Dimensiones económicas de las políticas de igualdad
En el marco del seminario “Un nuevo modelo económico: Experiencias y desafíos hacia la igualdad”, organizado por la Red Latinoamericana de Mujeres Transformando la Economía (REMTE), una de las plenarias desarrolladas fue la referente a las dimensiones económicas de las políticas de igualdad.
En este panel intervinieron, Francine Mestrum, Universidad de Bruselas, Bélgica; Raquel Coello, representante del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM) - Región Andina; e Isabel Martínez de la Vicepresidencia del Gobierno de España.
Análisis crítico de las políticas de “alivio de la pobreza”
En su intervención, Francine Mestrum recordó que la iniciativa en la lucha contra la pobreza fue desarrollada por el Banco Mundial en el periodo de 1990 y 1995, época en la cual se elaboró una serie de documentos relacionados al tema; sin embargo, para su redacción no se empleo ningún sustento estadístico e investigativo, demostrando que el Banco Mundial ha organizado su lucha contra la pobreza sin un conocimiento real del tamaño de la problemática.
A pesar de estos antecedentes, en 1990 el Banco Mundial crea una ideología sobre la pobreza que contempló tres características básicas: la lucha de la pobreza como un interés común en el mundo entero, la multidimensionalidad y la feminización de la pobreza.
Estas características revelan que para el Banco Mundial enfrentar la pobreza es una política económica, más no una política social, y para combatirla se cuenta con los mecanismos del denominado Consenso de Washington, tales como la globalización, el libre comercio y las privatizaciones.
Las circunstancias indican que estas políticas de “alivio a la pobreza” han sido introducidas para dar un rostro humano a la globalización, y para deslegitimar a la seguridad social afirmando que es un mecanismo a favor de los trabajadores privilegiados, por lo cual es indispensable abolirla.
En todo este contexto, el discurso de los organismos multilaterales ve la pobreza de las mujeres como dócil, de bajo costo e incidencia, invisibilizando de este modo el trabajo doméstico no remunerado, disminuyendo también su rol en el mercado laboral en donde sus condiciones de trabajo son desiguales. Desgraciadamente no se cuentan con estadísticas que nos hablen de la feminización de la pobreza, debido a que esta se mide por hogares y no se sabe cuantas mujeres dentro de esos hogares son pobres.
Las estrategias del Banco Mundial para el alivio de la pobreza, incluyen ciertos proyectos estratégicos de reducción de la misma, que en América Latina han sido reproducidos por cuatro países, Nicaragua, Bolivia, Honduras, Guyana, y Haití que esta preparando un documento. Los dos conceptos empleados por el Banco para elaborarlos son la participación y la apropiación, es decir, los países deben ser propietarios de sus programas para que puedan funcionar, pero en la práctica resulta muy limitada tanto la participación como la apropiación de los distintos sectores de la sociedad en los mismos.
Al terminar su intervención, Francine cuestiona la posibilidad real de alcanzar los objetivos del milenio, porque son problemáticos e incluyen un programa que no es ambicioso en sus metas, sino que por el contrario, resulta ser muy limitado y poco coherente con las necesidades existentes a nivel mundial.
Presupuestos sensibles al género: una herramienta para la igualdad
Raquel Coello inició su participación hablando de las dimensiones de género existentes en la política fiscal, aquí hizo referencia a los principios de estabilidad fiscal, entre los que se incluye alcanzar un equilibrio entre controlar la inflación y tener un nivel tolerable de desempleo, pero al momento de aumentar el desempleo las mujeres son el grupo más perjudicado.
Otro de los principios de estabilidad fiscal, plantea que el presupuesto debe hacerse con un déficit bajo o con superávit, lo cual se puede lograr reduciendo los gastos o aumentando los ingresos, en la mayoría de los casos se opta por una reducción de los gastos afectando programas en donde las mujeres son quienes suplen los servicios que dejan de proveerse, todo esto se vincula al problema del estrangulamiento fiscal o la imposibilidad de incrementar los ingresos por parte de los gobiernos.
Con esta contextualización, es fácil entender que las decisiones que se dan a la hora de construir un presupuesto público, tienen innumerables dimensiones de género que deben tomarse en cuenta para lograr la igualdad entre hombres y mujeres, y es en está perspectiva que se enmarca el trabajo de UNIFEM, que elabora presupuestos de género en base a cuatro objetivos:
1. Que la forma de generar los ingresos y distribuir los gastos tengan un impacto positivo en la disminución de la desigualdad de género.
2. Lograr que se asignen suficientes recursos a las políticas que promuevan la igualdad de género y los derechos de la mujer.
3. Trabajar para promover la transparencia y la rendición de cuentas.
4. Permitir que las mujeres que han trabajado en el área de género y economía desde la academia, puedan ejercitar esos conocimientos en lo práctico.
A nivel latinoamericano estos objetivos son puestos en práctica en iniciativas a nivel nacional y local que se implementan dentro del programa regional de presupuestos sensibles al género que UNIFEM desarrolla, y que se compone de tres pilares básicos, los instrumentos para trabajar sobre la construcción del ciclo presupuestario, las incidencias en los organismos tomadores de decisiones, y lograr el fortalecimiento de la ciudadanía en los procesos de veeduría social.
En el nivel local, el trabajo que desarrolla UNIFEM se fundamenta en los procesos de presupuestos participativos, encontrando mecanismos para incorporar a las mujeres en los espacios de decisión.
Políticas y estrategias para la igualdad: El caso de España
Isabel Martínez, durante su intervención, brindó una visión completa de la experiencia española, que paso de ser un país con grandes inequidades de género, a un país en donde las mujeres son parte del espacio público, cuestionando las reglas y los pactos de una sociedad patriarcal que se resistía a cambiar las reglas del juego.
Todo este proceso ha sido posible desarrollar, gracias a las acciones del movimiento feminista con sus actividades reivindicativas, a las políticas públicas a favor de la igualdad implementadas por el gobierno, y al feminismo académico que sirvió de base teórica y de guía para impulsar estos cambios. Por todos estos aportes, la igualdad de género dejó de ser un asunto de mujeres y pasó a ser una cuestión fundamental para alcanzar el desarrollo que interesa a toda la sociedad española.
El gobierno del presidente Zapatero al considerarse abiertamente feminista y al haber formado un gobierno paritario, inicia un nuevo proceso de cambio y reformas, que ha permitido tener a una mujer en la Vicepresidencia del Gobierno, una mujer presidiendo el Tribunal Constitucional, y un parlamento con 36% de mujeres en él.
Todos estos cambios se han visto reflejados en la creación de leyes que permiten defender los derechos fundamentales de las mujeres, así por ejemplo, se creó la ley contra la violencia de género, que cambia la consideración de la violencia contra las mujeres pues deja de ser un problema privado y pasa a ser un problema político de Estado, el cual requiere la intervención de todos los poderes públicos.
De igual forma, la Ley de Igualdad que fue aprobada en marzo pasado, impulsará cambios fundamentales en la conquista de los derechos de las mujeres y los hombres, al eliminar los obstáculos que conduzcan a una igualdad real, contemplando medidas en todos los sectores públicos. Otro aspecto de la ley es la relativa a la paridad electoral, según la cual todos los partidos políticos deberán tener una representación equilibrada de hombres y mujeres.
Isabel Martínez concluyó afirmando que actualmente la tarea del feminismo debe ser pensar de un nuevo modo, y lo que es más difícil, pensarlo desde ese otro mundo que aún se resiste a cambiar: “hoy afortunadamente podemos hablar de muchos feminismos, hay feminismos más críticos, sociales, identitarios, socialistas, ecologistas, incluso hay muchas feministas empoderadas, esta diversidad es la riqueza del feminismo y lo que sin duda puede solventar las necesidades de las mujeres, teniendo en cuenta que el objetivo último es la transformación del mundo desde el cambio de vida de la mujer”.