Sindicatos exigen un auténtico paquete de desarrollo y empleo en la OMC

2005-12-13 00:00:00

Hong Kong.- La “ayuda para el comercio” no debe darse a cambio de concesiones de largo alcance de parte de los países en desarrollo que podrían obstaculizar sus esfuerzos de desarrollo en el futuro, advirtió el movimiento sindical luego de su última reunión estratégica interna previa a la apertura de la Sexta Conferencia Ministerial de la OMC (Hong Kong, 13-18 de diciembre de 2005).

“La ayuda al desarrollo vinculada al comercio es, por cierto, algo conveniente,” comentó Guy Ryder, Secretario General de la CIOSL, “pero no debe convertirse en un pretexto para que los países industrializados fuercen la mano y pretendan que a cambio de la misma se obligue a los países en desarrollo a hipotecar su desarrollo futuro ni sus servicios públicos.”

Los sindicatos condenaron y consideraron un mal comienzo de la semana de reuniones ministeriales el hecho de la “carta faltante”, que la OMC no adjuntó a las declaraciones enviadas a los Ministros que se dirigían a Hong Kong, donde se subrayaba que todo el contenido era únicamente provisional y estaba sujeto a enmiendas. “Eso se asemeja peligrosamente a las prácticas inaceptables y nada transparentes de las anteriores reuniones ministeriales de la OMC, donde se engañó a los países en desarrollo y se les hizo hacer compromisos que luego resultaron ser irreversibles”, dijo Ryder.

Los sindicatos pidieron que, en cambio, en esta reunión ministerial de la OMC se adopten los legítimos reclamos de los países en desarrollo, haciendo una “cosecha temprana” de decisiones, como estipular una fecha próxima para acabar con el dumping de productos agrícolas que se hace a través de los subsidios a las exportaciones y otros respaldos a las mismas. Esas medidas han tenido una repercusión calamitosa en los miles de millones de agricultores que constituyen mayoría en los países en desarrollo. Esto reviste particular urgencia en lo que se refiere al algodón, materia prima que reviste crucial importancia para millones de trabajadores y trabajadoras de algunos de los países más pobres del mundo situados en el África subsahariana.

Los millones de puestos de trabajo que se están perdiendo o que corren peligro debido a la finalización de los cupos de los textiles y el vestido hicieron que los sindicatos reclamaran a la OMC que en el futuro tome medidas para anticiparse a evoluciones de tan amplio alcance, llevando a cabo evaluaciones sobre la repercusión en el empleo (especialmente en sectores que utilizan mano de obra intensiva, como la agricultura, los servicios y la industria ligera). Los sindicatos respaldaron enérgicamente la propuesta de Argentina, Brasil y Sudáfrica (en TN/MA/W/65) que plantea que se permita a los países cambiar los compromisos de liberalización que hicieron en la OMC si se producen graves pérdidas de empleo y descontento social como resultado de los mismos.

“La OMC también debe abrirse a los demás organismos especializados de la ONU que tienen los conocimientos y experiencia de la que ella carece”, declaró Ryder. “Con respecto a esto, nos satisface la referencia a la coherencia que se hace en el párrafo 50 del texto provisional de la reunión ministerial y pedimos a los ministros que en su declaración final hagan referencia específica a la OIT y a otros organismos clave de la ONU.”

Dado que entre los países que continúan recibiendo trato preferencial en el sector de los textiles y el vestido están muchos de los países más pobres del mundo y que en ellos se está perdiendo una enorme cantidad de empleos, los sindicatos reclamaron que por el momento se excluya a ese sector de las negociaciones sobre el acceso a los mercados no agrícolas (NAMA), y que se ponga término a los esfuerzos por eliminar por completo dentro de poco los aranceles a través de negociaciones sectoriales.

La reunión sindical reclamó que las negociaciones del NAMA sobre artículos manufacturados no deberían dar como resultado ninguna exigencia por la cual todos los países deban vincular sus aranceles de importación o aceptar reducciones arancelarias injustas según la “fórmula suiza” y reclamaron que se refrenden plenamente las propuestas de los países en desarrollo de dejar fuera a ciertos sectores (utilizando las denominadas “flexibilidades del artículo 8”).

De la misma manera, en las negociaciones del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS), los sindicatos reclamaron que se terminara con los esfuerzos por deshacerse del enfoque voluntario de la “lista positiva”, sobre el cual está asentado el AGCS, a través de “referencias” que ahora se están remodelando denominándoselas “plurilaterales obligatorios”. Los sindicatos criticaron las nuevas “disciplinas regulatorias” que se proponen, que pondrían en peligro las reglamentaciones que puedan ser necesarias en el futuro en cualquier lugar del mundo y que representan un peso especialmente grande sobre los sistemas regulatorios de los países en desarrollo y ejercen mucha presión sobre su capacidad de aplicar sus propias leyes.

http://www.cioslorit.org/detalle.php?item=3577&leng=es