Los pueblos indígenas no celebramos

Colombia: ¡resistimos a la neocolonización!

2007-10-17 00:00:00

¡!!Se acabó el resistir por resistir, llegó nuestro tiempo: movilización continental de los Pueblos Indígenas del Abya Yala, contra el racismo, exclusión, depredación, militarizaron y violencia; por los derechos colectivos, libre determinación y autonomía!!!.

En el marco de la conmemoración del 12 de octubre, la ONIC realizará una exposición de videos, documentales, fotografías y elementos que mostrarán que nuestra cultura sigue viva, y que la Cultura es el pilar de la RESISTENCIA. De modo que en la Maloka de la ONIC en Bogotá (calle 13 No. 4-38), quienes sientan el impulso de recabar sus raíces tendrán la oportunidad de ver reflejados su pasado en imágenes, música y vivos testimonios de los 92 pueblos indígenas que dan cuentan del país multiétnico y pluricultural que es Colombia.

Por lo tanto invitamos a estudiantes, docentes, indígenas, afrodescendientes, room, raizales, amigos e incluso a quienes se resisten a no reconocernos, a llegar a la Candelaria, a partir de las 9 de la mañana hasta que el cuerpo aguante.

Este 12 de Octubre no es un día para celebrar, porque nuestra situación no ha cambiado, el Estado sigue negando nuestros derechos, violando nuestros territorios, desconociendo nuestra dignidad. Continúa la grave crisis que encierra la extinción de los territorios por obra de un modelo económico basado en la guerra, la discriminación étnica, el despojo territorial, las nuevas y viejas enfermedades que siguen acabando con la vida de nuestros pueblos. Pese al aporte de los verdaderos dueños de Amerikua, en Colombia, el gobierno de la seguridad democrática nos niega al adoptar la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas; hecho que consideramos que viola y atenta los derechos a la Autonomía, Territorio y Cultura, y desconocen los derechos individuales y colectivos de los Pueblos Indígenas de Colombia.

Para el año de 1942 habitábamos en lo que actualmente es Colombia, alrededor de 10 millones de indígenas y más de 250 pueblos diferentes. Pasados tres siglos de continúo atropello sólo sobrevivíamos 460 mil indígenas. Durante los últimos dos siglos hemos logrado duplicar nuestra población, hoy somos alrededor 1.300.000 indígenas, 92 pueblos , con 64 idiomas propios.

El gobierno se empeña en legalizar una política que solo pretende lo irreparable, mientras continúa la cruda guerra en nuestros territorios y se propague la desprotección estatal para nuestros pueblos. Observamos como en los procesos de negociación y desmovilización paramilitar no se contempla ni la verdad, ni la justicia, ni la reparación. ¿Cómo reparar a un indígena que ha perdido su gente, su madre tierra, su territorio? Advertimos como transforman sus efectivos en agentes auxiliares de la fuerza pública, como reconvierten su capacidad de control territorial mediante el estableciendo de cordones agroforestales, orientados al aislamiento y confinamiento de nuestros pueblos. Todo esto bajo el pretexto de una guerra antiterrorista y/o antinarcóticos.

La economía neoliberal está acabando con nuestras tierras, no permite que estemos a cargo de ellas, muchos de nuestros indígenas deben abandonar sus ranchos, su tierra, sus animalitos, para evitar ser asesinados, llevando a que cada día crezca el número de indígenas desplazados, indígenas que no solo son sacados de su lugar de origen sino a quienes les son arrebatadas sus tradiciones y prácticas culturales, pues deben buscar refugio en ciudades, pueblos, calles con otro ritmo de vida al cuál ellos no están acostumbrados.

Afrontamos los más altos índices de ausencia de justicia (impunidad); somos víctimas de cambios legislativos orientados a una contrarreforma constitucional regresiva, que vulnera nuestros derechos; lesionados cada vez más por un gobierno cuya guía principal es el militarismo y la militarización de nuestros territorios, para llevarse nuestros recursos naturales, energéticos, mineros, etc, violando las leyes nacionales e internacionales que lo obliga a realizar una consulta previa a la hora de intervenir en nuestros territorios y como último hecho de negación, el gobierno colombiano fue el único gobierno Latinoamericano que se abstuvo de votar la declaración de la ONU que busca proteger los derechos de los pueblos indígenas.

Nuestro riesgo de desaparecer es tan evidente que hoy somos 18 pueblos en vías de extinción, por falta de políticas estatales que les permitan la pervivencia en sus territorios ancestrales y eso sin contar los pueblos víctimas de asesinatos selectivos de líderes, voceros, y autoridades tradicionales, que reclamaban nuestros derechos como grupo étnico pluricultural. Homicidios que forman parte de estrategias destinadas a descabezar, desorganizar, y desintegrar social y culturalmente a nuestros pueblos y por ende a borrarnos de la faz de la tierra. Hoy, por ejemplo, nuestros pueblos Embera Katío, Tule y Kankuamo padecen, en intensidad y proporción, los más altos índices de homicidios del país.

Sigue el abuso por parte de quienes tienen el poder en nuestro Estado, pero no solo ellos, sino de los actores armados, especialmente paramilitares, quienes representan intereses de las multinacionales de la minería, madera, petróleo, biodiversidad y farmacéutica, los cuales intentan generar la guerra, culpabilizarnos y desplazarnos, para que no exijamos ningún derecho, pues entre más lejos y más dispersos estemos les será más fácil cumplir su meta de saqueo. Tememos que pasados cinco años perdamos nuestros derechos, gracias al estatuto de desarrollo rural, cuando nuestras comunidades no puedan regresar a sus resguardos y asentamientos no titulados, y cuando la diversidad existente en nuestros territorios sean patentizadas bajo las firmas farmacéuticas extranjera, siendo estas de nuestra madre tierra, y ninguna madre le niega los derechos a sus hijos.

La historia ha demostrado que cada vez que los terratenientes y los sectores económicos han querido apropiarse de nuestra tierra, han impulsado la guerra y la persecución, bajo cualquier pretexto. Hoy nos resistimos frente a la estrategia de combatir a la guerrilla y el narcotráfico, con bombas, fusiles y fumigaciones, en el marco del Plan Colombia y el desarrollo del TLC.

Los pueblos indígenas, NO CELEBRAMOS, NOS RESISTIMOS a toda la serie de violaciones que se cometen contra nuestra gente, nuestro territorio, nuestra identidad, nuestra cultura y nuestra vida. Este 12 de octubre no hay nada que celebrar.

¡¡¡RESISTIMOS!!! en todo el continente americano, desde la Patagonia hasta Alaska. Por eso NOS RESISTIMOS a la tala de nuestros bosques, a la implantación de cultivos de caucho y palma aceitera, a la ganadería extensiva, y a la privatización de nuestros recursos naturales.

POR TODO LO ANTERIOR Y POR MUCHAS OTRAS COSAS, LOS INVITAMOS A QUE NOS ACOMPAÑEN A SEGUIR RESISTIENDO Y SOBRE TODO CONSTRUYENDO UN PROYECTO DE PAIS, DONDE LA DIVERSIDAD CULTURAL SEA NUESTRA BANDERA. UN PROYECTO DE PAIS DONDE QUEPAMOS TODOS, ESPECIALMENTE LOS EXCLUIDOS QUE SOMOS MAS DEL 95% DE LA POBLACIÓN COLOMBIANA Y DEL CONTINENTE AMERICANO.

ORGANIZACIÓN NACIONAL INDIGENA DE COLOMBIA – ONIC.

Contacto: 315-8572995 / 312-6394123