Paraguay: Trabajadoras, obreras, campesinas e indígenas

En el marco del Día Internacional de la Mujer Trabajadora  

2009-03-09 00:00:00

Hoy se cumplen 32 años de la declaración del 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora, esto en homenaje a las trabajadoras que desde finales del siglo XIX protagonizaron las luchas por la organización del movimiento obrero y por sus reivindicaciones de clase y de género. Las condiciones de trabajo en aquel entonces eran tremendamente duras para todos los trabajadores pero para las mujeres eran aún más agotadoras, porque sumaban las tareas del hogar y el cuidado de sus hijos luego de 12 o 16 horas de trabajo.
 
Ha transcurrido mucho tiempo desde aquellos acontecimientos; sin embargo, el 8 de marzo no es una fecha para celebrar: hoy, las condiciones de explotación y desigualdad siguen existiendo, y con tendencia a empeorarse, cuando asistimos a la crisis del capitalismo mundial y el reacomodo de las fuerzas del capital internacional a fin  de lograr el salvataje del sistema. Esto atenta directamente contra los millones de trabajadoras y trabajadores del mundo, sumándolos a las cifras de desocupados o empeorando aún sus condiciones laborales apuntando a la sobreexplotación. La feminización de la pobreza es un dato cada vez más alarmante: las mujeres representan el 60% de la población trabajadora mundial más pobre.
 
Paraguay no está exento de esta crisis del capitalismo que hoy acrecienta los daños estructurales de su economía, basada en la agro-exportación, el monocultivo (cultivo extensivo de la soja y uso de agrotóxicos) y la no-industrialización. Es la clase trabajadora en el campo y la ciudad, nuevamente, sobre quien recae todo el peso de las contradicciones del sistema capitalista. Y en esta renovación de las formas de explotación del hombre por el hombre es la mujer, obrera, desempleada, marginada, campesina e indígena el sujeto de la sobreexplotación.
 
Esto se visualiza en la ciudad donde las trabajadoras continúan sometidas a condiciones laborales de discriminación y sobreexplotación, subocupadas, sin seguro social, sin garantías para la reproducción y salud materno infantil. En el campo la situación es menos optimista, ya que el costo de vida también se ha disparado de manera alarmante, hay menos tierras para labrar, no hay acceso a la educación y menos a la atención médica materno infantil, las mujeres y sus familias enferman por el uso no reglamentado de agrotóxicos obligadas al desplazamiento y migración forzada a las ciudades. Todo esto es doblemente visible en las comunidades indígenas, quienes además de ser sometidos a la pobreza cargan con la discriminación por su origen étnico y cultural.
 
Bajo estas condiciones, y a pesar del cambio de gobierno, aún no se visualizan soluciones rápidas y eficaces. El cambio debe ser estructural y apuntar a unas nuevas relaciones de producción; en tal sentido, nosotras, mujeres obreras, campesinas e indígenas llamamos a la defensa irrestricta de los espacios democráticos iniciados en el 2008. Más allá de las individualidades llamadas a participar y fomentar el cambio, sólo la unidad de las trabajadoras y trabajadores y demás sectores populares puede garantizar el avance certero hacia el proceso de liberación nacional donde toda la sociedad que espera el cambio verdadero, logre su total emancipación.
 
 
¡SI a la unidad del sector popular!
 
¡SI a la defensa del proceso de cambio!
 
¡SI a la soberanía nacional y reforma agraria!
 
 
¡NO al proyecto de ley sojera!
 
¡NO al modelo de producción capitalista!
 
¡NO a la inamovilidad de los magistrados y militarización en Paraguay!
 
 
 
Coordinadora Nacional De Organizaciones De Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas (CONAMURI)
Partido Comunista Paraguayo (PCP)
Central Nacional De Trabajadores (CNT)
Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas (MCNOC)
Organización de Lucha por la Tierra (OLT)