Evo Morales: una lucha dignificada por el pueblo
La lucha del pueblo campesino e indígena a nivel latinoamericano ha
sido dignificada y fortalecida por el triunfo del dirigente cocalero
Evo Morales, quién obtuvo el pasado 30 de junio el segundo lugar de
las elecciones bolivianas, es decir alcanzó gran protagonismos en la
historia del pueblo de América Latina, constituyéndose en uno de los
más duros golpes al modelo neoliberal. Hoy su partido, el Movimiento
Al Socialismo (MAS) está ocupando el segundo puesto del Senado y con
gran participación en el parlamento, lo que sin duda es la mayor
sorpresa suscitada en los 20 años de democracia boliviana.
Por lo tanto, las mujeres rurales e indígenas, las dirigentas
campesinas y las organizaciones sociales de Chile manifestamos
nuestro apoyo y satisfacción ante los sucesos de Bolivia. Hacemos un
llamado para que nos unamos en una sola voz, para así vencer al
neoliberalismo y su potencia, Estados Unidos.
Evo Morales siempre estuvo presente en la constante lucha y defensa
de los cultivos de coca, porque es sabido que la coca es una hoja que
contiene sustancias nutritivas y medicinales y tiene un valor
sagrado, por lo cual ha venido siendo cultivada desde antes del
incario y que la cocaína que, es un derivado como el alcohol u otros,
es producida y comercializada por grandes conglomerados cuyo
asentamiento es Estados Unidos y otros países occidentales.
La lucha en contra de los cultivos de coca está enmarcada en la nueva
política militar e imperial que intenta incorporar en forma orgánica
a los gobiernos, ejércitos y policías de los países latinoamericanos
a la represión de cualquier movimiento que luche por los derechos de
los pueblos. Con esta política Estados Unidos y las grandes
potencias pretenden mantener su dominio mundial disfrazando la lucha
en contra de la liberación de esos pueblos con la mentira de la lucha
contra el narcotráfico, el narcoterrorismo y el terrorismo.
Es así como recordamos con rabia y pavor el pasado mes de noviembre
(2001), cuando la represión militar se hizo presente en Pananty, con
un régimen del terror que dejo a 7 campesinos muertos por demandar la
legalidad de las tierras y exigir el respeto a los derechos, del
entonces diputado, Evo morales, a quién habían tomado detenido por
defender con uñas y dientes los cultivos de coca, la vida y dignidad
de los campesinos.
La historia se remonta a los años 90, cuando las fuerzas imperiales
intentan instaurar en coalición con el gobierno boliviano, un plan
radical para destruir más de 50 mil hectáreas cocaleras, ya que para
ellos era la principal fuente de cocaína y por consiguiente el inicio
de una de las drogas más letales del mundo. Con este argumento y con
un plan alternativo de cultivos de cítricos se dio paso a un
conflicto que hasta el día de hoy se mantiene. De esta forma la
ciudad de Cochabamba se convirtió en un campo de batalla, debido a la
persecución militar, la cual se hizo insostenible.
Ante tales acontecimientos las campesinas y campesinos bolivianos han
puesto el concepto de lucha como norte de sus vidas, se han
organizado y han levantado banderas agrarias. ANAMURI junto a las
organizaciones campesinas e indígenas de Latinoamérica y el Caribe,
que somos integrantes de la Coordinadora Latinoamericana de las
Organizaciones del Campo, CLOC y formamos parte de Vía Campesina,
estamos orgullosas ante el triunfo de Bolivia y alzamos las banderas
de nuestras organizaciones junto a las del agro boliviano porque
estamos seguras que “otro mundo es posible”
¡Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza!
Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas, ANAMURI. A.G.