Ecos del primer FSA: Culturas y comunicación

2005-08-15 00:00:00

El debate sobre la comunicación, los medios, la cultura, la
educación popular y la reconstrucción del pensamiento
crítico concitaron la atención y el interés de cientos de
participantes en el FSA. Es que la comunicación y las
nuevas tecnologías de la comunicación y la información
tienen una creciente una influencia en nuestras vidas, pero
al mismo tiempo “continúa avasalladora la concentración de
la propiedad y de la producción de contenidos en muy pocas
manos”, coincidiendo con la misma concentración que
experimentan los medios de producción, comercialización y
finanzas.

Intelectuales como Frey Betto, Héctor Díaz Polanco, Rosa
María Alfaro y Armand Mattelard, entre otros, aportaron sus
reflexiones para ubicar mejor los escenarios en que se
desarrolla el mundo de la información y las comunicaciones.

Los grandes medios de información tienen un matrimonio con
el “Dios mercado”, su papel radica en crear “consumistas”,
esa enfermedad que genera el capitalismo, expresó Betto en
la panel “Comunicación, cultura y hegemonía”. Las imágenes
que vende la televisión provocan inseguridad en nuestras
propias identidades y buscamos compensar esa inseguridad
consumiendo las ropas, los productos de aseo, los
automóviles, en fin, aquello que nos acerque a la imagen
vendida como “moderna”, “exitosa”. Se ha producido un
proceso creciente de mercantilización de los medios, que ha
llegado a todas las expresiones de estos.

Habló Betto de como hoy los medios secuestran la fantasía
de nuestros niños y generan un mundo con menos imaginación;
para más adelante señalar, al referirse a los medios
alternativos de comunicación, que estos deben abandonar la
perspectiva de comunicar para el pueblo, para asumir la
perspectiva de hablar con y desde el pueblo, con los
códigos del pueblo, con sus recursos y expresiones
culturales, y que esto debe hacerse con mucha
profesionalidad, para eso hay que generar procesos de
capacitación entre los comunicadores populares. Deben
utilizarse las nuevas tecnologías pero no dejar de valorar
las herramientas artesanales de la comunicación popular.

El mexicano Héctor Díaz Polanco resaltó la creciente
resistencia al proyecto hegemónico. Este proyecto había
partido de la hipótesis de que la homogenización cultural
era la vía para su perpetuación, pero en menos de 10 años
ha quedado claro que era una hipótesis falsa. Todo lo
contrario: la globalización ha activado las
particularidades, ha generado una reacción de afirmación de
las identidades. Por eso hoy, el imperio intenta
“administrar” la diversidad y lo que está entonces en
contradicción es, por una parte, el movimiento que defiende
realmente las particularidades, las identidades, los
derechos diversos y, por otra parte, los intentos de
sofocar esa diversidad.

Por su parte Rosa María Alfaro de la Veeduría Ciudadana de
la Comunicación Social de Perú dijo que los medios, desde
su surgimiento, han estado al servicio de las elites
económicas y políticas y que han ignorado los reclamos de
la ciudadanía. Una expresión de esto es cómo muchos medios
aún hoy, no conocen realmente a sus públicos. Por otra
parte, una parte importante de las personas en nuestros
países de latinoamericanos, pasan directamente de la
cultura oral adquirida en sus familias y comunidades a la
cultura audiovisual impuesta desde los medios sin pasar por
una escolarización adecuada. Señaló además cómo los medios
apostaron a una homogenización de las culturas, pero esto
fracasó ante la diversidad cultural y las identidades
diversas, pero hoy apuestan a una fragmentación que debe
preocuparnos tanto como el intento anterior.

Mas adelante señaló que hoy los ciudadanos – espectadores
son presentados en los medios no como sujetos activos sino
como simples víctimas, principalmente del Estado, con una
capacidad de influencia muy baja para generar cambios. Se
crea una atmósfera anti – Estado que sirve a la derecha.
Esto favorece al proceso de privatización de lo público y a
hacer pensar que estamos en una sociedad sin salidas, salvo
la entrada de capital extranjero o la aparición de un
político salvador. Ambas opciones suelen provocar grandes
frustraciones. No se presentan a los sujetos reales de
transformación, por ejemplo, no salen en los medios los
proyectos de desarrollo local.

En otro evento, el comunicólogo belga Armand Mattelard
ubicó las etapas que ha recorrido la llamada “sociedad de
la información” y enfatizó que lo importante del proceso de
la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (cuya
primera fase se desarrolló en Ginebra, Suiza, en diciembre
de 2003) ha sido el surgimiento de un movimiento de la
sociedad civil mundial que reivindica el derecho a la
comunicación y que ha introducido en la discusión el
paradigma de la diversidad para el reordenamiento del
paisaje mediático. Adicionalmente, enfatizó sobre las
iniciativas ciudadanas como las veedurías y observatorios
de medios, que deben hacer causa común con los movimientos
por los derechos a la comunicación

Los derechos a la comunicación

El FSA fue la oportunidad para que organizaciones, medios,
campañas y redes de comunicación del continente como AMARC,
ALER, APC, ALAI, OCLACC, WACC-AL, Rápido 2 y ADITAL
organizara el Encuentro sobre los Derechos a la
Comunicación, el cual aprobó un Plan de Acción y la
declaración Otra Comunicación es Posible.

Al informar sobre los resultados de este evento, Pedro
Sánchez, de la Organización Católica Latinoamericana de
Comunicación (OCLAC), dijo que “El derecho a la
comunicación es un derecho humano fundamental, que como
todo derecho exige ir ganando espacios en el terreno de la
práctica y en el terreno legislativo. Debemos entender a
la comunicación y a los medios como bienes de servicio
público, cuya función va mucho más allá de los aspectos
tecnológicos y comerciales que nos quieren imponer
organismos como la Organización Mundial de Comercio (OMC),
el ALCA y los tratados de libre comercio que quieren
convertir a los medios en meras mercancías. Y son un
servicio público porque tienen que ver con el uso de las
tecnologías, con el espectro radioeléctrico que es
patrimonio de la humanidad, con las culturas, con la
interrelación de los seres humanos, con el intercambio de
conocimientos”. La lucha por el derecho a la
comunicación nos exige fortalecer los medios populares,
comunitarios, alternativos e indígenas que se han venido
construyendo con mucho esfuerzo, lo que supone varias
tareas: esfuerzos de formación de los comunicadores y
comunicadoras, ofertar productos de altísima calidad
(nuestra vocación no es ser marginales), desarrollar una
comunicación que promueva el desarrollo integral, el
diálogo y la interculturalidad, ampliar y modificar las
legislaciones en nuestros países, en fin, que los medios
trabajen en red para afrontar las exigencias de los
movimientos sociales y las campañas que se han planteado en
el FSA.

Es importantísimo que la sociedad civil reconozca como suyo

el derecho a la comunicación. Este no es patrimonio de los
comunicadores o periodistas, mucho menos de los
propietarios de los medios de comunicación. Así como salen
a las calles a pedir el agua, la luz, los servicios básicos
o aumentos de sueldos, los movimientos sociales tienen que
salir a manifestarse para exigir medios de comunicación
plurales o medios propios.

El derecho a la comunicación supone también que los
usuarios de los medios de comunicación multipliquen los
observatorios y las veedurías sociales de medios, para que
la sociedad civil pueda vigilar y exigir a todos los
medios –incluidos los medios alternativos- que seamos
mejores y democráticos.

La educación popular como alternativa transformadora

El papel que la educación popular tiene y debe tener en la
construcción de alternativas liberadoras frente al avance
del neoliberalismo y las nuevas formas de dominación
capitalistas, fue un tema debatido en el seminario-taller:
“La educación popular: el pensamiento crítico y las
prácticas de los movimientos populares”

Si bien la educación popular, como herramienta metodológica
y pedagógica transformadora, ha experimentado una crisis
relativa debido a la ofensiva del pensamiento único durante
los años noventa, sin embargo, no ha perdido vigencia y hoy
día es necesario recuperar sus fundamentos teóricos y
vincularla de nuevo a la praxis del movimiento social
latinoamericano, se destacó.

Como principales desafíos para la educación popular, los
asistentes al mencionado evento identificaron la urgencia
de acompañar de manera más efectiva, las diversas
expresiones populares en cada uno de los países de la
región, contribuyendo a construir un nuevo sujeto social,
partiendo de la praxis concreta y poniendo el énfasis en
una nueva ética del vivir juntos, así como en el desarrollo
del pensamiento crítico y en la potenciación de prácticas
transformadoras que permitan a nuestros pueblos apropiarse
de su propio destino. Se planteó además que la educación
popular debe retomar una dimensión profundamente política,
vinculando la cotidianidad de las personas con su contexto
histórico, contribuyendo así a la transformación de las
prácticas desde el nivel de lo cotidiano: transformar el
machismo, el sexismo, el verticalismo diarios y personales,
como necesidad indispensable para la transformación de las
estructuras de la sociedad.

En relación con lo anterior, se destacó que el sistema
capitalista contemporáneo produce una fragmentación de la
vida de las personas, separando el ámbito laboral de lo
comunal, lo familiar y lo personal, de modo que la
educación popular debe enfrentar esta forma de enajenación,
facilitando la construcción de puentes entre los diversos
niveles de la vida de nuestros pueblos, para identificar
así las causas comunes de la opresión, la miseria y la
violencia que padecemos de forma sistemática en todo el
continente.

Reconstrucción del pensamiento crítico

El sociólogo ecuatoriano Alejandro Moreano informó sobre
las actividades y planteamientos del foro en Defensa de la
Humanidad que se desarrolló en el contexto del FSA. Este
foro se inició por iniciativa de intelectuales mexicanos
como Pablo González Casanova para intentar una reagrupación
de los intelectuales críticos que habían quedado muy
golpeados y relegados durante las dos últimas décadas del
imperio del pensamiento único. En esa ocasión, se lanzó el
manifiesto del Encuentro en Defensa de la Humanidad
(http://alainet.org/docs/5473.html ) y se exhortó a la
constitución de capítulos nacionales. Ahora hay capítulos
en México, España, Cuba, Nicaragua, y en Ecuador está en
proceso de constitución. Sus objetivos son reagrupar a los
intelectuales para promover un encuentro con los
movimientos sociales. En este marco se realizaron tres
seminarios con la participación de 15 ponentes y un
numeroso público.

Durante las ponencias, según Moreano, se pudo advertir que
había algunas determinantes para la reconstrucción del
pensamiento crítico, radical y revolucionario, cuyas
múltiples manifestaciones fueron destruidas, al tiempo que
surgían otras no antagónicas ni excluyentes a las
anteriores, pero que sirvieron como elementos de disolución
de las mismas.

“La categoría de capitalismo fue disuelta, en los distintas
reflexiones sociales y en los foros, la palabra capitalista
fue sustituida por la de modernidad. Y lo que sorprende es
que este proceso se da cuando asistimos a la más
impresionante concentración de capitales en el capitalismo
moderno, cuando 200 transnacionales en los últimos años se
han tragado toda el área estatal (incluidos la de los ex
países socialistas) del planeta hasta convertirse en el
centro de la economía mundial. Y justo en este proceso el
capitalismo deja de existir, deja ser mencionado, tal vez
como Dios no puede ser nombrado”.

“El otro planteamiento que se hizo en los encuentros por la
Defensa de la Humanidad es que la categoría de la
dominación del poder estatal también desapareció. La
teoría sobre la democracia, que se ha levantado últimamente,
se hace sobre la base de que no existe sistema estatal de
dominación, como que el Estado es un lugar neutro. Y
entonces se invisibiliza el problema del poder y la
dominación, justo cuando en los últimos veinte años se ha
construido el poder estatal mas poderoso de la historia de
la humanidad, cuando Estados Unidos tiene bases militares
en 130 países y ocupa varios países, no es un país que
domina a otro sino una estructura de poder mundial con 5
comandos” ubicados en todos los continentes.

“Otra categoría que desapareció es que la contradicción y
el antagonismo desapareció de la escena social y fue
sustituida por la de diversidad, que es muy rica, pero que
no es excluyente con la categoría central de dominación y
explotación del capitalismo”.

Y por último, “la categoría de democracia sustituyó a la de
revolución, y ésta desapareció por completo del escenario
intelectual. En el caso de América Latina, las grandes
categorías organizadoras del pensamiento desde los años 60
del siglo pasado han sufrido algunos cambios: primero era
la revolución, luego el cambio y desarrollo, democracia,
después gobernabilidad y ahora seguridad. Todo un proceso
con el cual el pensamiento se van volviendo orgánico a las
exigencias policiales y represivas del poder”.

Moreano dijo finalmente que al calor del levantamiento
zapatista, las movilizaciones contra la OMC y la guerra, y
los procesos de los Foros Sociales Mundiales han ido
surgiendo nuevas reflexiones en torno a otra globalización,
la globalización de los excluidos, de los pueblos y de los
de abajo. Se impone la reconstrucción del pensamiento
crítico y el diálogo entre los distintos intelectuales
orgánicos del movimiento social.

- Publicado en América Latina en Movimiento, ALAI, Nº 387,
24- 08- 2004, Quito Ecuador