Bicentenario en Chile: ¿Doscientos años de qué?
Llega el 2010 y nuestra América Latina se viste de ropajes patrios. Se enaltecen las banderas flameantes y un espíritu de unidad pretende que olvidemos fácil e instantáneamente los dolores provocados por aquella elite criolla, que dividió a pueblos hermanos, a esa que monopolizó la Independencia, el Estado, el poder económico y nos marginó de la fiesta.
Tras doscientos años, el monopolio sigue siendo la característica distintiva de los grupos acomodados: la política, las mejores tierras, las riquezas, la opinión, los derechos. Ellos sí tienen razones para conmemorar su Bicentenario de despojos y saqueos. Y Nosotras y nosotros ¿seremos la comparsa de su fiesta? ¿Seguiremos anclados en sometimiento abyecto a sus designios? ¿Qué tendremos que celebrar en este Bicentenario? ¿Acaso las expropiaciones a nuestro pueblo indígena, las matanzas a trabajadoras y trabajadores dirigidas desde el Chile Independiente, la usurpación de nuestros derechos, las torturas, las desapariciones, las fiestas de los múltiples dictadores que han pisado nuestra América doliente, el patriarcado, la Globalización del capitalismo y la explotación? ¿Qué tendremos que celebrar?
Marginarnos físicamente de la fiesta es una opción compleja cuando miramos nuestra historia popular y develamos que nuestra clase es alegre, fiestera, calurosa, solidaria. No obstante sí podemos marginarnos ideológicamente, disidir, romper con lo impuesto y celebrar con nuestros propios motivos, que van más allá de la euforia del consumismo, que desbordan aquellos doscientos años oligárquicos.
Celebremos que cuando llegaron los conquistadores el pueblo mapuche no les dio la bienvenida, que mientras el recién fundado Estado oligárquico independiente se levantaba, el Mutualismo, las Sociedades en Resistencia y las Federaciones de trabajadoras y trabajadores desafiaban el capital con solidaridad y acción directa.
Celebremos que mientras el Estado Independiente nos marginaba nuestro pueblo se tomaba terrenos y fabricas haciendo propia una historia de poder popular, de revolución y sueños. Celebremos que mientras la Dictadura acribillaba nuestra vida, mujeres y hombres resistían valientes y desafiantes encarando de frente la metralla. Festejemos porque no nos tragamos el cuento de esta democracia.
Celebremos que a pesar de los golpes, a pesar de las opresiones, a pesar de esta Independencia de la desigualdad, nosotras y nosotros seguimos de pie, en lucha, firmes, dispuestas y dispuestos a revolucionar este mundo y cambiar con proyecto popular las inequidades de este Bicentenario.
¡¡Seguiremos marchando hasta que todas y todos seamos libres!!
Marcha Mundial de las Mujeres-Chile
19 de septiembre 2010
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"Somos como los granos de quinua: si estamos solos/as, el viento nos lleva lejos. Pero si estamos unidos/as en un costal, nada nos hace el viento"
Dolores Cacuango, Ecuador
(1881-1971)