Declaración de Montevideo: Producción Social del Hábitat
Declaración de Montevideo
SEMINARIO INTERNACIONAL
"Producción Social del Hábitat y Neoliberalismo:
el capital de la gente versus la miseria del capital"
Pobladores de América Latina:
En la ciudad de Montevideo, durante la primera semana de octubre del
2001, delegaciones provenientes de diversos países de nuestro
continente hemos acordado que el futuro puede y debe vivirse con
dignidad.
En las últimas décadas los pobladores y técnicos comprometidos del
continente hemos edificado millones de metros cuadrados de ciudad,
hemos extendido las redes de servicio comunitario y los equipamientos
colectivos. Nos hemos ocupado de que nuestros lugares sean seguros y
sanos y -en la medida de nuestras posibilidades- transformamos la
árida tierra en afable morada.
Hemos ido construyendo la Vida en los territorios urbanos, con
nuestros saberes, culturas y viejas memorias a cuestas. Hemos ido
acumulando generaciones de manos callosas y prestas a la pelea en la
defensa de nuestro lugar en el mundo.
También hemos sabido mirarnos y reconocernos, poner nuestra mirada
sobre el resto del mundo para que cada vez sea menos ancho y menos
ajeno.
Sin embargo para nuestros gobiernos no pasamos de ser una estadística,
una prebenda electoral, una atención clientelar o simplemente los
pobretones, pelones, lixo da periferia, guasos, rotos, rostros sin
nombre, indocumentados que pueden pasar del festín electoral al
desalojo violento sin etapas intermedias.
La expansiva onda neoliberal va arrastrando a su paso la acumulación
de años de trabajo de nuestra gente. El mercado transformado en amo y
señor del universo determina las reglas de juego, violentando toda
referencia a la cultura, la historia y lo que de particular puedan
tener nuestros pueblos.
El Imperio sigue siendo el imperio. Las incipientes articulaciones
regionales son absorbidas por la voracidad del ALCA. Las venas
continúan abiertas drenando nuestras riquezas hacia las metrópolis,
empobreciendo nuestros pueblos hasta niveles que nunca hubiéramos
pensado. Cada día mueren cuatro mil niños en nuestro continente, tres
de cuatro familias no tienen empleo o se encuentran a punto de peder
el que tienen. Al caer la última campanada en la medianoche de esta
jornada se habrán contabilizado unos veinte mil desalojos, gente en la
calle, para morir de frío, hambre, o simplemente muerte sin rótulos,
bajo las narices cómplices de los gobiernos cipayos.
Hoy el mundo occidental y poco cristiano se apresta a la guerra, se
celebran los ritos de combate y se afilan las bayonetas. Un poco más
atrás de las cámaras de la CNN, los traficantes de armas cuentan las
ganancias por minuto. Es una pena que este despliegue no se realizara
durante los genocidios de los Videlas, los Pinochets, Stroessner, la
infamia secular del Plan Cóndor. Debajo de otras ruinas, nosotros
también hemos perdido a muchos de nuestros hermanos, y los seguimos
buscando -sin equipos sofisticados- simplemente con un pañuelo blanco
en la cabeza cana.
Los Pobladores y técnicos aquí reunidos celebramos nuestro encuentro
en la Esperanza. Nos celebramos en el compromiso de ratificar el rol
del Estado nacional como articulador de las políticas y las decisiones
sobre las necesidades de la gente. Nos negamos a la expropiación
compulsiva de los apetitos privatizadores. Reclamamos atención
prioritaria en la provisión de factores sustanciales a la vida, como
la salud, la educación y la vivienda. Subrayamos la instancia
fundamental del Trabajo, como dador de vida y dignidad, como elemento
dinamizador de las economías y eje insustituible para el justo reparto
de la riqueza.
Los Pobladores reunidos en Montevideo, redescubrimos nuestra capacidad
de constructores y promoveremos una ejemplar consulta a través del
Grupo de Trabajo sobre la producción social del hábitat. Dicho grupo
articulado a través la Coalición Internacional del Hábitat y su
oficina de México, propenderá en el corto plazo de los nuevos eventos
a sistematizar las experiencias de nuestro continente y hacer más
visible nuestra propuesta. En el próximo Foro Social Mundial de Porto
Alegre haremos oír nuestra Voz, y nos reuniremos nuevamente para
sacar las conclusiones.
Para avanzar en el camino de la lucha debemos aprender de nuestras
prácticas cotidianas. Para combatir la exclusión y la miseria debemos
pasar a la ofensiva en el terreno estratégico y el plano ideológico.
Para ello nos hemos propuesto desarrollar el instrumento de acción que
es la SELVIP, fortaleciendo desde la base hasta las nuevas
articulaciones que surjan. Hemos acordado la creación de una Escuela
Internacional de Formación Ideológica que contribuirá de gran manera
al desarrollo del proceso organizativo de los pobladores, habilitará
un intenso intercambio de experiencias y nos permitirá pasar a la
ofensiva en el plano de las ideas y la generación de sentido y
cultura.
Hoy concluimos una semana de trabajo duro y volvemos a nuestros
puestos de lucha de cada día. Volvemos fortalecidos en el
descubrimiento de nuevos horizontes y en la confirmación de nuestras
certezas. La Historia no ha terminado, muy por el contrario las luchas
de los trabajadores dentro y fuera de las fábricas y talleres, sigue
alimentando los ciclos históricos y nosotros nos hemos asignado la
responsabilidad de acumular y construir Poder Popular. Nos hemos
propuesto la edificación de una nueva hegemonía con los trabajadores a
la cabeza de un Bloque Popular Alternativo, que abra las alamedas de
una sociedad mejor. Avancemos para derrotar la corrupción, la moral de
utilería, el cinismo y el doble discurso. Seamos claros en el trazado
de la estrategia y no nos dejemos engañar por los cantos de sirena que
llaman a limar los filosos ángulos del capitalismo. Sólo una
transformación radical del actual orden puede garantizar la
convivencia solidaria y democrática, la constitución de una sociedad
basada en los valores y el amor a la vida y la naturaleza.
Salimos con la Utopía por bandera, con la sonrisa de sabernos miles en
todo el continente. Con la confianza tranquila de quien ratifica su
trabajo y compromiso.
Los Pobladores de América Latina estamos construyendo ciudades
democráticas y sustentables, y más que eso, avanzamos en la
construcción de un ideal colectivo noble y generoso.
Nos llevamos la responsabilidad de seguir adelante. Tenemos una agenda
de trabajo y nos comprometemos a laborar de manera incansable en la
consecución de nuestros objetivos. Tal como lo dijo el Comandante Che
Guevara:
"La única forma de impulsar las tareas es yendo delante de las tareas,
es mostrando con el ejemplo como se hacen, no diciendo desde atrás
como se deben hacer"
Compañeros de América Latina, esta ha sido su casa y continuará
siéndolo. Esta es nuestra lucha y continuará siéndolo. Esta es nuestra
Unidad y continuaremos construyéndola.
LUCHAR HASTA VENCER, QUE LA VICTORIA SERA INEXORABLEMENTE NUESTRA