La agenda en la crisis
“Hoy, en el mundo, vivimos varias crisis que expresan la inviabilidad de este sistema. Las crisis financieras, alimentarias, climáticas y energéticas no son fenómenos aislados y representan una crisis del modelo, caracterizado por una sobreexplotación del trabajo y de la naturaleza, y por la especulación financiera”, señala la declaración de la Asamblea de Mujeres aprobada en el último Foro Social Mundial realizado en Belén a fines de enero y principios de febrero de ese año.
Aquel encuentro definió una agenda específica para aglutinar a las mujeres en torno de demandas políticas que expresan la preocupación de los movimientos sociales y los pueblos indígenas. Los temas planteados por la Declaración señalan precisamente el rumbo que este 8 de marzo toman las mujeres, abriendo, como ellas mismas lo han señalado, un calendario de luchas comunes.
“Reafirmamos la contribución de las mujeres indígenas y de todos los pueblos de la floresta, como sujetos políticos que enriquecen el feminismo a partir de la diversidad cultural de nuestras sociedades y fortalecen la lucha feminista contra el sistema pa- triarcal capitalista globalizado”, dice el manifiesto de las mujeres reunidas en la ciudad amazónica. Y plantean: “Frente a estas crisis no nos interesan las respuestas paliativas basadas en la lógica del mercado que sólo pueden llevar a la sobrevivencia del sistema. Necesitamos avanzar en la construcción de alternativas. Para la crisis climática y energética, nos oponemos a soluciones por medio de agrocombustibles y de los mercados de créditos de carbón… proponemos el cambio del modelo de producción y consumo”.
Frente a la crisis alimentaria afirman que “los transgénicos no representan una solución. Nuestra propuesta es la soberanía alimentaria y el desarrollo de la producción agroecológica”.
(Nota publicada en un suplemento de Remte en el periódico Cambio de Bolivia, 8 de marzo 2009).