Colombia: Crisis de los nukak, olvido gubernamental

2009-07-22 00:00:00

Calamar, Guaviare
Se estima que un 50% de los nukak ha nuerto por causa de enfermedades prevenibles. La Humanidad que les consideró su patrimonio no se conmovió de su drama.
Uno siente que no hay interés, ni voluntad por parte de las instituciones del Estado para responder a la situación del Pueblo Indígena Nukak Makú. No les importa, no generan recursos económicos para atenderles. Uno siente que está hablándole al viento: se pierden las palabras y los textos de solicitud; es una situación de impotencia que uno no sabe cómo explicar…
Soy Albeiro Riaño, médico, especialista en alta Gerencia del Sistema General de Salud, de la Universidad Tecnológica de Pereira. Fui nombrado por la Autoridad Nacional de Gobierno Indígena, ONIC -desde 2007- para atender a los nukak dada su difícil situación.
La negativa insistente de los entes territoriales encargados de la atención en salud y de la contratación llevó a la ONIC a asumir esta función. Mi compromiso es hacer visible la situación de los nukak y otros pueblos frente a la indolencia de las instituciones del Estado.
La Humanidad que les consideró su patrimonio no se conmovió de su drama
A comienzos de los años 50 del siglo pasado mucha gente sabía que los nukak existían, pero -entonces- no se hizo mucho alboroto; hace 21 años en el municipio de Calamar aparecieron para el mundo.
Entre 1987 y 1988, recuerdo, fue el boom nacional: ‘los Nukak Makú, último pueblo nómada del mundo, genéticamente puros…’ Pasó la euforia publicitaria y el Estado y los distintos gobiernos olvidaron implementar acciones para protegerles.
Luego de su aparición, el conflicto -contacto violento- entre colonos y nukak ocasionó un primer desplazamiento a Calamar y a Mapiripan. El Estado les abandonó a su suerte. No se generaron condiciones adecuadas para atenderles; ni se les brindó garantías de seguridad para permanecer en su territorio, ni para recrear y vivir su cultura.
En 1992 hubo acompañamiento humanitario para el retorno de los nukak al territorio, pero a un lugar no apto para ellos: Tomachipan. Habían salido de otra zona. A su retorno traían gripa y enfermedades adquiridas por contacto con los colonos en su permanencia en Calamar.
En su peregrinar a la zona de Charras, al entrar en contacto con otros grupos de nukak diseminaron estas enfermedades ocasionando una gran mortalidad, especialmente de adultos, jóvenes y ancianos. Se estima que un 40 o 50% de población nukak murió entre 1992 y 1996; pienso que más de mil personas, investigadores como Héctor Mondragón, Carlos Franklin, Dani Maecha hablan de 1300 o 1400 personas.
Con la muerte de los ancianos se perdió gran parte de sus costumbres tradicionales, pero el gobierno no visibilizó esta realidad. A pesar de lo que ha pasado no hay una conciencia nacional con respecto a los nukak y poco nos duele su penar. ¿Tendremos qué esperar su irreversible extinción para conmovernos…?
El olvido y las enfermedades asolan a los Nukak
En 2002, 2003 se generaron desplazamientos hacia el casco urbano de San José; esto hizo evidente -al menos un poco- su situación. No obstante, las instituciones del gobierno continúan tapándose los ojos frente a la situación real de los nukak que carecen de acompañamiento humanitario, educación, e inversión social. Ni siquiera cuentan con atención en salud por parte del Estado.
El proceso de colonización territorial emprendido por colonos que llegaron a tierras de los nukak les inculcó -impuso- una serie de necesidades que antes no tenían y, una serie de creencias y costumbres contrarias a las suyas.
Cambiaron sus alimentos tradicionales por panela, arroz, azúcar, pastas… alimentos no apropiados para sus formas de vida, lo cual generó problemas de desnutrición y otras enfermedades. Pero la enfermedad más grave que está matando a los nukak -desde el punto de vista social- es el olvido y el abandono general por parte del Estado.
Numerosas enfermedades clínicas afectan a los Nukak, entre ellas infecciones respiratoria aguda, principalmente en niños; enfermedad diarreica aguda; desnutrición que se reproduce y hace a los niños proclives a la muerte; paludismo y algunos casos de neoplasia. La Secretaría Departamental de Salud no se ha pronunciado frente al tema.
¿Qué se ha hecho? Se estableció un convenio con la ESE departamental: Red de Servicios de Primer Nivel, para hacer una contratación indefinida de atención a los Nukak. Pero de manera irrespetuosa con la ONIC y con las instituciones mismas del Estado la ESE hizo un contrato sólo por seis meses.
La ESE ha aportado, sólo en algunos casos, la logística de medicamentos no y algunas veces el transporte; aunque lo ha hecho también la ONIC, el ICBF y la Defensoría del Pueblo.
Factores que aceleraron la crisis nukak
Uno es el conflicto armado. La presencia de grupos guerrilleros, paramilitares y militares conllevó al desplazamiento y aceleró la crisis del Pueblo Nukak Makú, conformado por varios grupos: Wayari, Mro, Takaye, Meomuno, Mapimuno -Mipo- entre otros. Un grupo de ellos los Guayarimuno -180 personas- permanecen desplazados desde el 2003 en cercanías a San José del Gaviare.
Algunos grupos que permanecen en su territorio o han retornado a él como los Meomuno y Mapimuno se encuentran en una crítica situación. El gobierno no ha hecho nada por este pueblo catalogado por la Unesco como patrimonio genético y cultural de la humanidad.
La falta de servicios de salud es otro factor de desplazamiento; los Nukak tienen que desplazarse para conseguir asistencia médica. El único sitio donde hay atención es San José. En Mocoare, Tomachipan y Charras pasamos hasta cuatro meses sin médico desde cuando la ESE asumió la contratación médica; no hay médico en ninguno de estos sitios.

Los Nukak reducidos en sus vidas y costumbres
Cuando muere un nukak, muere una posibilidad de supervivencia. Los nukak están reducidos, casi exterminados, apenas existen unos 485. La mortalidad de los 90, acabo con gran parte de sus conocimientos ancestrales y sus secretos medicinales. Existen todavía algunos Payes, médicos tradicionales, pero han estado desde su aparición adoptados a servicios de salud y medicina occidental.
Cualquier enfermedad para ellos resulta catastrófica por su condición de vulnerabilidad; una gripa puede convertirse en neumonía y llevarles a la muerte. Ha sucedido, pues luego de hasta cuatro días de camino llegan a un centro de salud, donde el promotor no cuenta con condiciones, ni recursos para atenderlos.
Los Nukak, aún, son fuertes en identidad y en conocimientos, especialmente aquellos grupos que no han sido muy tocados por la colonización, pero otros muestran desinterés por practicar sus costumbres y fortalecer sus creencias.
La vida con ellos en la selva
Trabajar y convivir con los nukak ha sido positivo y gratificante, uno aprende mucho de estos pueblos; la compenetración que debe haber entre el ser humano y la naturaleza. Conocer nuevas perspectivas de la vida es muy grato, pero muy triste por las penurias que pasan los Nukak, los Guayaberos y, las penurias que uno pasa para lograr algún tipo de atención para ellos…
Para la mayoría de los Nukak la prioridad es regresar a su territorio, es parte de su pensamiento y su objetivo. Pero han expresado que regresaran bajo condiciones de seguridad. Para mí también el objetivo es continuar el trabajo con ellos.
Redacción, Sistema de Información e Investigación Indígena, SICO, de la ONIC