mí pero no violan a las mujeres de mi comunidad, les decía yo. Dejamos tierras para nuestros hijos porque nosotros ya estamos viejos”.

Junto con Blanca, otras 16 personas fueron citadas hoy. Se trataba de una audiencia de conciliación con los propietarios de la finca El Japio, quienes los demandaron por invasión de propiedad privada.

“A lo que ellos llaman invasión nosotros llamamos Liberación de la MADRE TIERRA ya que esta se encuentra concentrada en pocos terratenientes de este País quienes la explotan y la degradan causando miseria y muerte” responde el CRIC en un comunicado en donde además reclama que “exigimos al Gobierno Nacional a través de las instituciones judiciales, que de la misma manera que judicializa a comuneros responda por los hechos y los autores de asesinatos selectivos, masacres, desplazamientos y desapariciones”.

En la conciliación las personas citadas se comprometen a no participar en el futuro en acciones de recuperación de tierras en la hacienda El Japio. Los demandantes pidieron que se archive el caso.

El caso quedó archivado. En rueda de prensa el consejero del CRIC, José Buenaventura Díaz reiteró que en estos momentos la organización indígena no adelanta acciones de hecho y que el movimiento indígena continúa buscando que el gobierno cumpla con los acuerdos firmados. A un año de la firma del acuerdo de La Emperatriz, el 13 de septiembre de 2005, los recursos de la vigencia 2006 no se han desembolsado.

Acompañaron comunidades indígenas y otras organizaciones sociales del Cauca al igual que comunidades afro del norte del Cauca. Después de un voluminoso almuerzo regresaron a sus sitios de origen con la convicción de que “seremos 17 menos pero la lucha continúa”.

Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN)