Derecho a la comunicación: construir fuerza social
La comunicación es un derecho humano fundamental, indispensable para construir sociedades democráticas, por
lo tanto, el gran reto es construir una fuerza social que
sea capaz de defender este derecho. Este es uno de los
planteamientos que surgió del espacio temático del V FSM:
“Comunicación: prácticas anti-hegemónicas, derechos y
alternativas”.
En un seminario organizado por la Campaña por los Derechos
de la Comunicación en la Sociedad de la Información (CRIS),
el investigador irlandés, Sean O'Siochru, resaltó la nueva
relevancia que éstos han adquirido en la actual "sociedad
de la información". En su intervención, recordó que fueron
un componente central en los debates de los años 80 en
torno a la propuesta de un Nuevo Orden Mundial de la
Información y la Comunicación (NOMIC). Este debate se ha
retomado en los últimos años, esta vez por iniciativa de
organizaciones ciudadanas, que han ido formulando
propuestas actualizadas en función de la nueva coyuntura,
cuyas tendencias son la concentración y mercantilización
de los medios, la vigencia del régimen de derechos de
propiedad intelectual, el enfoque predominantemente
neoliberal en el desarrollo de las tecnologías de
información y comunicación (TIC), la privatización del
espacio radioeléctrico, entre otras.
El comunicador uruguayo Gustavo Gómez, representante de la
Asociación Mundial de Radios Comunitarios (AMARC), destacó
que la campaña CRIS se ha convertido en un referente para
articular acciones comunes e incidir en la Cumbre Mundial
sobre la Sociedad de la Información (CMSI), cuya primera
fase se realizó en Ginebra en diciembre de 2003 y cuya
segunda fase se llevará a cabo en Túnez, en noviembre de
2005.
El representante de AMARC, planteó el reto de sensibilizar
a las sociedades civiles, a los movimientos sociales de los
países, para que incluyan el derecho a la comunicación en
sus agendas, como parte de sus banderas de lucha. Si no se
logra eso, las posibilidades de incidencia de la campaña
CRIS para incidir en políticas públicas de comunicación
serán muy limitadas, anotó.
Otro tema que se abordó fue la necesidad de democratizar el
gobierno de Internet. El brasileño Carlos Alfonso, de RITS,
lamentó que un tema tan importante sea tan poco conocido.
Explicó que el gobierno estadounidense, en estrecha
colaboración con las empresas, controla las instancias que
regulan Internet (principalmente el ICANN, organismo
responsable del sistema mundial de nombres y números de
dominio). El tema fue objeto de un debate agudo en la
Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información -CMSI-,
pero lo único que se logró, principalmente por presión de
los gobiernos del Sur, fue conformar una comisión que
estudiará las posibilidades de una mayor democratización y
representatividad geográfica de este sistema de gobierno.
Osvaldo León, de la Agencia Latinoamericana de Información,
también se refirió a la Internet, recordando que su
construcción ha sido un proceso no solo tecnológico, sino
social, sujeto a la interacción de fuerzas e intereses.
Recordó que la democratización de la comunicación y el
derecho a la información ya estuvieron presentes en los
años 80, cuando en la UNESCO se discutía el NOMIC. Sin
embargo, en aquella época, las deliberaciones se quedaron
a nivel de especialistas e interesados; no hubo
intervención ni presión de la ciudadanía. Lo novedoso ahora,
señaló León, es que, junto a quienes impulsan las
propuestas y concientizan al respecto, se encuentran otros
sectores ciudadanos y movimientos sociales organizados,
entre los cuales tales propuestas están teniendo eco. Si
bien existen múltiples expresiones de resistencia, crítica
y propuesta, éstas aún están dispersas. El reto es
articularlas, con miras a conformar un gran movimiento
social en torno a una agenda social en comunicación, en
cuyo proceso de construcción será sustantivo involucrar al
movimiento social y ciudadano, agregó.
Para los próximos meses, se vislumbran algunos escenarios
de intervención de la sociedad civil: la participación en
la CMSI y en los debates de la Convención sobre Diversidad
Cultural que se negocia en el marco de la UNESCO, y las
luchas contra la Organización Mundial de Comercio y los
tratados de libre comercio para impedir que la información
sea tratada como una mercancía y no como un bien social y
público.
- Publicado en América Latina en Movimiento Nº 393, 24-02-
2005