24 Horas de Solidaridad Feminista en Ecuador
Con política, ritualidad y alegría participan las mujeres ecuatorianas
En la Plaza de la Independencia, lugar histórico y sede del gobierno, se realizó el programa de Quito. La plaza se coloreó de lila: pañuelos, globos y carteles de celebración y protesta. A uno de los costados, una gran bandera del Ecuador simbolizaba la defensa de la soberanía y la oposición al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, que está en plena negociación.
El programa se inició con un ritual para saludar a la Pacha Mama (la Madre Tierra), celebrar la solidaridad y conectarnos con las energías de las mujeres del mundo, fortalecer nuestras luchas por la transformación. Alrededor de un círculo ritual con semillas y frutas nativas, las ‘shamanas’ compartieron con las/os presentes el fuego ceremonial, con decenas de velas blancas que pasaron de mano en mano.
Luego, Magdalena León y Blanca Chancoso fueron encargadas de presentar el Manifiesto de las mujeres ecuatorianas, que enfatiza en la necesidad de cambios, cuestiona las implicaciones del ‘libre comercio’ para la vida de las mujeres y de los pueblos, así como el saqueo de recursos por parte de las transnacionales, como ocurre en estos momentos con el petróleo.
Siguieron intervenciones de representantes de varias organizaciones: se combinaron indígenas, estudiantes, campesinas, políticas, sindicalistas, jóvenes, profesionales, lesbianas; las mujeres en su diversidad que se habían dado cita en Quito. El cantautor Jaime Guevara acompañó con su música comprometida y llena de humor político todo el programa.
Al finalizar, en acto simbólico se azotó con ramas un muñeco que representaba a Bush, para condenar el TLC, el neoliberalismo de guerra y el patriarcado.
En Otavalo, una numerosa movilización de mujeres y hombres recorrió las calles de la ciudad, para luego congregarse en el parque principal. También allí se combinaron la ritualidad y el discurso político, para hacer un lazo cósmico con las mujeres del mundo y para expresar, al mismo tiempo, el rechazo a la privatización del agua.
En Loja y Tulcán, en las fronteras Sur y Norte, las actividades tuvieron como ejes la lucha contra la pobreza en el un caso, y la solidaridad con las mujeres desplazadas por efecto del Plan Colombia, en el otro.
Guayaquil aportó a estas actividades con un programa de alegría, colorido y contenidos políticos (ver nota por separado de Ma. Rosa y Soraya Anchundia).
En suma, esta jornada de solidaridad se vivió en Ecuador con mucho entusiasmo, con compromiso político, con un sentido de reafirmación del feminismo plasmado en la Carta y sus valores. Todas las iniciativas tuvieron eco mediático, lo que refuerza su proyección hacia la sociedad toda. (MLT)