Mujeres Rurales Nicaragüenses tendrán tierra para trabajar
!Queremos tierra propia!!! fue una de las consignas más sonadas por cada una de las organizaciones integrantes de la Coordinadora de Mujeres Rurales (CMR), entre ellas las organizaciones de La Vía Campesina en Nicaragua. ¡Queremos tierra propia!!! finalmente fue escuchada por la Asamblea Nacional al aprobar la iniciativa de Ley creadora de un fondo para la compra de tierra con equidad de género.
Porque la propiedad de la tierra es un derecho humano, las mujeres campesinas decidieron desde el año 2007 demandar este fondo de tierra tomando en cuenta las limitaciones que tienen muchas mujeres al accesar a la tierra, la falta de bienes a su nombre. Según la CMR a través de encuestas ha comprobado que el 65% de 2,834 mujeres socias de cooperativas no son propietarias de la tierra y para trabajarla tienen que alquilarlas.
Este importante logro fue producto de un proceso de reflexión y análisis sobre la condición de la mujer con respecto a la tenencia de la tierra, para María Teresa Fernández presidenta de la CMR el 82% de las mujeres en Nicaragua no tienen tierra.
Una de las características más importante que se puede rescatar de este proceso es que la ley fue construida por mujeres que desde la práctica pueden contar su condición en el campo -es un proyecto construido desde la base- afirmó Fernández.
Hoy están llenas de júbilo porque por primera vez se legisla a favor de la mujer rural, quien históricamente ha sido excluida, además que no solo beneficiará a las organizaciones que fueron parte de esta iniciativa, sino a todas las mujeres campesinas del país.
Esta ley contempla la conformación de una comisión, integrada por la CMR, el Instituto de la Mujer, el INVUR, Marena, Banco Produzcamos, etc. Y establece que, además de garantizar el fondo para la compra de tierra, también da acceso a las políticas y programas gubernamentales, es decir, a las mujeres se les dará la tierra, más otros recursos como el acceso al crédito, asistencia técnica, semillas, insumos, capacitación.
Ahora que las mujeres tendrán la propiedad a su nombre mejorarán sus condiciones de vida y garantizarán la Soberanía Alimentaria para sus hogares y comunidades.
¡Vivan las mujeres del campo!!!