Colombia: No somos plata, no pesamos oro

2005-12-14 00:00:00

Nuestros dioses nos dieron el agua y tuvimos que aprender a disfrutarla. Luego nos privilegiaron con el fuego y aprendimos a domesticarlo. Posteriormente nos ofrecieron la selva y hasta tanto no entendimos sus secretos no pudimos manejarla. Finalmente nos otorgaron la flora y la fauna y nos vimos en la necesidad de conocerla para usufructuarla. Los indígenas hemos venido aprendiendo, de a poco, de acuerdo a nuestras capacidades, ritmos y visión. Ahora los blancos nos están dando "cosas" que estamos aprendiendo a manejar, no con el ánimo de plegarnos a sus reglas sino con la intención de entender un poco el duro corazón de los mestizos.

A nuestras comunidades llegó dinero que no sabíamos manejar, hemos cometido errores en este proceso, no podemos negarlo, que sin embargo han sido resultado de la ignorancia y no de la mala intención. En el marco de la Ley 60/93 y hasta el año 2001 la Organización Indígena de Antioquia, conciente del desconocimiento del dinero y de su uso por parte de los nativos, inició una serie de capacitaciones bajo la figura de Convenio Interadministrativo entre los Cabildos y las Alcaldías, con el que se buscaba capacitar a las autoridades indígenas en asuntos referidos al manejo de dineros públicos y demás argucias legales que no corresponden a nuestros usos y costumbres. Asumimos esa responsabilidad y los resultados fueron muy satisfactorios: ni una sola queja se presentó anterior a esa fecha sobre malos manejos administrativos. Lastimosamente las cosas comenzaron a cambiar con la Ley 715/01 porque con ella se limitó la posibilidad de que sean los propios indígenas quienes le den uso a los recursos de acuerdos a sus expectativas, para dar paso a un intermediario como lo son las alcaldías que traslapando y desconociendo a las autoridades indígenas han intentado alterar las estructuras mentales de las comunidades. A partir de ese momento las comunidades nos hemos visto sometidas a un administrador de gastos que burocratizó el dinero de los indígenas y a quien debemos rendirle pleitesía para que nos entregue lo que nos pertenece, estamos supeditados a funcionarios grises que se vienen quedando con la mayor parte de los recursos que les corresponde a los Indígenas.

Nos enteramos por informes de prensa que autoridades indígenas de Mutatá están siendo investigados por despilfarro de los recursos de transferencias, ante lo cual pensamos que "la calentura no hay que buscarla en las sábanas". Consideramos que si bien se han presentado algunas irregularidades esto no refleja en ningún momento una crisis de gobernabilidad del movimiento indígena, son casos aislados producto además de una actitud irresponsable del gobierno y de las autoridades municipales que nos viene pidiendo un buen viudo de pescado cuando no nos han enseñado a usar los anzuelos que nos entregaron. No nos estamos justificando, tan así será que desde la misma OIA se pidió que el caso del gobernador indígena de Mutatá pasara a manos de la Justicia Ordinaria, en vista de que se trataba de dineros públicos y que por tanto se trata de una infracción mayor. Consideramos que una investigación tan delicada debe llegar hasta sus últimas consecuencias. Creemos que el problema es de fondo, que muchos alcaldes vienen haciendo feria con nuestros recursos, que son demasiados los funcionarios que se están enriqueciendo con el dinero que se nos entrega; por tal motivo, exigimos a la Contraloría Municipal, Nacional y demás órganos de control que escudriñen todos los libros contables de tal forma que no se quede ni un solo peso sin su respectivo soporte y justificación. Estamos seguros que las sorpresas serán mayores, estamos absolutamente seguros que más de un funcionario público se verá salpicado de corrupción y, si se encuentra que alguna autoridad indígena se ha prestado para este juego, exigimos que se les castigue de igual forma. La corrupción no puede ni debe tener fuero alguno y debe ser castigada en donde sea y a quien sea, nuestra apuesta es la transparencia.

Pensamos además que el propósito de esta andanada periodística no es otro distinto que seguir tratando a los indígenas como minusválidos, como incapaces de manejar sus recursos, más aún cuando la única y certera resistencia a este gobierno y a todo lo que encarna la venimos dando desde el movimiento indígena. Con nuestros recursos muchos funcionarios se están enriqueciendo; los Pueblos Indígenas no estamos dispuestos a seguirle el juego a nadie que quiera hacer fiesta con nuestra música. Si los implicados son aborígenes, alcaldes, políticos o quien sea, la mano severa de la justicia debe llegar. Cuanto antes, y si por si acaso se retraza nosotros nos encargaremos de apurarla.

COMITÉ EJECUTIVO OIA

Medellín, diciembre 14 de 2005