Encuentro Internacional de Mujeres y Pueblos de las Américas contra la Militarización
Informe General de la Misión Humanitaria
Los días 18 y 19 de agosto del 2010 se desplazaron a diferentes zonas del territorio colombiano personas de varios países de la comunidad internacional: Estados Unidos, Cuba, Francia, Italia, Ecuador, España, Perú, Brasil, Canadá, Alemania, Venezuela, Honduras, México, Paraguay y Argentina para realizar una misión de apoyo humanitario. Los objetivos de dicha misión radicaban en visibilizar las violaciones de derechos humanos y más concretamente de los derechos de las mujeres en las diferentes regiones del territorio.
Las regiones visitadas fueron: Valle del Cauca, Cauca, Catatumbo, Sumapaz, Ciudad Bolívar, Barranquilla, Buenaventura, Nariño - Pasto, San José de Apartadó, Magdalena Medio, Barrancabermeja, Santander, Norte de Santander, Arauca.
Colombia cuenta con un vasto territorio con una gran riqueza de recursos naturales los cuales suscitan gran interés para las transnacionales de países industrializados, la oligarquía y los terratenientes colombianos.
Por otro lado, existe una gran diversidad cultural y étnica conformada por diversos pueblos indígenas, pueblos afrocolombianos, comunidades campesinas y habitantes de zonas urbanas.
Colombia está inmersa en un conflicto armado desde hace más de medio siglo. Esto ha provocado una coyuntura específica que ha llevado a un desplazamiento de más de 4.500.000 de personas, siendo el segundo país en el mundo después de Sudán, con mayor cantidad de población desarraigada.
Dentro del conflicto armado encontramos diferentes actores armados: paramilitares, ejército, guerrillas, delincuencia común, nuevas generaciones de paramilitares y narcotraficantes.
MUJER Y TERRITORIO
Desplazamiento de las poblaciones debido a la explotación de recursos naturales y el conflicto armado, social y político.
Las personas que se oponen al desplazamiento o a cualquiera de los intereses de los actores armados (tierras, recursos naturales, cultivos de hoja de coca) son asesinadas.
En el caso específico de las comunidades indígenas, el desplazamiento conlleva a una pérdida de su identidad cultural como pueblos originarios.
La militarización provoca pérdida del territorio propiedad de las comunidades negras, indígenas y campesinas.
La presencia de multinacionales extractoras de oro, agua, petróleo, carbón y demás recursos naturales utiliza el terror como método para conseguir sus fines sirviéndose de paramilitares. Además, los megaproyectos que se implantan en las regiones sin consulta previa a los pueblos, provocan desplazamientos masivos, cambio de usos y costumbres, pérdida de la autonomía y destrucción del medio ambiente.
Las diferentes Comisiones han constatado la existencia de megaproyectos como represas de agua, construcción de carreteras panamericanas, refinerías de petróleo, minería extensiva, monocultivos de palma africana y cana para obtención de biocombustibles.
Las multinacionales están aliadas con la policía, militares y paramilitares para acabar de manera directa o indirecta con la organización social y tener vía libre en los territorios.
El estado no reconoce el derecho ancestral de las comunidades afrodescendientes al territorio. El estado ha otorgado tierras de estas comunidades para bases militares o se han expropiado para el cultivo masivo de palma africana, cana, etc.
MUJER Y MILITARIZACIÓN
La presencia de bases militares en las diferentes regiones impregna toda la vida social y comunitaria a diferentes niveles. Una de las consecuencias de la militarización es la estigmatización de las personas. Quien manifieste una posición diferente es acusada de ser subversivo. En un territorio basto y pluriétnico se criminaliza la diferencia, como por ejemplo, la violencia contra gays, lesbianas, jóvenes objetores de conciencia y personas pertenecientes a los diferentes movimientos sociales.
Inseguridad de la población debido al conflicto armado, las comunidades son el blanco de los diferentes actores armados, donde hombres, mujeres, niños y niñas del fuego cruzado. Las amenazas se dan, no solo en contra de los y las líderes, si no también a cualquier ciudadano y ciudadana.
Alta militarización de todas las regiones visitadas, presencia de efectivos militares, bases militares, batallones de alta montana, sedes blindadas, acordonamientos del centro de la ciudad, retenes militares y policiales.
La presencia de la militarización en zonas de gran concentración de recursos naturales, provoca destrucción del medio ambiente y los modos de vida de las comunidades. En el caso específico de las comunidades indígenas, la presencia militar en territorios sagrados como Páramos y nacimientos de ríos constituye una grave violación a su cultura y cosmovisión.
Los actores armados y la situación de violencia constante, hace que la población no pueda desenvolverse con autonomía. Existe limitación de movimientos, toques de queda impuestos en algunas poblaciones.
El desplazamiento, las desapariciones forzadas, los encarcelamientos y el asesinato de los hombres provoca la desintegración de las familias. Esto, dentro del contexto de una cultura patriarcal que hace del hombre el principal proveedor económico, conlleva a la feminización de la pobreza, la doble marginación y que el peso de las consecuencias de la guerra sea asumido principalmente por las mujeres viudas, cabezas de familia y desplazadas.
En todas las regiones se registraron casos de falsos positivos. Los asesinatos de civiles a manos del ejército se presentan como guerrilleros caídos en combate para demostrar resultados de la política de seguridad democrática.
Niños y niñas involucrados en el conflicto: reclutamiento por parte de los diferentes actores armados. Violencia sexual (violaciones, prostitución, embarazos a temprana edad). Utilizan a los y las menores mediante engaños para conseguir información y drogas. De esta manera se incita al consumo de drogas desde muy jóvenes.
Las mujeres son utilizadas como botín de guerra. Pagan las consecuencias ya sean hijas, hermanas, esposas o madres de cualquiera de las diferentes facciones enfrentadas. Así, son asesinadas, amenazadas, violadas y violentadas a nivel físico, emocional y simbólico.
En un mismo lugar se ven obligados a convivir víctimas y victimarios como el caso de los paramilitares desmovilizados.
La presencia del narcotráfico ha permeado a toda la sociedad modificando la vida de las personas, sus costumbres y expectativas de vida.
División de las comunidades. En una misma familia pueden haber miembros que hagan parte del ejército, de las guerrillas o de los paramilitares.
MUJER, MOVIMIENTOS SOCIALES Y DEMOCRACIA
El estado niega las culturas ancestrales, sus formas organizativas, cultura, cosmovisión, autonomía y modos propios de vida.
Sensación generalizada de total impunidad por un Estado que no protege ni se responsabiliza por las denuncias de violación a los derechos humanos. Como consecuencia la población esta en estado de permanente vulnerabilidad y riesgo.
El enorme peso de la cultura patriarcal provoca que las mujeres lleven el enorme peso de las cargas familiares: familias numerosas, pocos recursos económicos que aumentan enormemente el trabajo doméstico, etc., triples jornadas laborales. Además, la restricción de las mujeres al espacio privado conlleva limitaciones en la emancipación económica y personal, la falta de formación con la consecuente sensación de inseguridad personal.
A pesar de que existe la Violencia de Género en el seno de las familias y las comunidades, las mujeres tienen dificultades para reconocer, hablar y denunciar la violencia en el espacio privado. La existencia del conflicto armado ha provocado que se conceptualice al Estado y a los actores armados como “enemigos” y a los hombres de sus comunidades y familias como aliados y compañeros. Lo anterior hace que las mujeres tengan dificultades para identificar la violencia de género que afrontan.
Esto también se da por parte de las autoridades, primero porque muchas de las denuncias, cuando se dan, quedan impunes, y por otro lado, aunque se acepten denuncias de casos individuales no se analiza como problema social del cual debería responsabilizarse el Estado.
En el caso de los movimientos sociales sucede lo mismo. Los asesinatos y la violencia del conflicto en general pasan a primer plano, lo que conlleva a que la violencia de género al interior de las organizaciones no sea reconocida como un problema social.
Hemos encontrado en las diferentes misiones instituciones del estado que aceptan la militarización como parte necesaria para la defensa de la democracia. Sin embargo, también se encontraron autoridades comprometidas en la defensa de los derechos humanos y los derechos de las mujeres como es el caso de la Alcaldesa de Sumapaz que impulsa un programa de igualdad de oportunidades para mujeres, niños y niñas. Ella ha jugado un papel sumamente importante en la defensa de los derechos humanos al punto de verse amenazada y verse obligada a ejercer por fuera de su municipio.
El enlistamiento de jóvenes para las fuerzas armadas enfrenta a los jóvenes y familias de las propias comunidades.
CONSECUENCIAS DE LA MILITARIZACIÓN EN LAS MUJERES
Ø Abuso sexual y violencia de género
Ø Trata y prostitución de las mujeres, niños y niñas
Ø Militarización de las relaciones afectivas. Las mujeres son asesinadas si se dice que tienen romances con alguno de los actores armados.
Ø Mujeres jóvenes enamoradas por militares para sacar información.
Ø Embarazos no deseados y embarazos a muy temprana edad
Ø Enfermedades de transmisión sexual
Ø Enlistamiento forzado en los diferentes ejércitos
Ø Sentimientos de impotencia y miedo frente a la injusticia al no ser escuchadas ni tomadas en cuenta en esta dinámica de guerra.
Ø Alto suicidio femenino a causa del desplazamiento y el asumir todas las consecuencias de la guerra.
Ø Las mujeres no pueden, en términos generales, ejercer la ciudadanía como consecuencia de la vulneración de sus derechos en este contexto de guerra.
Ø Control sobre el cuerpo de las mujeres como botín guerra.
Ø Las mujeres son “regaladas” a los diferentes actores armados.
Ø Las mujeres deben enfrentarse a la falta de acceso a la salud, a la educación y a una vida digna en igualdad de condiciones.
Ø Si los hijos o esposos de las mujeres se involucran con alguno de los actores armados se convierten automáticamente en objetivo militar para sus opositores.
Las mujeres del mundo estamos con su lucha. La derrota del patriarcado y de los poderes del estado que niegan el derecho a la equidad de las mujeres, debe convertirse en una lucha permanente. Visibilizar la violencia de género en las mujeres es una obligación para romper con la opresión. Estamos contra la guerra que coloca a las mujeres como botín de guerra, nos prostituyen, nos tráfican y nos consideran objetivo militar, por eso estamos contra la militarización, porque afecta la vida de las mujeres, de la naturaleza y de la comunidad entera.
RECOMENDACIONES
Es importante que se dé continuidad al trabajo realizado durante estos días. Que se haga una incidencia en cada uno de los países con el fin de presionar a sus gobiernos, el gobierno colombiano, la comunidad internacional y de manera muy especial a las multinacionales que tienen presencia en territorio colombiano y que son responsables en buena medida del conflicto armado, social y político.