Magdiel Carrión Pintado,  presidente de la Confederación Nacional de Comunidades del Perú Afectadas por  la Minería,  plateó la necesidad de proteger las cabeceras de cuenca, los glaciares y los páramos, como una medida para afrontar el cambio climático en nuestro país.
En ese sentido reiteró que es necesario establecer zonas libres de minería, que es una de las actividades extractivas que se pretende realizar en los ecosistemas frágiles.
 
Dijo por ello que se debe imitar las medidas adoptadas por diversos países de América Latina, en donde se han aprobado medidas para evitar que se siga dañando el medio ambiente.
 
Como ejemplo señaló las normas emitidas en Argentina, que protege los glaciares, Colombia donde se ha dado una ley que prohíbe la minería en zona de páramos y Costa Rica que se ha declarado como un país libre de minería.
 
Recordó que según estudios de diversas instituciones internacionales el Perú ocupa el tercer lugar entre los países más vulnerables frente al cambio climático.
Según explicó, los efectos del calentamiento global ya se dejan sentir en nuestro país. En el sur del país el estrés hídrico se hace evidente, sin embargo, pese a la falta de agua la prioridad para el uso de las pocas fuentes de agua la tiene la explotación minera.
 
Agregó que la situación podría repetirse en el norte y centro del país, principalmente en la costa, puesto que son pocos los ríos que vierten sus aguas en el Pacífico y son justo en las nacientes de agua en donde se vienen instalando las empresas mineras.
 
Carrión pintado hizo estas afirmaciones durante la presentación del Foro sobre Pueblos Indígenas, Minería y Cambio Climático que se realizará en Lima entre el 18 y el 20 de noviembre.
 
En ese espacio tiene como objetivos centrales examinar la desmesurada expansión de la minería y sus impactos, analizar la responsabilidad de esta actividad en la crisis climática, consolidar la propuesta del Buen Vivir como modelo de vida alternativo, compartir experiencias y aprendizajes de los pueblos impactados y organizar un gran frente mundial por el Buen Vivir y la defensa de la Madre Tierra frente a la creciente amenaza del extractivismo minero y la crisis climática. 
Se espera que las conclusiones de este evento sean recogidas como propuestas de los pueblos originarios frente a la crisis climática, las mismas que serán  planteadas ante la Conferencia sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP16) que se realizará en Cancún, México.