Colombia: Nos masacran
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Contra las comunidades indígenas en la Maria Piendamó, la masacre se inició y se prepara mas fuerte con fundamento en la mentira y el señalamiento. Débil acción e incidencia de los organismos nacionales e internacionales de derechos humanos.
A comienzos de la lucha del CRIC nos mataron los pájaros contratados por los terratenientes. Luego han sido los grupos paramilitares en connivencia con los organismos del Estado, y también lo ha hecho la guerrilla. En las últimas movilizaciones la fuerza pública ha ensayado mecanismos e instrumentos para asesinarnos impunemente, los cuales se han ido haciendo cada vez más comunes, ante la indolencia de la opinión pública que permite y acepta se actué por fuera de constitución y la ley desde el propio Estado, contra la población pobre de Colombia.
Hoy, tenemos a una policía que en nombre de la legitimidad del Estado, aplica desproporcionadamente la fuerza, ejecuta la pena de muerte y asesina a la población que tiene la obligación constitucional de defender. Con tanquetas, armas convencionales y no convencionales, a machete, tiros recalzados y de fusil, agraden a quienes nos movilizamos, pretendiendo borrar su ignominia y su desconocimiento de los mínimos de un Estado Social de Derecho.
Luego de asesinar, herir, desconocer derechos fundamentales, salen a mentir señalando que somos los mismos indígenas y sectores populares, los que nos estamos autoeliminando o que tenemos pactos con la guerrilla y que por usar sus explosivos nos estamos dando muerte nosotros mismos. Con esto no solo quieren encubrir sus crímenes sino que van preparando las condiciones y justificaciones para la realización de la masacre.
Entre tanto sectores de opinión reclaman por el diálogo interesados en la movilidad de la vía Panamericana, aunque parecen ya acostumbrados a la muerte como argumento de defensa del Estado, y no muestran preocupación por la violación de Derechos humanos que en la María se está dando por parte de las fuerza pública. Sin embargo sectores populares y democráticos se manifiestan públicamente en la defensa de la vida y de la Constitución, y saben que esta es una lucha de todos por salvar lo poco que nos queda de Estado Social de derecho.
La defensoria del pueblo ha llamado al respeto de los derechos humanos y al diálogo, lo cual es parte de su función; requerimos sin embargo, que este mecanismo instituido en la constitución de 1.991 cumpla su papel y sea un garante del respeto del Estado a los derechos humanos; la defensoria del pueblo debe hacer presencia en la zona y cerciorarse de cómo está actuando la fuerza pública, que armas no convencionales y convencionales está utilizando, la presencia de personas de civil armadas protegidas por la policía, la violación de viviendas; la defensoria debe aclarar ante la comunidad nacional e internacional quienes son los que no dejan pasar las ambulancias ya que el ejercito y los medios que difunden sus comunicados dicen que somos nosotros, y nosotros sostenemos y sabemos que es la fuerza pública la que lo impide. Hacemos un llamado al Defensor del Pueblo Nacional para que entienda que acá no está rigiendo la Constitución colombiana y que es deber de la Defensoria velar para que ello no sea así.
En el mimo sentido, llamamos al sistema de Naciones Unidas y a la mesa humanitaria del Cauca, y la comunidad internacional para que puedan ser veedoras y puedan decir al mundo que es lo que está pasando en la María. Si se plantea la verdad y la justicia como bases fundamentales de la paz y la convivencia, estas no solo hay que buscarlas posteriormente a que se presenten los hechos sino también en el presente de esta guerra que se generaliza contra la población.
Más de sesenta heridos, un muerto, otro cuerpo abandonado y macheteado al que no se permite llegar por parte de la fuerza pública, uso de armas no convencionales y convencionales y procedimientos no autorizados legal ni éticamente, el entronizamiento de la mentira como verdad de Estado, las tanquetas avanzando por las vías secundarias, los helicópteros circundando el área indígena, el resguardo de la María convertido en un campo de guerra, ameritan y exigen que las instituciones nacionales e internacionales de derechos humanos, y todos los demócratas del mundo detengan esta masacre.
En la medida en que este territorio indígena ha sido convertido en un campo de muerte y de guerra, se oyen rumores de que actores armados de la guerrilla pretenden pescar en río revuelto, ya que al igual que al Estado solo les interesa la intensificación del conflicto. Rechazamos cualquier acción de estos actores, y reclamamos el respeto a la movilización y autonomía del movimiento social y el respeto al DIH.