No sólo en cabeceras departamentales

Guatemala: urgen albergues en comunidades

2005-10-07 00:00:00

Alrededor de 120 albergues improvisados en las cabeceras departamentales de San Marcos, Huehuetenango, Retalhuleu, Suchitepéquez y Quetzaltenango, necesitan de manera urgente comida, agua, frazadas y ropa. Esta información forma parte de un recuento realizado por Plataforma Agraria, pese a las pésimas condiciones en que se encuentran los servicios de comunicación pública.

Tras conocer de viva voz dramáticos testimonios, hace un llamado a que el personal que está atendiendo la emergencia instale albergues en las comunidades (no sólo en las cabeceras departamentales), ya que miles de personas sin posibilidad de trasladarse a ningún lado carecen de alimentos. Un ejemplo de esto es lo que sucede en Ocós, San Marcos, donde desde hace dos días, 300 familias están ubicadas en el mercado y ninguna entidad gubernamental les presta ayuda. Otro ejemplo, ocurre en Ocosito, San Marcos, donde aproximadamente 100 familias se encuentran aisladas.

Plataforma Agraria llama la atención a la emergencia que también están viviendo los pobladores de Patulul, quienes carecen de alimentos y ropa, además están solicitando medicinas para enfermedades respiratorias y de la piel.

Más allá de la ayuda humanitaria urgente es necesario planificar la ayuda de reconstrucción y supervivencia de miles de familias campesinas. Mucho del trabajo acumulado en comunidades se ha venido al suelo. En las comunidades de la costa la segunda cosecha de granos fue arrasada y en el altiplano la cosecha anual corrió con la misma suerte. Obras de pequeña infraestructura como riego, pozos, siembra en terrazas, colapsaron en cantidades que por el momento no se puede precisar, y que requerirán una fuerte inversión para recuperarse.

En medio de esta situación es posible afirmar que la institucionalidad del Estado ha sido rebasada por la amplitud de la tragedia. Entidades como CONRED no contaban con mecanismos serios de alerta temprana, con pocos recursos para reaccionar con efectividad ante la tragedia.

El Presidente o la Primera Dama, así como varios de sus ministros y funcionarios se han dedicado a dar declaraciones para apaciguar los ánimos, pero han revelado incapacidad en la elaboración de políticas para situaciones de emergencia. Incluso el ejército no cuenta con un plan de contingencia real.

Esta situación que viven miles de familias pobres en el agro guatemalteco ha desnudado un sistema que carece de agenda social y de mecanismos para atender necesidades humanas básicas en situación de emergencia, en contraste le da importancia relevante a los megaproyectos y a las inversiones para exportación.