Integración de los Pueblos

Buenos Aires, 1 jun (PL) El acelerado proceso de remilitarización de América Latina impulsado desde el gobierno de Estados Unidos para intentar detener los avances democráticos en la región fue denunciado hoy aquí por expertos en el tema.
"La remilitarización avanza a pasos agigantados sobre nuestros países", alertó la periodista y miembro del Consejo Consultivo del Movimiento por la Paz, la Soberanía y la Solidaridad entre los Pueblos (Mopassol), Stella Calloni.

En Colombia hay siete bases militares al servicio de las fuerzas norteamericanas y se ha implantado un terrorismo de Estado encubierto en una democracia que no existe, señaló Calloni al intervenir hoy en la Conferencia Continental sobre Militarización Imperial.
Enfatizó también que México está ocupado por el complejo paramilitar de Estados Unidos, vive una guerra de baja intensidad y atraviesa una situación dramática de la cual resultan claro reflejo los más de 47 mil muertos registrados.
Mientras, para Centroamérica la mayor tragedia es la reocupación de Panamá, con el establecimiento de nueve bases en las costas del Atlántico y el Pacífico, significó.
Por su parte, el colombiano Enrique Dazza, de la Alianza Social Continental, puntualizó que la militarización no constituye un objetivo en sí misma, sino un medio para alcanzar un propósito determinado.
En el caso latinoamericano, indicó, este proceso apunta a revertir los importantes cambios acaecidos entre 1999 y 2008 gracias a la creciente participación popular, que desbarató los planes de la administración estadounidense para el continente.
Los intereses geopolíticos y estratégicos de la Casa Blanca apuntan precisamente a un creciente activismo militar de Estados Unidos en nuestra región, reiteró Dazza.
El brasileño José Reinaldo Carvahlo, en tanto, centró su exposición en los intentos de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) por elaborar un nuevo concepto estratégico que fundamente el "derecho" a la agresión, y puso el acento en el caso de Libia.
Denunció además las presiones hechas por ese propio bloque militar para declarar al Atlántico Sur como zona de interés estratégico, una pretensión de que momento ha logrado conjurar el rechazo de los países ubicados en esta área geográfica.
El carácter multidimensional de la militarización, que se resignifica en nuevas figuras y estrategias, fue abordado por Ana Juanche, del Servicio Paz y Justicia (Serpaj) de América Latina, quien subrayó que la de Estados Unidos "es una agenda de guerra".