Colombia: Los Pueblos Indígenas marchamos permanentemente
La Organización Indígena de Antioquia aunque no se manifestó sobre la marcha del 4 de febrero pasado, comparte en buena parte las interpretaciones y observaciones que se le han hecho a esta movilización desde las organizaciones sociales e indígenas como el CRIC y la ACIN.
Nuestra Organización mantiene la postura de que la única salida posible y la menos dolorosa para este conflicto social, político y armado que nos desangra hace por lo menos medio siglo, es a través del diálogo y la negociación política, creemos en una salida negociada donde no haya la sensación de que ganó el gobierno y perdió la oposición armada, o donde el gobierno se entregó y ganaron los otros. La victoria debe ser la de una vida digna, de bienestar para todos, como dicen nuestros pueblos de Vivir Bien.
La marcha del 4 de febrero dejó la idea que la miseria, el hambre, la inequidad, las masacres, el secuestro, la extorsión, el narcotráfico, la tortura, entre otras prácticas sanguinarias y nefastas son sólo responsabilidad de un solo actor: Los terroristas de las FARC. Pero muchos de los marchantes no fueron convocados sólo por ese eslogan, fueron porque están en contra de todas esas miserias, también responsabilidad de este Estado, de los empresarios, de los monocultivadores, de los paramilitares, de la corrupción de muchos funcionarios del Estado, de los parapolíticos, de las multinacionales que inyectan dólares a la guerra, de la minería que deja campos arrasados. Mal hubiera hecho la OIA si se hubiera metido a una marcha que se convocó desde la candidez y la falta de formación política de unos jóvenes cibernautas del Face Book y que aprovechó el gobierno, la burguesía, el paramilitarismo y los medios de comunicación para impulsar una segunda reelección presidencial que se presentó como una propuesta del partido de la U dos días después de la marcha organizada desde el palacio presidencial.
Nosotros los indígenas sabemos que una de las mayores atrocidades que se pueda cometer en contra de la dignidad humana es el secuestro, lo vivimos constantemente, cuando el ejército nos confina, cuando la guerrilla nos ataca y seduce a nuestros jóvenes, o cuando los paramilitares se los llevan y no volvemos a saber de ellos. Peor aún cuando el Estado y sus fuerzas militares nos atacan como lo han denunciado el Cabildo Mayor de los Resguardos Indígenas de los ríos Murindó y Chajeradó en conjunto con la Comisión Vida Justicia y Paz de la Diócesis de Quibdo, el pasado 8 de febrero cuando bombardearon la comunidad La Isla ubicada en el Resguardo Embera - Katio del Río Murindó, perteneciente al Municipio de Murindó en el Departamento de Antioquia – Colombia, desde un avión militar que sobrevoló las comunidades de Coredó y La Isla , y dos aviones de guerra que ametrallaron y bombardearon la zona del cementerio de ambas comunidades. Las bombas destruyeron parte del cementerio y árboles frutales. En el cementerio quedó un cráter de cuatro metros de diámetro y dos metros de profundidad. Una tumba quedó totalmente destruida, lo cual significa la profanación de un lugar sagrado y vulnera profundamente los sentimientos religiosos de los indígenas. Dos bombas cayeron a una distancia de apenas 200 metros de una casa. La fuerza de la explosión tiró al suelo a sus habitantes, una mujer quedó sorda y todos los animales de la casa huyeron al monte. A causa del humo de las bombas una niña de año y medio quedó afectada con asfixia y vómito y tuvo que ser hospitalizada en Murindó. Las bombas y ráfagas pusieron en grave peligro las vidas de hombres, mujeres y niños que estaban pescando y cazando en la zona bombardeada.
Por eso pensamos que la marcha del día 4 de febrero hubiera sido expresión de la voluntad soberana y popular si hubiera marchado por la liberación de todos los secuestrados de derecha o de izquierda, de la guerrilla, de los paramilitares y de los abusos y violaciones a los Derechos Humanos, hubiera sido bueno que la convocatoria hubiera invitado a marchar por el Acuerdo Humanitario inmediato y sin condiciones. Que importante hubiera sido para la democracia y no para el caudillismo, que los medios y el gobierno nos hubieran convocado a marchar y a exigir la verdad sobre todos los crímenes de lesa humanidad, los magnicidios, las masacres, las desapariciones, el terror sembrado en nuestro campo, contra la nueva oleada de asesinatos que se despliega en las ciudades y campos colombianos bajo la sombra de las Águilas Negras, contra la injusticia y la desigualdad social.
Creemos que esta marcha, como muchas otras personas y organizaciones defensoras de derechos humanos, fue una marcha del odio, y fue un llamado a la confrontación y la polarización del pueblo, ni siquiera es un grito de guerra de los desposeídos y excluidos contra los opresores, es una invitación al exterminio entre nosotros los oprimidos.
¿Entonces qué hacer el día 6 de marzo? Muchas cosas podemos hacer: Primero debemos reflexionar colectivamente en nuestras organizaciones sobre cuál es la paz que deseamos, cuál es la democracia a la que le apostamos, cuál es nuestro ideal de Vivir Bien. No podemos olvidar a los caídos y desaparecidos: las extensas listas de víctimas del paramilitarismo, el terrorismo de Estado, la guerrilla, y el narcotráfico, esta lucha es la lucha de todos, es por ellos.
Se convocó a esta marcha del 6 ante el dolor y la ausencia de miles de muertos y desaparecidos que no tuvieron presencia el 4, pero igual la marcha del 6 tiene en cuenta a todos, porque el dolor y el duelo y el reclamo de verdad y justicia no tiene color, no tiene partido, no tiene caudillos, darle tinte sería una gran mezquindad.
Todos los colombianos hemos sido víctimas, hemos estado cerca de la guerra quizás también por esto muchos salieron a marchar sin darle una lectura política a la acción mediática de algunos intereses privados y oscuros, el 6 de marzo debe ser una nueva demostración de un NO ROTUNDO A LA GUERRA y a los que la quieren fomentar de un lado y del otro. Y un SI ABSOLUTO AL ACUERDO HUMANITARIO. No podemos permitir que nuestro país se divida en momentos tan críticos donde ante todo debe relucir la verdad, la justicia y la reparación integral de todas las victimas del conflicto armado por encima del negocio de la guerra.
Les exigimos a todos los actores armados que han participado de este conflicto y al gobierno nacional que no se involucren con esta movilización civil y respeten las expresiones de repudio contra la realidad colombiana, le pedimos a los medios de comunicación que cumplan su función social de informar y comunicar las propuestas y planteamientos que allí se den sin tergiversar la verdad a favor de algunos, y convocamos a todos los colombianos y colombianas indígenas, afrocolombianos, campesinos, desplazados, mestizos, obreros, estudiantes, a marchar para legitimar el rechazo que toda una sociedad hace contra este conflicto y no para legitimar ideologías políticas o caudillismos.
Por la liberación de todos los colombianos; NO MÁS: a los violentos, a la injusticia social, a la verdad oculta, a la exclusión, a la discriminación, a la inequitativa distribución de la riqueza, a la destrucción de nuestros bosques que es la vida misma, a la muerte de nuestros hijos lejos de casa.
FRENTE AL FUSIL: LA PALABRA
Todos a Marchar el 6 de marzo