Un claro amanecer ilumina la decisión de miles de campesinos, campesinas, indígenas, afrodescendientes, pequeños agromineros, pequeños mineros, trabajadores rurales, profesores, jóvenes, niños y niñas quienes convencidos y convencidas que nos merecemos un país más digno.
 
Tomamos nuestro café de madrugada, y llenando nuestras maletas de alimentos, y útiles necesarios, pero también de esperanzas y firme convicción iniciamos nuestro recorrido desde nuestras fincas, veredas, resguardos, concejos comunitarios, pequeños caseríos caminando la palabra, pero también caminando nuestra indignación ante el abandono al que estamos sometidos desde tiempos inmemorables, por las nefastas políticas que se imponen a nuestros campos, salimos con la firme decisión de encontrarnos en unidad, analizar, discutir y proponer salidas en la búsqueda de la recuperación del campo colombiano, por una vida digna y una soberanía popular.
 
Con estos sueños, luchas y resistencias venimos desde cordilleras, valles, ríos, serranías, llanos, convencidos y convencidas que transitamos el camino hacia la real paz, hoy nos encontramos Nariñenses, Caucanos, Chocoanos, Vallecaucanos, Huilenses, Antioqueños, Bolivarenses, Catatumberos, Araucanos. Convencidos y convencidas que retornaremos fortalecidos en nuestro espíritu inquebrantable de resistencia y defensa de nuestros territorios y nuestra madre tierra, como también en la unidad de los sectores sociales y contentos de hablarle al país, al continente y el mundo gritando que Colombia es para el pueblo colombiano, que la tierra es para quienes la cultivamos, respetamos y que la paz con justicia social es un clamor nacional.
 
Coordinador Nacional Agrario CNA
Colombia Octubre 10 de 2012.