Marcha campesina frente a la OMC: esperanzas en el kilómetro Cero
Cancún, 10-09-03.- La avenida Tulúm parecía un mar
multicolor y embravecido. Desafiando el sol y hasta una
pequeñísima llovizna, cientos de hombres y mujeres del campo,
y representantes de la sociedad civil mexicana,
latinoamericana, europea, de Estados Unidos, Canadá, Asia y
África, convocados por Vía Campesina, desfilaron, en brazo
apretado hacia el kilómetro Cero, donde comienza la zona
hotelera de la ciudad de Cancún para, en acción directa,
creativa y visible, oponerse al inicio de la V Conferencia
Ministerial de la OMC.
El kilómetro Cero, con toda intención y hasta
paradójicamente, marca una línea divisoria entre los que
apuestan por la destrucción y la asfixia económica, ecológica
y cultural de las naciones pobres de este planeta y los que
siembran y construyen a pesar de la pobreza. De un lado de la
línea: la OMC –que mucho a su pesar no ha logrado dibujar un
mercado mundial en el cual los países subdesarrollados, un
poco más del 40 % de la población mundial, participen en más
del 3% del comercio internacional-; del otro: un espacio de
réplica y resistencia, de alternatividad y lucha.
Dentro de la marcha, en la marcha misma, desfilando al lado
de la india maya que lleva a su crío en brazos porque ha
venido de lejos y no tiene quien se lo cuide; junto al
hermano del Movimiento de los Sin Tierra, o la defensora de
los derechos de la mujeres ecuatorianas, brasileñas,
mexicanas, al lado del joven estudiante italiano, alemán y
norteamericano, con un bloc de notas y el dedo en el
obturador de la cámara, de pronto pensé en la imagen del Che
que llevaban dos chamacos y en lo profunda y hermosamente
humana de su mirada. Y es que una de las razones que impulsa
al ser humano a vencer obstáculos es su capacidad de
resistencia y de esperanza. Como en Seattle, la fuerza
contundente de la verdad se abre paso para poner nuevamente
en jaque las aspiraciones de los ideólogos del
neoliberalismo, que en su apresurada carrera por las
ganancias, han impuesto un mundo inhumano y desigual.
Por suerte, son cada vez más las personas, movimientos,
alianzas, redes y organizaciones nacionales y globales que
ven en la OMC a su mayor enemigo. Así quedó demostrado en
Seattle y Qatar. Cancún está siendo ya un nuevo revés para
quienes persiguen maniatar y destruir las identidades,
culturas y economías de los países pobres de este planeta.
Pero junto a la acción directa parece crecer un reclamo: no
basta con descarrilar a la OMC; hacen falta acciones
conscientes de movilización y protesta; alternativas de
discusión y construcción creativa para hacer posible otro
mundo. El Foro de los Pueblos, que sesiona como espacio
alternativo, desde el pasado día ocho, en Cancún, es una
expresión de la fuerza que va adquiriendo un movimiento de
resistencia y lucha global que ya no tiene vuelta de hoja.
* Idania Trujillo de la Paz, CMLK-Minga informativa