Mujeres en la Minga

En Barrancabermeja las piedras llevan la voz de quienes fueron silenciados por el fuego de la guerra, ellas y la luz de la esperanza de miles de mujeres les rememoran; son las mujeres quienes resisten con valor y dignidad frente al sufrimiento que deja el conflicto, frente a los actos de ignominia que han sembrado los actores armados -todos sin excepción dicen ellas: paramilitares, guerrilla y militares- y las consecuencias de destierro, persecución y pobreza que deja la altísima inversión para la guerra, en gastos militares. Así se evidenció durante la Marcha por la Memoria que se realizó en el marco del Encuentro Internacional de Mujeres y Pueblos de las Américas contra la Militarización, que salió frente al Batallón Antiaéreo Nueva Granada y concluyó en el Parque de la Vida -Barranca-, como símbolo de muerte el primero y de vida, resistencia y dignidad el segundo.
 
Unas dos mil personas, mayoría mujeres y niños, encendieron la luz de esperanza en la noche del pasado 21 de agosto, cada piedra ofrendada llevaba el nombre de una víctima, que para el caso de Barranca y el Magdalena Medio, tendrían que ser casi todas sus piedras; numerosas han sido las personas asesinadas en el marco del conflicto que afecta la región. Por ejemplo la Acción humanitaria solidaria, que recorrió varias zonas fuertemente golpeadas por la guerra, dio a conocer testimonios desgarradores que van desde fumigación contra cultivos ilícitos que arrasa el trabajo y el esfuerzo de toda una vida de los campesinos, hasta la vida animal y natural, también las múltiples violaciones a los derechos humanos y la integridad de los habitantes, hasta la persecución brutal que les ha montado el ejército a los campesinos.
 
En contra de todo ello se movilizaron las mujeres, y para hacer memoria de sus muertos; en la región la incursión guerrillera, paramilitar y militar han vulnerado el derecho a la vida por igual, cómo explicaron las mujeres en sus recorrido por la Avenida el Ferrocarril de Barranca, “el Estado no aparece sino con la bota y la bala”. La marcha recibió la solidaridad de la Marcha Mundial de las Mujeres y cientos de delegaciones nacionales e internacionales, que vienen desde Chiapas en México, todo Centroamérica, América del Sur y del interior del país, movimientos indígenas, campesinos, afrocolombianos, obreros, estudiantes y el pueblo colombiano.
 
La Marcha por la memoria cuestionó el alto presupuesto invertido para la guerra que ya abarca casi el 7% del Producto Interno Bruto, mientras que para educación y salud sólo se destina menos del uno por ciento, “por ello nos plantarnos frente a la muerte y le decimos sí a la vida, pero no sólo le decimos sí a la vida, sino que tejemos vida con nuestro proceso de resistencia”, explicaron las mujeres, muy conmovidas por la solidaridad recibida durante la marcha pacífica y durante todo el proceso histórico del Movimiento Social de Mujeres contra la guerra y por la paz, nacido en 1996, para repeler las acciones brutales de la guerra y buscar estrategias pacificas de salida negociada al conflicto que vive Colombia hace más de medio siglo. Las mujeres reafirmaron su consigna de no parir más hijos para la guerra.
 
El Encuentro Internacional de Mujeres y Pueblos de las Américas contra la Militarización, que concluirá el próximo 23 con una Vigilia a la memoria de las víctimas de la guerra, continúa hoy con el espacio académico político, en el cual las mujeres afectadas por el conflicto, la guerra y la militarización en sus  territorios, buscarán estrategias contra la militarización, “pues para las mujeres el cuerpo es nuestro primer territorio”.