México: Resolución Final del VII Diálogo Nacional
Por un Proyecto Alternativo de Nación al Neoliberalismo
Ciudad de México, 7 y 8 de febrero de 2009.
La actual crisis económica mundial, es una crisis estructural, sistemica global, que abarca las fases productiva, comercial y de reproducción del capital.
Asistimos al estallido de una crisis económica que involucra a la mayoría de los países del mundo, que colapsa a todos los componentes del proceso productivo capitalista, incluidos sus dimensiones financieras y comerciales, obligando a diversos Estados a declararse en recesión. Esta crisis sistémica global, abarca aspectos como las crisis alimentaria, energética, socioambiental y de los recursos naturales. Es en suma, una crisis general que afecta y profundiza el desgaste de los sistemas de hegemonía y dominación creados por el neoliberalismo.
El capitalismo neoliberal, se ha caracterizado por privilegiar al sector financiero, el endeudamiento privado y público, los giros negros, la producción bélica, la superexplotación del trabajo y de la naturaleza, por sobre el desarrollo e innovación de fuerzas productivas, procesos de trabajo y automatización progresivos, no destructivos y no regresivos.
La estrategia de empresarios, gobiernos y organismos neoliberales para mantener a flote las ganancias de las trasnacionales y la supremacía de las grandes potencias capitalistas desde la década del 70, está seriamente deteriorada. La crisis actual es la crisis de la fase neoliberal del capitalismo. Los gobiernos neoliberales ensayan programas anticrisis destinados a restaurar las ganancias de los capitalistas, en particular de las corporaciones oligopólicas, instrumentando todo tipo de apoyos y rescates, tomados del erario público y de las reservas internacionales, con graves implicaciones para el gasto social.
La tendencia general del gran capital es trasladar los costos de la crisis a la clase trabajadora y a los pueblos, agravando sus condiciones de vida y de trabajo. Por ello es fundamental desplazar las políticas neoliberales e impulsar un nuevo proyecto de nación basado en la democracia popular, la justicia social, reparación del daño ambiental y el pleno respeto a los derechos humanos.
México ante la crisis económica global
La economía mexicana no está al margen de la crisis global. Muchos de los problemas asociados a ella, ya estaban presentes en el funcionamiento de nuestra economía. Desde el inicio de los gobiernos neoliberales priistas y panistas de los últimos 28 años, la economía se ha estancado. México es el país con peor crecimiento económico en toda América Latina. Para 2009 se estima que el PIB decrecerá entre 1 y 2%. Así, el mercado interno continuará deprimido y tendera a crecer la dependencia de la economía con relación a las exportaciones.
Las tasas de desempleo y subempleo se elevaron significativamente. Apenas en noviembre del 2008 existían 2 millones 35 mil mexicanos en edad de trabajar sin empleo, y ya se anuncia que en 2009 otros 380 mil lo perderán. Sin tomar en cuenta el regreso de más de un millón de migrantes. Actualmente, 31 millones de mexicanos viven con un ingreso de tres salarios mínimos o menos; 11.8 sobreviven en el comercio informal, tendencias que ya se profundizan, a consecuencia de la crisis. Otro problema grave de la economía nacional tiene que ver con la concentración del ingreso. Además, 500 empresas concentran más del 70% del PIB. Sin duda, uno de los sectores más beneficiado en los 8 años de gobiernos panistas ha sido el financiero, el cual obtuvo una tasa anual de rendimiento de alrededor del 18.4%.
En contraste por las altas ganancias de la oligarquía, en 2007, según el Instituto de Nutrición se encontraban 18 millones de personas en situación de pobreza alimentaria. Tal dato debió incrementarse cuando menos en un 20%, porcentaje en que creció la población con hambre a nivel mundial, la cual paso de 800 a 1000 millones. Aunque los grandes empresarios son los más beneficiados por las políticas hacendarias vigentes; a la hora de pagar impuestos somos los trabajadores y el pueblo, los que terminamos contribuyendo más.
Un gobierno políticamente débil y crecientemente subordinado a los poderes del capital trasnacional, ha recurrido a las salidas autoritarias para enfrentar la inconformidad ciudadana. La puesta en marcha de pactos políticos militares como la Iniciativa Mérida, la ASPAN, la Reforma al Código Penal, conjugados con la persecución y encarcelamiento de luchadores sociales, el cierre de espacios alternativos en los medios, los ataques al Estado Laico, los intentos de cancelar o reducir derechos laborales y humanos, son algunos botones de muestra del grave déficit que arrastra nuestro país en materia política. La incapacidad del Gobierno Federal para superar su origen ilegitimo, para resolver los problemas de inseguridad y de pobreza en el país, lleva a crear un escenario de ingobernabilidad.
México estaba en el peor de los escenarios posibles ante la inminencia de una crisis que se venía gestando desde hace varios años. No solo por el sometimiento dogmatico y acrítico del gobierno federal ante las políticas de "libre mercado", sino ante la idea de que la contingencia económica era simplemente una turbulencia momentánea que provenía del exterior y que podía conjurarse por medio de algunos ajustes pequeños, siempre y cuando se mantuvieran y profundizaran la disciplina fiscal y las reformas estructurales neoliberales, especialmente la laboral.
Ante esta situación, el gobierno federal ha reaccionado de manera ineficiente y tardía. Inicialmente trato de minimizar la magnitud de la misma, posteriormente presento el llamado Acuerdo Nacional en Favor de la Economía Familiar y el Empleo. Este programa gubernamental se enfoca a respaldar a los grandes empresarios, y con algunas medidas que provienen de otros programas de gobierno que ya estaban en ejecución.
Con este supuesto "acuerdo" se evade intencionalmente algunos de los temas sociales más importantes, asociados con la crisis como: la urgente evaluación y modificación, entre otros, del TLCAN y en particular de su Capitulo Agropecuario; la determinación del ingreso objetivo mínimo que no alcanza a cubrir los costos de la producción agropecuaria nacional; las pérdidas sufridas de los fondos de ahorro de los trabajadores afiliados a las AFORES; la venta de cartera vencida por el INFONAVIT; el problema de las tasas de interés bancarias; el desempleo o el descenso del poder de compra de los salarios.
El autentico plan anticrisis del gobierno federal y la oligarquía, es más neoliberalismo. Es la profundización de las reformas estructurales, para lo cual aprovecha los efectos negativos de la crisis global con la finalidad de quebrantar las conquistas más preciadas de los trabajadores, el pueblo y de la Nación.
Por ello, nuestra línea estratégica fundamental, es organizar de la lucha de clases, dirigir esa lucha, para ganar una correlación de fuerzas que nos permita terminar con el actual régimen político antidemocrático, autoritario y excluyente, para construir otro donde haya plenos derechos políticos y amplias libertades democráticas, que nos conduzca al establecimiento de un sistema económico justo que permita a todos los hombres y mujeres aptos para trabajar, vivir holgadamente del producto de su propio trabajo, y haga imposible enriquecerse con el trabajo de los demás.
Programa para hacer frente a la crisis
El punto clave está en la modificación urgente de la política económica y el cambio de régimen, poniendo en marcha nuestro Programa Mínimo No Negociable y el Proyecto de Nación Alternativo al Neoliberalismo, por lo tanto el VII Dialogo Nacional resuelve:
1.- El restablecimiento inmediato de la Legalidad Constitucional, entendida como la restitución de los aspectos progresistas que fueron cercenados al Texto Constitucional.
2.- La recuperación del espíritu de la Constitución de 1917, como síntesis histórica que refrenda la tradición emancipadora de nuestro pueblo y dibuja el proyecto de una nación con justicia, libertad, derechos sociales, soberanía e independencia económica y política.
3.- La lucha por recuperar la soberanía, por la defensa y ampliación de los derechos sociales y humanos, el ejercicio de las libertades y garantías individuales, así como el cambio de régimen y la integración de una nueva institucionalidad democrática, reclama la convocatoria a un nuevo Congreso Constituyente en el que estén representados todos los sectores sociales y de manera particular los trabajadores.
4.- Rechazo absoluto a las llamadas "reformas estructurales" en seguridad social, electricidad, petróleo, educación y en materia laboral, por considerarlas lesivas a los derechos del pueblo y contrarias a la soberanía de la Nación.
5.- Que el Estado juegue el papel de promotor y regulador del desarrollo económico bajo el control de la sociedad, poniendo en práctica los lineamientos constitucionales.
6.- Una nueva política económica que tenga como prioridad el acceso al pleno empleo, con ingresos remuneradores capaces de garantizar los derechos para toda la población: alimentación, vivienda, transporte y recreación, así como definir políticas de Estado, de fomento a la industria y al desarrollo agropecuario.
7.- Estructurar una nueva política fiscal multianual que tenga carácter progresivo, para que el capital aporte más al gasto público y se reduzca la dependencia de este último con relación a los recursos petroleros.
8.- Impulsar inversiones productivas en infraestructura para fines sociales, que posibiliten la creación de empleos, la distribución del ingreso, el crecimiento del mercado interno, el aumento de la demanda y el crecimiento de las empresas medianas y pequeñas.
9.- Revisión de la política de apertura comercial, particularmente la cancelación del TLCAN.
10.- Impulsar transformaciones estructurales para fomentar de manera integral el desarrollo agroalimentario y garantizar la soberanía y la seguridad alimentarias.
11.- Reestructuración del sistema financiero para frenar la especulación, establecer el control de cambios y la nacionalización de la banca para promover la inversión productiva, garantizar la administración transparente de los recursos y evitar el cobro de intereses y comisiones usureras.
12.- Renegociación y/o cancelación de la deuda externa para canalizar más recursos al desarrollo nacional.
13.- Eliminar la autonomía del Banco de México y su dependencia de los organismos financieros internacionales, para generar una política capaz de impulsar el desarrollo nacional y la generación de empleos.
14.- La puesta en marcha de un proyecto nacional para la reparación de los daños ambientales causados por los capitalistas que incluya, el apoyo y la indemnización a los afectados.
15.- Es necesaria la conjugación de nuestros mejores esfuerzos para convocar y realizar, una Gran Convención Nacional de Trabajadores, con el objeto de constituir una nueva Central Nacional de los Trabajadores de la Ciudad y del Campo, de carácter clasista y combativo, que incorpore a la clase trabajadora a la lucha política nacional.
16.- Iniciar los trabajos organizativos y políticos, para la celebración de un encuentro nacional, a fin de construir un gran frente para la defensa de la patria y la salvación nacional.
Fraternalmente
México, D. F., Febrero de 2009.
VII DIALOGO NACIONAL