Desde la Organización Nacional de Aborígenes Independientes queremos denunciar el grave problema de tierra que afecta al Paraguay, no solo al sectorcampesinado sino también a los Pueblos Originarios. La masacre ocurrida hoy en Campo Morumbi, distrito de Curuguaty, Departamento de Canindeyu, no debe quedar impune así como tanto otros casos de despojos de tierras a pueblos enteros en el Paraguay, con el amparo de los tres poderes del estado.
 
El atropello con violencia es un mecanismo que siempre utilizaron las instituciones estatales como policías, militares y fiscalía para amparar a empresarios nacionales, transnacionales, latifundistas siempre a favor del sector privado.
 
Las tierras usurpadas por el empresario y político Blas N. Riquelme, corresponden al estado, ya son 17 víctimas mortales y más de 100 heridos y la violencia sigue y seguirá si este no asume su responsabilidad y toma las medidas necesarias para que todos los responsables de este hecho sean castigados y se inicie de una vez por todas la devolución de las tierras que pertenecen al pueblo paraguayo, que hoy están en manos de personas no sujeta a Reforma Agraria.
 
La guerra contra la ocupación, las agresiones militares y policías son métodos de las empresas nacionales, transnacionales, multinacionales, terratenientes y el gobierno que lo favorece, para tomar el control de la tierra y ejecutar la famosa consigna capitalista “revolución Verde” y para reprimir a los campesinos y a los pueblos originarios que buscan recuperar sus tierras.
 
 Exigimos el cese de la violencia en Campo Morumbi.

POR LA DEFENSA Y RECUPERACION DE TIERRAS