Colombia: Que se larguen los que traen la guerra

2008-09-22 00:00:00

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En el Norte del Cauca se viene librando una guerra del Capital transnacional con los EEUU y Álvaro Uribe, contra la dignidad y la vida. Una guerra a la que contribuyen quienes a nombre de resistir el terror oficial y paramilitar, siembran y atraen terror contra nosotros.
 
En la tarde del Jueves 18 de Septiembre les informamos sobre el asesinato por parte del ejército de un comunero en Jambaló y sobre las acciones de sicarios de la Policía Nacional en Huellas-Caloto. A la 1:33 de la mañana del viernes 19 de Septiembre, pocas horas después del comunicado con las noticias de Huellas y Jambaló, tuvimos que activar nuestros medios propios, mientras se daba un violento ataque en la hacienda La Emperatriz en Caloto. Un poco después de las 4 de la mañana, una bomba emboscaba un camión del ejército que transportaba refuerzos hacia La Emperatriz. Todo el día 19, helicópteros militares y aviones de guerra sobrevolaron el Norte del Cauca. Toribío fue sometido a un violento hostigamiento por parte de las FARC durante 4 horas, la tarde del mismo 19 de Septiembre. Han muerto por lo menos 1 comunero inocente y 2 soldados y hay por lo menos dos soldados heridos. Pero está amenazado todo el pueblo Nasa del Norte del Cauca. ¿Guerra en el Norte del Cauca? ¡Claro que si! Pero, ¿ guerra para qué y contra quién?

 
Para información de los que se niegan a reconocerlo, el territorio del Norte del Cauca es el Cxab Wala Kiwe, o Territorio del Gran Pueblo en Nasa Yuwe, la lengua de la gente, del pueblo Nasa. Es un territorio ancestral y sagrado donde, en medio de la persecusión y el terror de 516 años, se ha construido desde Febrero de 1970 un proceso ejemplar de autonomía, justicia y libertad. Hoy el mundo, poco a poco admira y reconoce este esfuerzo extraordinario. Pero para los sicarios, para la Fuerza Pública, para los Estados Unidos y su Plan Colombia, para Álvaro Uribe, quien ofrece recompensas por las cabezas de los que luchan por su territorio en libertad, para Juan José Cháux Mosquera que hace alianzas con paramilitares y con Älvaro Uribe para ganar elecciones y despojar indígenas, para las corporaciones transnacionales que buscan recursos y riquezas y para las FARC que hacen la revolución con desprecio a la vida de estos pueblos y procesos, el Territorio del Gran Pueblo, no es más que un "Teatro de Operaciones" en disputa por la vía del terror y de la muerte.

 
Esta es una guerra contra el pueblo Nasa, contra la ACIN y los Cabildos del Norte del Cauca, contra las comunidades, comuneras y comuneros que no han hecho nada distinto a tratar de vivir con dignidad, a su manera en su territorio y desde ese ejemplo humilde y cotidiano, contagiar el "mal ejemplo" de la autonomía y la defensa de la vida en libertad. Tanto el régimen como la insurgencia persiguen al pueblo Nasa. Esto lo proclamamos con claridad. Con el mismo desprecio, unos y otros intentan involucrarnos en sus bandos. Meternos en una guerra que es de ellos contra nosotros y que por eso no es nuestra. ¿Que son diferentes unos de otros? Claro que sí. Pero esto lo deben aclarar ellos. Nosotros somos víctimas de todos, estorbo y excusa. Buscan robarse nuestra lucha o aplastarnos. Que se vayan con su guerra. Que nos dejen en paz.

 
Pero no se van a ir, a menos que los saquemos los pueblos del mundo. Precisamente porque esta guerra tiene un propósito que avanza: entregarle el territorio a los intereses económicos de las transnacionales y del capital. Ese resultado final necesita de la guerra y del terror contra nosotras y nosotros. Necesita que este no sea más el Cxab Wala Kiwe, sino una fuente de Agua Cristal o Agrocombustibles de Ardila Lulle y sus cómplices, oro sin montañas ni bosque para Kedadha, bosques de mentira sin especies, para Smurfit, Cartón de Colombia y corredores de asfalto para la infraestructura del IIRSA con el que sacan la vida para los mercados globales. Esta guerra la gana el capital y la perdemos todas y todos. Por eso no aceptamos las propuestas políticas de quienes promueven la seguridad democrática pero sin violación de derechos humanos. Sabemos que esto es imposible por principio. La seguridad democrática es el terror para despojar y el medio para imponer el modelo económico de colonización. Que no nos confundan con promesas de algo distinto que es más de lo mismo.

 
Esta semana, los corteros, los esclavos que no comen si no cortan y si cortan no comen, llevan seis días en paro. Seis días de enorme dignidad en estas tierras. A ellos también los derrotan con esta guerra, con los ataques a nuestro territorio que le permiten al ejército entrar, amenazar su justa causa y reprimirlos.

 
En el Norte del Cauca se viene librando una guerra del Capital transnacional con los EEUU y Älvaro Uribe, contra la dignidad y la vida. Una guerra a la que contribuyen quienes a nombre de resistir el terror oficial y paramilitar, siembran y atraen terror contra nosotros. Que se vayan, que se larguen, que nos dejen vivir. Esta guerra es contra la vida y por eso reafirmamos nuestra autonomía. Nos van a tratar de involucrar. Van a decir unos y otros que fuimos nosotros. Acá y con toda la fuerza decimos: ¡No es indígena, ni pertenece al Cxab Wala Kiwe quien promueva el terror, traiga la guerra o la provoque! Por eso vamos a hacer lo que esté en nuestra capacidad por echar la guerra y a quienes la provocan, vengan de donde vengan. Para este empeño, que es contrario a la agenda del Plan Colombia y de la transformación de nuestra Madre Tierra (Mama Kiwe) en teatro de operaciones, necesitamos la solidaridad de todas y todos. La misma que merece y ha recibido Bolivia, que con dignidad se levanta de la agresión.