Ginebra: Marcha contra la OMC y la guerra en Irak
Unas 10.000 personas de organizaciones campesinas y
movimientos sociales se movilizaron este 29 de marzo en
Ginebra para protestar contra la Organización Mundial de
Comercio y la guerra en Irak. Un día antes, una
delegación de Vía Campesina se manifestó ante la sede de
la transnacional Nestlé, en Vevey, Suiza, para reclamar
por los bajos precios que paga a los agricultores de los
países del Sur.
La manifestación, convocada por la Coordinación Europea
de Vía Campesina y el Foro Social del Lago Leman, tuvo
como objetivo denunciar las dos guerras que se libran en
el mundo. La primera es la que ejecutan Estados Unidos y
el Reino Unido en contra de Irak para apoderarse de su
petróleo y asegurar la dominación mundial. La segunda
guerra, silenciosa y menos publicitada, es la que llevan
a cabo estas mismas potencias en contra las poblaciones
del Sur del planeta con sus políticas neoliberales que
provocan millares de víctimas que perecen por hambre y
enfermedad, según señalaron los organizadores de la
protesta.
El dirigente de la Confederación Campesina de Francia,
José Bové, el coordinador europeo de Vía Campesina Paul
Nicholson, y el secretario general del sindicato Uniterre
(suizo) Fernando Cuché encabezaron la animada y
multicolor marcha que recorrió las principales calles de
Ginebra y terminó con una concentración en el centro de
la ciudad. "Todos juntos contra la OMC. La OMC mata a
los campesinos, las bombas asesinan al pueblo iraquí, no
hay diferencia", dijo José Bové.
Durante las últimas semanas la OMC ha intensificado las
negociaciones sobre la liberalización de la agricultura y
el acceso a los medicamentos para los países pobres,
negociaciones que están en punto muerto por discrepancias
entre países del Norte y el Sur. De igual forma, este 31
de marzo se vence el plazo para que los Estados presenten
a la OMC las lista de servicios públicos se comprometen a
liberalizar en el marco de la Acuerdo General sobre el
Comercio y los Servicios, AGSC.
Paul Nicholson dijo que la OMC "no es el organismo
apropiado para negociar cuestiones tan básicas como la
alimentación, nosotros decimos fuera la OMC de las
negociaciones sobre los servicios públicos y la
agricultura. En segundo lugar, decimos que las
multinacionales están tomando el espacio de la cadena
alimentaria y están ejerciendo un control monopólico
sobre los precios tanto para los agricultores como para
los consumidores. Los precios hoy están por debajo de
los costos de producción en todos los rubros y en todos
los lugares del mundo. En Europa ciertamente estamos
recibiendo subsidios que hacen que sigamos produciendo
pero es claro que en la mayor parte del mundo los precios
están por debajo de los costos y el campesino no puede
mantener una producción para el mercado local y nacional
y estamos dejando de producir alimentos aún para comer.
El hambre en este momento se centra básicamente en el
mundo rural, el 70% de los hambrientos están en el ámbito
rural y eso es la muestra de la grave crisis del mundo
rural y de la agricultura".
En un comunicado, los manifestantes señalaron que el AGCS
apunta a liberalizar y privatizar los servicios públicos:
"Nosotros rechazamos que servicios públicos tan
esenciales como la salud, la educación, la cultura, el
agua, la energía, el correo, etc. sean sometidos a las
leyes del comercio y el lucro. Este Acuerdo, que se
negocia en secreto en el marco de la OMC, no tienen mas
que un fin: abrir nuevos sectores para el beneficio de
las transnacionales, sean cuales sean las consecuencias
para las poblaciones".
El 28 de marzo, unos/as 400 delegados campesinos/as de
Suiza, Francia, España, Italia, Portugal e Indonesia, se
hicieron presentes en la Nestlé, una de las
transnacionales más importantes del mundo en la rama de
la alimentación, para denunciar el rol de las
multinacionales en la liberalización del mercado
agrícola. Nestlé juega un rol importante en el mercado
del café, el cacao, la leche y el agua. Tras forcejos
con la policía y los guardias de seguridad de la empresa,
los dirigentes campesinos José Bové, Fernand Cuche y
Josef Zisyadis lograron entrevistarse con los directivos
de esta transnacional, exigiéndole una conducta social
responsable en lo que tiene que ver con el pago de
precios justos a los productores, la no-utilización de
organismos genéticamente modificados en la cadena
alimentaria y el reconocimiento de los derechos sociales
y sindicales para los trabajadores del campo, sean éstos
pequeños campesinos o asalariados.
El caso del café es un buen ejemplo de las enormes
inequidades e injusticias que provoca la liberalización
del comercio agrícola. En el 2001, el precio mundial del
café cayó en un tercio, pero Nestlé aumentó sus precios
en 5.3% y sus beneficios en un 15..%. A otra gigante de
esta rama, la Starbucks, le fue aún mejor: Dobló sus
ganancias. Por un kilo de café que en el Reino Unido se
vende a 26.4 dólares estadounidenses, un productor de
Uganda recibe apenas 0.14 centavos...
Los directivos de la Nestlé reconocieron que en efecto
han obtenido más ganancias y los precios que pagan a los
pequeños productores están por debajo de los costos de
producción, pero que no pueden aumentarlos porque
perderían competitividad. En cuanto a los Organismos
Genéticamente Modificados, no dieron su brazo a torcer:
Nestlé está de acuerdo con comercializarlos en aquellos
países donde éstos sean aceptados por la población.
"Para nosotros esta acción fue muy importante ya que se
le puso las cosas claras a la Nestlé, y en el futuro las
vamos a repetir con otras empresas, porque al final son
las que apoyan las liberalizaciones que se plantean en la
OMC, porque las reglas del juego de la OMC son hechas
para las multinacionales y para nadie más", dijo
finalmente Paul Nicholson.
* Eduardo Tamayo G.. Corresponsal de ALAI en Ginebra.