Cubanas por la Humanidad
Procedente de Haití, llegará a Cuba el próximo lunes 11, la Carta y la Manta de las Mujeres por la Humanidad. Nuestra pequeña isla caribeña es uno de los cuarenta puntos de relevo de la Marcha Mundial de Mujeres (MMM) contra la pobreza y la violencia, recorrido iniciado el pasado ocho de marzo en Sao Paulo, Brasil, que continuará su trayecto con actos públicos por el mundo hasta concluir en octubre en Burkina Faso (África).
En entrevista para Caminos, Tamara Columbié —funcionaria de la dirección nacional de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), y representante de esta organización y del Caribe hispanohablante en la (MMM)— dijo que el día 12 de abril con la presencia de miles de capitalinas se desarrollará la actividad de bienvenida de la Carta de las Mujeres por la Humanidad y la Manta de la Solidaridad Mundial en la Tribuna Antimperialista José Martí, ubicada en el malecón habanero, frente a la Oficina de Intereses de los EE.UU. en Cuba.
La FMC agrupa a cuatro millones de miembros, alrededor del ochentiséis por ciento de todas las mujeres a partir de los catorce años de edad, de distintos credos, raza y procedencia social. En los últimos años ha aumentado el número de jóvenes incorporadas a la organización femenina, lo que ha puesto en evidencia la necesidad de replantear nuevas estrategias de acción para las más de setenticuatro mil delegaciones de base que funcionan en todo el país y lograr mayor coherencia en la satisfacción de las demandas de este sector social diverso en cuanto a edad, composición laboral e intereses.
“El día 11, en todas las Casas de Orientación a la Mujer y la Familia del país —explica la funcionaria— se dará lectura a la Carta y se propiciará un debate a partir de aquellos elementos fundamentales que plantea: la lucha por la paz, la justicia, la igualdad, la libertad y la solidaridad. El día 12, en el acto público en la Tribuna Antimperialista, se coserán los retazos elaborados en Cuba, se añadirán a la Manta de la Solidaridad Mundial y, como es ya costumbre, se integrarán a las acciones varias manifestaciones artísticas cubanas”.
¿Qué significado tiene que esta Carta Mundial de Mujeres para la Humanidad pase por nuestra isla en un momento muy particular en que se agravan las medidas económicas impuestas por el bloqueo y se acrecienta la campaña de difamación contra nuestro pueblo en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, en Ginebra?
— El proceso que generan estas acciones mundiales busca dar y recibir solidaridad, visibilizar la lucha creciente de las mujeres en la construcción de un mundo más justo, denunciar al capitalismo como fuente generadora de violencia y pobreza. En el caso de Cuba, nos permite contar con otro espacio para levantar la voz contra el injusto bloqueo y, a la vez, mostrar un grupo de cosas que estamos haciendo en nuestra sociedad, por ejemplo, todo el proceso eleccionario desde la base, profundamente democrático, en el que cada vez participan y son elegidas mayor cantidad de mujeres por su inteligencia, por su capacidad. Sólo te menciono un dato: el parlamento cubano se encuentra entre los diez primeros del mundo con más alta representatividad de mujeres, y donde estas presiden mayor número de comisiones permanentes. Si hablamos de solidaridad no podemos olvidar los cientos de miles de médicas, maestras, técnicas de las más diversas esferas que están aportando su experiencia, su energía y conocimiento en diferentes lugares del mundo. Si hablamos de un pueblo amante de la paz y en contra del terrorismo ese es el cubano y, en particular, las mujeres porque lo hemos sufrido en carne propia. ¿Cuántos hijos, hermanos, padres y esposos hemos perdido por causa de acciones criminales tanto en nuestro propio suelo como en otros países? Este proceso mundial de la Carta y la Manta y su paso por Cuba ha sido una hermosa oportunidad no sólo para las mujeres cubanas sino también para los hombres, porque en esta lucha mujeres y hombres marchamos juntos.
“Entre las propuestas de la MMM están lograr la reformulación de las políticas monetarias que crean las desigualdades y la pobreza y, también, contribuir a democratizar las Naciones Unidas para garantizar que responda a los auténticos intereses de los pueblos. En este sentido, las voces de las mujeres se harán escuchar en la revisión de los acuerdos del milenio, importante evento que tendrá lugar en septiembre próximo en Naciones Unidas, donde pedirán cuenta a sus gobiernos sobre los acuerdos que se adoptaron en el Foro de los Pueblos del Milenio, realizado el pasado 2000”.
¿Desde cuándo participa la FMC en la MMM?
— Somos de las primeras organizaciones de la región que participamos en la reunión constitutiva de la MMM, realizada en 1998 en Canadá. Es bueno recordar que la MMM —surgida en el seno de la Organización de Mujeres de Quebec, que tenía su antecedente en las marchas realizadas dentro de Canadá los 17 de octubre, día de lucha contra la pobreza— es hoy una red que involucra a cinco mil quinientos grupos y organizaciones de mujeres de más de ciento sesentitrés países.
“En el 2000 unas diez mil mujeres marcharon en Nueva York y entregaron un documento que exigía una lista de reivindicaciones a representantes oficiales de la ONU. Entre aquellas demandas se encontraba la denuncia al bloqueo norteamericano contra la isla, lo cual explica las razones que llevaron a las cubanas a integrarse a este movimiento mundial de mujeres, en el que damos y recibimos solidaridad, pues se trata de otro espacio para revelar las injusticias y denunciar al neoliberalismo y las políticas del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
“La MMM ha ido ganando espacios a escala mundial. De hecho es uno de los movimientos femeninos y feministas más influyentes de la actualidad. Pertenece al Consejo Internacional del Foro Social Mundial y está presente en todas las batallas por la justicia, la paz y la defensa de los intereses de las mujeres. Para las cubanas es un verdadero honor y un compromiso ser parte de MMM.”
Como movimiento está compuesto por grupos de mujeres de diferentes orígenes étnicos, culturas, religiones, políticas, clases, edades y orientaciones sexuales. En lugar de separarlas, esa diversidad las une en una solidaridad más global.