Adolfo Pérez Esquivel saluda al Foro de las Américas
A los/las organizadores y participantes Foro de las Américas
por la Diversidad y la Pluralidad:
Quiero hacerles llegar, aunque lamentablemente de lejos, nuestro más firme apoyo a los propósitos de este Foro.
Los desafíos de la liberación humana y social en este nuevo milenio son enormes, abrumado como son nuestros pueblos por la desigualdad y la intolerancia, la exclusión y la violencia. El racismo y la discriminación siguen marcando el presente y futuro de pueblos enteros. De hecho, pese al sufrimiento provocado por los cinco siglos de colonialismo, esclavitud y expoliación que ayudaron a instrumentar, continúen proyectándose en nuestras sociedades, con inusitada fuerza, impulsado desde el poder-dominación.
Pero los signos de esperanza también abundan, en la medida que los pueblos se pongan de pie para encarar desde sus propias identidades y historias, la lucha por su dignidad y futuro. Desde Chiapas hasta Tierra de Fuego, surgen a la superficie innumerables ríos profundos que vienen creciendo en el silencio y el abandono y que hoy abren nuevas posibilidades de Vida.
La Conferencia Mundial de las Naciones Unidas contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y otras formas relacionadas de Intolerancia, se presenta como un nuevo hito en este caminar de los pueblos por hacer valer sus derechos y poner fin a las prácticas y políticas públicas que de modo sistemático, lleven a su violación.
Desde las Américas, allí tenemos que insistir en el cese de las políticas neoliberales genocidas, que a través de sus imposiciones culturales, económicas, políticas y militaristas, aumentan la desigualdad y la discriminación y llevan a la muerte masiva. Entre otras propuestas, debemos exigir la anulación y repudio de la Deuda Eterna, e insistir junto con los pueblos hermanos de Africa y Asia, en la restitución y reparación de las Deudas Sociales, Históricas y Ecológicas de las cuales somos los legítimos acreedores.
Estoy convencido que este Foro de las Américas será una valiosa oportunidad para avanzar de modo conjunto, respetando la gran diversidad de la familia humana, en favor de las tantas necesidades, derechos y utopías que nos son comunes. Juntos, podemos lograr que nuestro mundo sea otro.
Reciban mi fraterno saludo de PAZ Y BIEN.
Adolfo Pérez Esquivel,
Buenos Aires, 13 de marzo de 2001