La crisis climática afecta más a las mujeres
Durante las cada vez más frecuentes catástrofes naturales como: sequías, terremotos, inundaciones, las mujeres son las más afectadas por la crisis climática, ellas tienen que seguir sosteniendo los hogares en sus tareas de cuidado: alimentando, buscando agua, produciendo, reproduciendo la vida, las cuales tienen que cumplirse en condiciones mucho más difíciles y severas.
“El cambio climático afecta de manera directa a las condiciones de vida y de trabajo de las mujeres, particularmente por su proximidad a los elementos de vida, su cercanía a la agricultura, su contacto con el agua y para poder cumplir con los ciclos de cuidado de la vida que se les ha transferido como responsabilidad prioritaria”, dijo Magdalena León, Coordinadora de la Red de Mujeres Transformando la Economía de Ecuador, al concluir el panel “Economía para la Vida” que se desarrolló en el contexto de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra que se realiza en Cochabamba.
“Nuestro rol en la alimentación es fundamental, es uno de los ámbitos más afectados; y en todo el ciclo de siembra, de cosecha, de procesamiento de alimentos y a nivel urbano en la provisión de alimentos del día a día, se generan situaciones de escasez y de carestía, todo ello complejiza la situación del trabajo de las mujeres”, aseguró León.
Frente a esta realidad, el desafío más importante es sostener los reclamos, la justicia climática, ecológica, a nivel internacional; los responsables tienen que asumir los daños causados cambiando sus propias modalidades de producción industrialista contaminante, sus niveles y tipos de consumo contaminantes y depredadores que son los que están causando este impacto. “Tiene que haber un flujo de recursos de compensación aunque tardío y parcial, para reparar y restaurar el daño ocasionado y generar condiciones para que podamos impulsar propios proyectos del vivir bien”, enfatizó la Coordinadora de la REMTE – Ecuador.
La historia del protocolo de Kyoto, que entró en vigor en febrero de 1995 y fue ratificado por 190 países, con excepción de Estados Unidos y China, las potencias contaminantes, volvió a repetirse en la cumbre climática de Copenhague en diciembre de 2009, que resultó un fracaso.
Frente a este panorama, Magdalena León, considera que estamos en un momento donde el poder geopolítico de los países desarrollados se ve fracturado por la propia magnitud de la situación planetaria y los niveles de catástrofes que va generando conciencia en la humanidad.
La Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Derechos de la Madre Tierra tiene el horizonte de generar el poder geopolítico que pueden adquirir los pueblos frente al poder geopolítico de las potencias. “La convocatoria que hizo el presidente Evo Morales es una convocatoria a los pueblos, es actuar como pueblos, hacer justicia como pueblos frente a unas instituciones (países desarrollados) que están corruptas que son incapaces de encontrar soluciones para el mundo, frente a una potencia que depreda la vida, ahora la voz de los pueblos tiene que alcanzar el nivel de toma decisiones que hasta ahora no ha logrado”, finalizó León.
Reconocer el trabajo de mujeres productoras y reproductoras
“La construcción de un nuevo modelo de desarrollo social que combata al capitalismo, deberá reconocer a las mujeres como productoras, su trabajo reproductivo y el reconocimiento de su liderazgo social, sin discriminación para la conducción de una sociedad”, expresó Rosa Guillen, coordinadora de la Red de Mujeres Transformando la Economía de Perú.
Guillen asegura que: “tenemos que entender que el capitalismo afectó mas a las mujeres porque ha negado el trabajo cotidiano de cuidar la vida de cuidar la salud de familias, de cuidar la alimentación, pero además ha invisibilizado el trabajo y quiere controlar el trabajo a favor de la creación de riquezas”.
El modelo capitalista genera una inequidad de las mujeres frente a los hombres en el trabajo, “se nos otorga a la mujeres salarios bajos, no se valora el trabajo el aporte de las mujeres”, dijo.
Uno de los grandes desafíos de las luchas de las mujeres es lograr que la sociedad reconozcan que las mujeres tienen aportes en las luchas comunes, y de respetar los liderazgos. “Juntos hombres y mujeres debemos construir un cambio que genere equidad, posibilidades de desarrollo sostenible, el Vivir Bien para hombres y mujeres como familias y como sociedad.”
Las mujeres indígenas monolingües son las más vulnerables del planeta
La vulnerabilidad afecta de manera diferente a las mujeres que a los hombres en los riesgos de desastres naturales, por las inequidades existentes en educación, falta de información, alimentación, manifestó Rosa Ribero de la Marcha Mundial de Mujeres de Perú.
Mientras que los hombres pueden llegar a un nivel de educación secundaria, las mujeres son analfabetas; mientras que ellos tienen acceso a la información, ellas tienen menos; mientras que los hombres comen y se alimentan mejor, las mujeres siempre se quedan con el resto de la olla, y sobre todo “en tiempos de sequía, cuando hay muy poca comida, las mujeres comen muy poco”, indicó Ribero.
Para que una población sea afectada por un evento “hidroclimático”, esa población tiene que encontrarse en un nivel de vulnerabilidad, sin poder responder ni recuperarse frente a un determinado evento. Por ejemplo, el vivir al costado de un río, la hace vulnerable a inundaciones.
Las mujeres más vulnerables son las indígenas monolingües y al no tener ningún nivel de participación en sus organizaciones mixtas y en los espacios de desarrollo local, las expone más a los riesgos de desastres. “Cuando viene una epidemia, esta enfermedad afecta a las mujeres, a los niños y niñas, esa es la vulnerabilidad de nosotras”, enfatizó.
Ribero argumentó que cuando ocurren los desastres los que migran primero son los hombres y las mujeres se quedan en el control de las actividades productivas y el cuidado de los hijos e hijas. Asimismo no cuentan con un papel que demuestre que son dueñas de sus viviendas; cuando llega la ayuda humanitaria los organismos de ayuda exigen títulos de propiedad, lo cual es difícil demostrar por parte de las mujeres. Mucho más aun cuando ellas no tienen cédula de identidad y no hablan el castellano, frente a estas adversidades no pueden reconstruir sus viviendas.
El evento mas catastrófico para las mujeres es la sequía por que no deja “nada”, las obliga a unas estrategias de afronte que tiene que ver con la trata y la prostitución para conseguir unos ingresos y el alimento diario.
Por lo general, según Ribero, la sociedad invisibiliza estos problemas por el tema de la complejidad. Un desafío de las mujeres es hacer respetar los derechos de la Madre Tierra visibilizando los problemas que afectan a la vida de las mujeres, así se dará un paso importante para el VIVIR BIEN.