Colombia: Llora la madre tierra y nosotros…atolondrados

2007-06-26 00:00:00

Lamento de la madre tierra

¿Por qué llora la madre tierra?…

Porque la han abandonado y la han dejado a su suerte.

Porque nos han cogido con el tapa rabo a un lado,

Porque nos hemos dejado humillar,

Porque el congreso mayoritario del gobierno de Álvaro Uribe aprobó la ley del mal llamado estatuto rural,

Porque con ello los indígenas del pacífico colombiano no pueden acceder más a la seguridad jurídica de su propiedad colectiva al territorio.

Llora la madre tierra, porque en el resto del país no se puede titular en propiedad colectiva bajo la figura de resguardo si estos territorios no hacen parte de los planes de ordenamiento territorial del municipio.

Llora, por que hoy quedan nuestros derechos territoriales al arbitrio de los políticos locales en la aprobación de los planes de ordenamiento territorial.

Llora, porque nos hemos dejado arrebatar nuestro derecho al territorio y la autonomía.

Llora porque estamos ocupados, muy ocupados en la administración de los recursos del sistema general de participación, en la administración de las Empresas Promotoras de Salud Indígena (EPSI) y las IPSI, los proyectos productivos etc. etc. y seguimos muy ocupados.

Llora, la madre tierra, porque el tiempo que le sacamos es para hacer reuniones, para escribir pronunciamientos, porque para las demás acciones no tenemos tiempo por los viajes nacionales, por los eventos internacionales, y la administración de proyectos.

Llora, porque no estamos atentos a los debates del Congreso de la República y pensamos que no nos representan y los odiamos, y no les ponemos atención, porque no caemos en cuenta que es allí donde se hacen las leyes en contra de nuestra madre tierra y no reaccionamos.

Llora porque de los tres congresistas indígenas, sólo la representante a la Cámara ORSINIA POLANCO tuvo el compromiso de estar defendiendo los intereses del movimiento indígena, los demás escucharon los pupitrazos, mientras que otros no indígenas defendieron a capa y espada la soberanía de Colombia.

Llora la Madre Tierra, porque no tuvimos veinte mil indios rodeando y presionando al congreso de las leyes tiranas y respaldando a los legisladores que se dieron el debate contra esa ley.

Llora por que sólo nos contentamos con fuertes pronunciamientos públicos que de vez en cuando algún medio difunde; pero el gobierno y el congreso no le prestan atención o ni se dan cuenta.

Llora la madre tierra, porque nos da miedo marchar en contra de los proyectos que afectan nuestros derechos como el Código Minero, La ley forestal, y ahora el Estatuto de Desarrollo Rural. Se nos dijo, se nos advirtió y se nos repitió sobre la gravedad de la ley pero no reaccionamos.

Llora, porque después vendrá la reforma en contra de la inembargabilidad, la inalienabilidad e imprescriptibilidad de los resguardos.

Llora por que en el último tiempo no hemos marchado en apoyo a los campesinos, a los sindicalistas o no salimos como en el reciente paro de los maestros.

Llora por que marchamos solos; bonitas las marchas; han concitado admiración y solidaridad, pero sin agenda de negociación.

Llora la madre tierra, porque estas leyes abren el paso a los TLC, para la extracción de los recursos de los colombianos.

Llora porque el 63% de los recursos naturales y la biodiversidad están en nuestros territorios que se ponen en riesgo.

Este lamento debería ir para el Presidente de la República como muchas veces lo hice siendo Senador de la República. Pero me dirijo a ustedes, por que son los que llevan la responsabilidad a cuesta de la acción o la inacción. Pues para la lucha nunca ha habido garantías. Si en este gobierno dicen ustedes, que no lo hay, menos lo había en otras épocas. Se imaginan en la época de Quintín Lame o en los setenta cuando nacen las organizaciones indígenas regionales como el CRIC, CRIT, OREWA, OIA, CRIVA, el Cabildo Mayor de San Andrés de Sotavento, la UNUMA y las otras entre ellas la ONIC. La persecución era horrible. No había tutelas, derechos de petición, acciones de cumplimiento, medios de comunicación masivos y propios como hoy, la reacción internacional era más tardía. Pero había unidad, movilizaciones y recuperaciones de tierra, algunos piensan que hoy no podemos movilizarnos por que no hay garantías. ¿Estamos atolondrados?

Se levantó la mesa de Derechos Humanos y luego la de territorios, ¿ello ha tenido algún impacto?

¿Cuáles son las acciones que hacen impacto?

700 Emberá del Chocó se movilizaron. Uribe ordenó atacarlos sin piedad, el resultado fue de 28 desaparecidos para luego instalar una mesa de negociación por las demandas indígenas. ¿El movimiento indígena salió en movilización para apoyarlos?

Por otro lado, las cifras de violaciones al Derecho Internacional Humanitario y de Derechos Humanos hablan solas. La guerrilla, los paramilitares y El Estado, Según CECOIN, son responsables de acciones criminales preocupantes. En el primer caso, el 31% de la violencia de carácter político ejercida contra los indígenas le son atribuibles a los paramilitares y para el segundo caso el 41% son crímenes que se adjudican a los funcionarios del estado en el gobierno de Uribe.

Para el caso de los desplazamientos forzados, el 44% es causado por los paramilitares, el 23% por el ejército y el 25% por la insurgencia.

Para comparar: en el gobierno de Pastrana los homicidios en promedio anual sumaban 75 casos para un total de 298. En el de Uribe, es de 178 casos anualmente para un consolidado de 672 casos en el periodo 2002-2006 (CECOIN).

De acuerdo con lo anterior, podemos deducir, que en el primer periodo de gobierno de Álvaro Uribe, se duplicaron los casos de homicidio de carácter político contra los indígenas.

Frente a lo anterior, reafirmemos que:

Nuestros pueblos y nuestros derechos son anteriores y superiores al estado que nos excluye y nos impone.

Somos pueblos! Pueblos no sometidos. Retomemos los mandatos de nuestros mayores y congresos. Continuemos con la emancipación como pueblos, habitantes y constituyentes de las primeras naciones de América. El estado no son los edificios que están alrededor de la plaza de Bolívar. Nuestro estado son el pensamiento de nuestros mayores, las montañas, los valles, los ríos y nuestros sitios sagrados. Igual nuestras mujeres, nuestros niños y nuestros sabios. Nuestra lengua, el pensamiento que heredamos de nuestros mayores, nuestras comunidades y nuestros territorios. Ese es nuestro estado.

Administremos, gobernemos, hagamos leyes para gobernarnos y administrar nuestros recursos naturales y su biodiversidad.

Constituyamos un parlamento de los pueblos indígenas de Colombia.

La ley aprobada recientemente, denominada Estatuto de Desarrollo Rural, está para la firma del Presidente. Hoy tenemos la oportunidad histórica de movilizarnos para exigirle al presidente Uribe, que la objete por inconveniente los artículos lesivos del estatuto rural para los derechos de los pueblos indígenas y de los colombianos o de lo contrario, seguimos esperando que la Corte Constitucional siga pensando por nosotros.

La Madre Tierra Llora; Si no actuamos, ella seguirá llorando y nuestros hijos también lloraran, también nuestra conciencia llorará.

Mantengamos la tradición de nuestros mayores: la rebeldía frente al opresor!

Jaizareama
GERARDO JUMÍ
21 de junio de 2007