Argentina: Defendamos la vida
La explosión de ira y hambre que sacude a nuestro país es una repuesta
largamente pronosticada frente a la degradación y defraudación que el
pueblo viene sufriendo. Participamos de su movilización y compartimos el
dolor, la angustia y su indignación, ante tanta muerte y represión
injustificada.
Desde Diálogo 2000, exigimos el cese inmediato de la represión policial y
la derogación del ilegal estado de sitio. Reclamamos la liberación y
desprocesamiento de todos los luchadores sociales.
Repudiamos toda forma de violencia contra el pueblo, tanto la ocasionada
por las fuerzas de seguridad, como la que nace de las medidas económicas
aplicadas y que se manifiesta a través del hambre, la miseria, el
desempleo, la falta de salud y educación, la desintegración del tejido
social y el menoscabo de la participación popular y libertades públicas.
Hoy como siempre, sostenemos la necesidad de cambiar las políticas
económicas cuyos beneficios reciben unos pocos en detrimento de todo un
pueblo. Entre otras, reclamamos no continuar pagando una deuda externa
ilegítima, ilegal y fraudulenta. En su lugar comenzar a cancelar la
deuda social que atenta contra la vida de nuestras hermanas y hermanos,
como lo expresaron los tres millones y medio de participantes en la
Consulta Popular organizada por el Frente Nacional contra la Pobreza, que
demandaron al gobierno la adopción de medidas de distribución de la
riqueza para que no haya ningún hogar pobre en la Argentina.
La renuncia del presidente esta noche abre una nueva etapa en la cual
hará falta fortalecer la movilización y organización ciudadana a fin de
el respeto de las necesidades y derechos de la población. Alertamos que
el cambio de nombres en las funciones institucionales del Estado, no
significa dar solución a los problemas estructurales que aquejan a
nuestra sociedad. Por el contrario, se verán agravados si los distintos
poderes del Estado no asumen sus responsabilidades y cambian el programa
neoliberal aplicado desde la dictadura hasta la fecha.
Por eso instamos a todas las organizaciones y movimientos del país, a
toda la población, a mantenerse en alerta, aunar voluntades y seguir
presionando al Parlamento y al Ejecutivo en pos de la justicia y paz
social. Convocamos además al apoyo y solidaridad del mundo entero,
conscientes de que los desafíos que hoy vivimos el pueblo argentino, son
los mismos que enfrentan la inmensa mayoría de la familia humana.
Bs. As. 20 de Diciembre de 2001