Mujeres: expectativas y escepticismo (Ecuador)
A punto de iniciarse el nuevo gobierno, hay grupos y actores-as sociales que se ubican con una compleja mezcla de expectativas y escepticismo. Así ocurre con buena parte del movimiento de mujeres, que ha mantenido un actitud más bien cautelosa en esta coyuntura. Actitud razonable en vista de las señales de distinto signo en torno a
temas priorizados en años recientes, en el marco de un sostenido proceso de fortalecimiento de sus organizaciones y de su presencia como actoras políticas.
En el más destacado de tales temas, democracia y participación política, un paso muy positivo es la histórica designación de Nina Pacari como Ministra de Relaciones Exteriores, a la que se ha sumado
el nombramiento de otras dos ministras. En el caso de Nina, varios factores convergen para su nominación: el valor intrínseco de las capacidades, cualidades y trayectoria personales, que aportan una decisiva cuota de credibilidad y buena imagen de cara al país y al escenario internacional; el espacio político que los pueblos indígenas y Pachakituk han ganado y defienden a pulso; los avances así mismo logrados y arduamente defendidos por el movimiento de mujees en cuanto a sus derechos; y, desde luego, la voluntad política del nuevo Presidente, que es de esperar se confirme y amplíe con otras decisiones similares.
Hay sintonía y afinidad implícitas con el proceso de mesas de trabajo para delinear un plan de gobierno, pues los principios de democracia participativa y las orientaciones de transformación integral del país son también pilares de la propuesta y acción de las mujeres. De signo opuesto, en cambio, ha sido el inicial manejo de la política
parlamentaria, donde el bloque de gobierno, más allá de la "novatada", también se vio envuelto en la recurrencia a prácticas y alianzas largamente rechazadas.
Otro de los asuntos priorizados en la agenda de las mujeres ha sido la violencia de género que, aunque no de la mejor manera, saló a luz y cobró efímera notoriedad en la última etapa de la campaña electoral. El antecedente evidenció la necesidad de fortalecer su tratamiento como tema clave de derechos humanos y democracia, con políticas públicas integrales que involucren al Estado y la sociedad toda.
Asumirá el nuevo Presidente este reto, encarando el autoritarismo y el machismo latentes en estructuras y prácticas gubernamentales?
En el crucial espacio de la economía, hay motivos para la
desconfianza. Los anunciados pinchazos, la procedencia, posiciones y declaraciones del Ministro de Economía, reiteran en políticas de corte neoliberal, de probados efectos negativos para el país y la mayoría de su población, y especialmente adversas al ejercicio de derechos económicos de las mujeres, a sus condiciones de trabajo y calidad de vida.
El nuevo gobierno se inicia con el desafío de lograr un equilibrio de fuerzas políticas y amplios consensos, de liderar un proyecto de democratización económica y política en el que los temas de mujeres y equidad de género deben ser tratados como relevantes al conjunto, ya no como sectoriales o de segundo orden.