Colombia: ¿A qué juega, señor vicepresidente?

2005-10-28 00:00:00

Medellín, octubre 27 de 2005

A propósito de la lucha por la recuperación de la Madre Tierra que venimos desarrollando los Pueblos Indígenas de Colombia y las comunidades del Cauca de manera especial, el vicepresidente Francisco Santos afirmó en declaraciones a los medios de comunicación que, ante las inminentes acciones de los Nasa y Guambianos, “los indígenas tienen demasiados privilegios y están abusando de su privilegiada posición”. Se preguntaba el funcionario, ¿a qué juegan los indígenas?. Queremos decirle a usted, a los suyos y al país en general que definitivamente no jugamos su juego cuyas reglas son:

Mediante el decreto 4353 de diciembre del 2004, el Gobierno Nacional hizo efectiva la llamada “Bonificación de dirección” mediante la cual ordena de manera indefinida lo siguiente:

-Cuatro salarios mensuales adicionales a los gobernadores departamentales y a los diez alcaldes de ciudades de categoría especial y de primera categoría. Cinco salarios extras mensuales a los de segunda, tercera y cuarta. Seis salarios para los alcaldes de los mil cien municipios restantes.

El total para el año en curso de tal bonificación asciende a ocho mil millones de pesos. Cuatro salarios mensuales a los altos dignatarios del estado: ministros, viceministros, superintendentes, jefes de departamentos administrativos, asesores de la presidencia, el contralor y el fiscal por una suma que llega a los setenta y dos mil millones en el 2005

-Para los secretarios y subsecretarios que ganan hasta once millones mensuales se les adjudica una partida por setecientos millones de pesos ya que, según el Ministro de Hacienda, se justifica porque tales personajes han perdido el poder adquisitivo (¿y el resto de los colombianos?, nos preguntamos). Doce mil concejales del país están pidiendo la misma bonificación. Se aprueba la reelección presidencial en contravía a los preceptos constitucionales y en detrimento de la oposición. A los paramilitares se les concede el indulto sin verdad, justicia ni reparación. A las multinacionales y empresas del sector privado se les alivia de gravámenes hasta en un treinta por ciento en sus inversiones.

La lista es prolija e igualmente vergonzante para un país que, según el último informe de la FAO, cuenta con once millones de compatriotas viviendo en condiciones de extrema miseria; 25000 niños padecen desnutrición; once millones están en estado de indigencia o viven con menos de un dólar diario; 3.5 millones de personas dejaron de consumir las tres comidas diarias; uno de cada cuatro colombianos está por debajo de las líneas mínimas de pobreza. Esta lista la conforman de manera significativa los ochenta y cinco Pueblos Indígenas de Colombia lo que lleva a preguntarnos, ¿de quién son los privilegios?. No son de los indígenas, ni de los campesinos, ni de los negros, ni de los vendedores ambulantes; los privilegios son de usted, de su casta y de sus congéneres que como un cáncer vienen desangrando al país.

¿A qué jugamos, señor vicepresidente?, definitivamente no jugamos su juego malsano y perverso propio de mentes obtusas y arbitrarias. No estamos jugando señor Santos y estamos dispuestos a llegar hasta las hasta las últimas consecuencias.

Palabra de indio.

COMITÉ EJECUTIVO OIA