Venezuela ante la OMC

2003-09-11 00:00:00

Intervención del Ing. Ramón Rosales Linares
Ministro de la Producción y el Comercio
Jefe de la delegación de la Republica Bolivariana de Venezuela
En la V Reunión Ministerial de la OMC
Cancún, 10 de septiembre de 2003

En esta V Reunión Ministerial de la Organización Mundial de
Comercio, tengo la responsabilidad de comunicar a la comunidad
internacional y organizaciones sociales algunas reflexiones del
Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela en relación con el
estado actual de las negociaciones de la OMC.

1. Balance entre compromisos y resultados derivados de los
acuerdos

Desde la creación del sistema multilateral de comercio se pretendió
que mediante la liberalización del comercio internacional se
lograría un desarrollo humano sustentable. Varios años después no
quedan dudas acerca de cuáles han sido los países ganadores y cuáles
los perdedores. Según el Informe para el desarrollo humano del año
2003, las exportaciones de los países con índice de desarrollo
humano bajo cayeron de 0,86% en 1990 a 0,66 en el 2001, contrastando
con el 82,82% de las naciones con índice alto. Esto es una
incuestionable evidencia de quiénes han sido los perdedores de la
Ronda de Uruguay.

2.- La No adopción de nuevos compromisos

A pesar de los esfuerzos de los países en desarrollo para adaptarse
a esas normas, la calidad de vida no ha mejorado y son preocupantes
las limitaciones de acceso a los bienes y servicios básicos de
subsistencia de la mayoría de la población mundial. Por esto
planteamos la necesidad de no adoptar nuevos compromisos hasta
resolverse la extensa y variada gama de asuntos pendientes,
fundamentalmente los que afectan a los países en desarrollo.

Antes de iniciar cualquier nueva negociación, el Gobierno de la
República Bolivariana de Venezuela considera que se debe realizar
una revisión pública de las consecuencias de los acuerdos de
Marrakech y de su impacto sobre el crecimiento económico, la
reducción de las desigualdades entre países, el empleo, el ambiente,
tal como lo solicita el Consejo Económico y Social (CES) a la Unión
Europea.

3.- Priorizar la lucha contra la pobreza y la exclusión social

En las negociaciones para liberalizar y desregular el comercio y las
inversiones se le ha dado poca importancia a la lucha contra la
pobreza y la exclusión social. Para que el libre comercio pueda
traducirse en una mayor calidad de vida y bienestar para los pueblos
del mundo, la OMC tiene que enfrentar los verdaderos obstáculos del
libre comercio.

a) El intercambio desigual;

b) El acceso a la información, el conocimiento y la tecnología;

c) Las disparidades y asimetrías que colocan en una insalvable
desventaja a los países del sur frente a las potencias del
norte;

d) El peso de una deuda externa impagable;

e) El impacto negativo de las políticas de ajuste estructural
impuestas por los organismos financieros internacionales;

f) Los obstáculos para acceder al financiamiento internacional

g) El incumplimiento del mundo industrializado de destinar al
menos el 0,7 de su PIB para la asistencia al desarrollo;

h) Los obstáculos para que los países en desarrollo puedan
ejecutar planes de crecimiento y desarrollo propios

4.- Aplicación de políticas públicas.

Aún prevalece un fuerte sesgo ideológico que privilegia al mercado
frente a la acción estatal. Pero la evidencia demuestra lo
contrario: en las últimas dos décadas se ha producido un acelerado
proceso de liberalización y simultáneamente se han acentuado las
desigualdades entre los países. Ante estos hechos irrebatibles es
necesario reintroducir el tema de la adecuada intervención del
Estado y de reivindicar el papel de las políticas públicas como
condiciones sin las cuales no seria posible alcanzar la meta deseada
de un desarrollo equitativo, democrático y ambientalmente
sostenible.

5.- Nuevos actores en el sistema multilateral de comercio

Sólo mediante un proceso de negociaciones participativo para toda la
sociedad – sectores empresariales, trabajadores, organizaciones
indígenas, de mujeres, culturales, ambientales, partidos políticos,
parlamentos, prensa- podremos afirmar que estamos avanzado en la
dirección de un proceso que pueda caracterizarse como verdaderamente
democrático y generador de riqueza.

6.- Democratización de la toma de decisiones y negociaciones

Reconocemos los esfuerzos realizados por el actual director de la
OMC por hacer del conocimiento público sus normas y decisiones
fundamentales, así como su interacción con las organizaciones
sociales. Sin embargo, no es menos cierto que siguen existiendo
mecanismos informales poco transparentes en el proceso de
negociaciones a través de los cuales, generalmente, terminan
imponiéndose los intereses de las grandes potencias.

7.- Derechos humanos por encima de los mercantiles

Hay una marcada tendencia a priorizar los derechos mercantiles sobre
los humanos. La creación de un nuevo sujeto de derecho en torno a
los derechos comerciales coloca a las empresas en un nivel
equivalente al de las personas y los Estados. Para el Gobierno de
la República Bolivariana de Venezuela, los derechos económicos,
culturales y civiles son y serán interdependientes, indivisibles e
irrenunciables. Los intereses comerciales no podrán tener
supremacía por encima de los derechos humanos y la soberanía de los
Estados.

8.- La agricultura y las políticas proteccionistas

Nos pronunciamos por la reducción de las políticas proteccionistas y
de los ruinosos subsidios que otorgan los países industrializados,
sin que esta exigencia se convierta en una obligación generalizada
que impida a los países en desarrollo hacer uso de políticas
públicas para acortar su desventaja frente a las potencias que
subsidian a sus agricultores. Aunque se limiten las barreras
arancelarias a los países en desarrollo, es imposible competir con
los precios subsidiados de los países del Norte. Estos compiten
deslealmente en nuestros propios mercados internos y su ventaja
competitiva se hace mucho mayor al reducir o eliminar nuestros
aranceles. Incluso, si las potencias eliminaran tales subsidios y
apoyo a sus productos, la relación aun permanecería desigual. Por
ello, no se nos puede exigir que hagamos lo mismo y asumamos mayores
compromisos de liberalización.

9. Derechos de propiedad intelectual o derecho a la salud.

Todavía se insiste en consolidar un régimen de protección de la
propiedad intelectual en condiciones muy desventajosas para los
países pobres. Este régimen no debe constituirse en obstáculo del
derecho de las personas a gozar de los avances científicos y
tecnológicos, del acceso a los medicamentos, educación y alimentos
de calidad. Venezuela reconoce la supremacía de los acuerdos
internacionales en materia de derechos humanos, salud, seguridad
alimentaria y biodiversidad por encima de los derechos de propiedad
intelectual. Apoyamos el derecho de los indígenas y campesinos de
proteger su conocimiento ancestral y el de los agricultores a
proteger sus semillas.

10. Defender la obligación del estado de prestar servicios
estratégicos.

Se deben mantener como servicios públicos los indispensables para la
población y los que determine la Constitución y las leyes. En este
sentido, es necesario asegurar un margen adecuado de protección y
excluirlos de cualquier intento de liberalización que impida el
acceso de la población, particularmente de los sectores mas
empobrecidos, a servicios básicos, tales como la salud, educación,
justicia, seguridad, etc.

La República Bolivariana de Venezuela, fiel a los principios
establecidos en su Constitución, mantendrá la propiedad, manejo y
control sobre los recursos naturales energéticos y las industrias
vinculadas a su explotación. Estos no podrán ser objeto de ningún
proceso de liberalización, desregulación o privatización que limiten
el derecho soberano del Estado y el Gobierno para diseñar y ejecutar
las políticas y estrategias de desarrollo más convenientes al
interés nacional.

Señor Presidente y estimados colegas:

A los países miembros de esta organización se nos presenta hoy, de
nuevo, el dilema ya planteado en Seattle en 1999 y en Doha en el
2001: ¿Podemos continuar con el actual sistema de comercio
internacional, que beneficia a unos pocos y perjudica a muchos?, o,
¿Encaramos, con audacia, coraje y visión, los cambios necesarios
para estimular y desarrollar relaciones comerciales internacionales
al servicio del desarrollo humano equitativo?. Venezuela se
pronuncia a favor de una opción que promueva el comercio justo entre
nuestros países y sobre esta base, poder derrotar la pobreza y el
desarrollo desigual.

! Ese es el reto que ante nuestros pueblos tenemos que asumir, ese
es el compromiso que tenemos que cumplir!

Debemos registrar con satisfacción que la constitución de 21 países
para negociar con dignidad, firmeza y contundencia el tema agrícola
con la Unión Europea y los Estados Unidos es un histórico paso en la
búsqueda de un comercio mas justo.

Por último, deseo agradecer al Gobierno y al pueblo mexicano la
excelente acogida y todas las atenciones que nos han brindado.

Muchas gracias