Colombia: Mientras se ondean las banderas de los partidos políticos

2010-03-17 00:00:00

Por estos días, a simple vista se observa desde las principales avenidas,hasta las polvorientas calles y las alejadas rutas que en tiempos noelectorales llaman de difícil acceso, carteles, pasacalles y afiches con losque se forran hasta las piedras. Publicidad que se esfuerza por querer mostrara través de coloridas fotos el mejor perfil de uno u otro candidato y sobretodo, se esmera por publicar un llamativo eslogan que solo se les ocurremencionar en épocas electorales. Y por supuesto toda esta publicidad secomplementa con la intimidante presencia militar. Hombres armados hasta losdientes y estruendosos aviones de guerra, cuyos zumbidos se escuchan en todoslos rincones. Dicen que brindan seguridad, la pregunta es, ¿seguridad a quién y para qué?.Es evidente que esta seguridad no es para quienes más la necesitan, pues enlos múltiples retenes que a lo largo de las vías y carreteras se instalan,son los campesinos, afrocolombianos e indígenas a quienes más registran suspertenencias y hasta tildan de subversivos, cuando no se prestan comoinformantes. La anunciada presencia de más de 240.000 efectivos en lascarreteras y municipios del país, para garantizar la contienda electoral,significa para los habitantes de estas regiones mayor zozobra, riesgo einseguridad. Con la ocupación territorial de los grupos armados, son losindígenas, campesinos y afrocolombianos quienes enfrentan el mayor riesgo.

Ante la realidad que se vive en las regiones y teniendo en cuenta los reportese informes, entre ellos la denuncia de la Misión de Observación Electoral(MOE), que alerta sobre los altos índices de corrupción del ejercicioelectoral, donde quienes han cometido los mayores delitos son losrepresentantes de movimientos políticos y los actuales candidatos, la realidades evidente. La supuesta seguridad estatal difícilmente podrá proteger elderecho al ejercicio electoral de los ciudadanos, mínimamente garantizará eltriunfo de algún sector político.

La incertidumbre y la falta de conciencia, ha llevado a dividir los dolores ylas necesidades que aquejan a la mayoría de la población. Se defiendendiscursos añorando que se hagan realidad, pero la verdad es que aquellosdiscursos de igualdad y justicia están bien distantes de la práctica. Lospolíticos tradicionales se han encargado de cultivar su desprestigio conpaciencia de orientales pues nos han demostrado, con creces, que incurren encualquier indecencia con tal de ganar elecciones y de feriarse los contratosgrandes y pequeños del Estado.

Y mientras la gran mayoría de la población es entretenida y engañada através de los medios que llaman insistentemente a hacer parte de algúnpartido político, mientras aquí y allá resuenan promesas vacías de cambio yde paz, las políticas de exclusión y despojo no se detienen. Avanzan agrandes pasos.

La estructura política prepara su jugada, ante el pronunciamiento de la cortesobre la inconstitucionalidad del referendo reeleccionista, el gobierno de laseguridad democrática ya ha anunciado su formula para la consolidación de supolítica de guerra. El ex ministro de defensa          Juan Manuel Santos, quien ya sesiente presidente y quien ha adherido a su fórmula presidencial al exgobernador del Valle Angelino Garzón que en su momento representó laesperanza del movimiento sindical, ya tienen una tarea específica por cumplira quienes por años se han creído los dueños y señores del mundo.

Y mientras en todo el país se ondean las coloridas banderas de los partidospolíticos y la fiebre electoral sigue en furor, los habitantes del Cauca temenque pasen las elecciones, pues se ha anunciado con gran preocupación despuésde la contienda electoral, el incremento más alto a nivel del país en lastarifas de energía para el Cauca. Mientras en el resto de Colombia elincremento no ha superado el 6%, en el Cauca se incrementara en un 21% el costodel servicio de energía eléctrica. Sin embargo no es menos preocupante lasituación que padece la población desplazada del país, que cansados demendigar en las calles y las entidades del gobierno de las ciudades capitales, están regresando a sus tierras sin mayores garantías, prefieren morirse dehambre en sus tierras ante la marcada indiferencia, la discriminación social yel duro asfalto de la ciudad.

En Antioquia por ejemplo, las autoridades departamentales resaltan, con ciertoregocijo, el departamento “ejemplo de atención a la poblacióndesplazada”, pero cuando se profundiza en el tema la imagen mediática sedesdibuja y lo que se revela es una situación compleja de manipulación decifras y de indignidad humana.      A esto se le suma la preocupación por el fallode tutela de un juez de Carmen de Bolívar que ordena liberar   de manerainmediata 40 predios en los Montes de María (unas 1.000 hectáreas) para quepuedan ser vendidos. Descongelando parte del programa de protección de bienesde los desplazados. Esta es la misma zona, donde se ha alertado sobre aparentescompras irregulares de tierras a los campesinos.

No es de sorprenderse entonces, cuando a nuestro país no le va muy bien enlas mediciones internacionales sobre derechos humanos, cuando las mujeresdenuncian en su día el incremento de la violencia y sólo se celebra el hechode estar vivas y luchando por sus derechos y por los de toda la sociedad. Pocohay por celebrar pues son las mayores víctimas de varias formas de violenciacon alta responsabilidad del Estado, de su fuerza pública y de la sociedad. Noes grato recordar que en Colombia los mayores abusos se han cometido a travésde los falsos positivos a campesinos, afrocolombianos e indígenas y con lapersecución sistemática a defensores de derechos humanos y periodistas.Hechos que le han costado al gobierno de Uribe el estancamiento del ilegítimoTLC con los Estados Unidos, así el gobierno afirme lo contrario. 

Desafortunadamente no podemos decir lo mismo del acuerdo comercial entreColombia y la Unión Europea ya que en la negociación de este TLC, losganaderos señalaron que se había sacrificado el sector lechero a quien se leeliminó la protección de la franja de precios y los lecheros tendrán quecompetir desventajosamente con la leche fuertemente subsidiada que llegará deEuropa. Este resultado era totalmente previsible y sólo la ingenuidad o malafe de algunos dirigentes gremiales, podrían suponer otra cosa.

Finalmente, ante las evidentes realidades se requiere de una revisión críticapero sobre todo propositiva, que no albergue falsas esperanzas en figuras oplanteamientos políticos engañosos. Se necesita con urgencia mantener yfortalecer la esperanza que permite vivir. Continuar la lucha sin desfallecerdesde nuestras propias acciones, hay mucho por lo que hay que luchar, tenemosel compromiso de curar la salud, recuperar la educación, proteger el agua pero sobretodo salvar la vida.

Mientras unos ondean las banderas de las políticas que nos dividen y aplaudenal verdugo que nos mata, nosotros los invitamos a seguir firmes en el empeñode construir conciencia. Creemos que es urgente insistir en comprender laverdadera realidad que nos oprime para actuar, movilizarnos y defender nuestroderecho de vivir con dignidad.