¡Ni un soldado yanqui en nuestra América¡

Declaración de Santo Domingo

2007-05-04 00:00:00

Desde Santo Domingo, capital de la República Dominicana…

Desde esta hermosa isla caribeña en la que el pueblo haitiano y el pueblo dominicano han forjado sus respectivas y hermosas identidades nacionales…

Desde esta linda Plaza Bolívar, donada al pueblo dominicano por el coronel Hugo Chávez, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela…

Desde esta Quisqueya tan bella como heroica…

Desde la tierra de Duarte, Luperón, Gilbert, Manolo, las Hnas. Mirabal y Caamaño, los(as) representantes de los países hermanos de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, México, Estados Unidos, Haití, País Vasco, participantes de las expediciones antiimperialistas Bolívar-Petión, Betances-Luperón, CharlesMagne Peralte, Filiberto Ojeda-Silvano Lora y Coronel Caamaño, integrantes todos (as) de la Coordinadora Continental Bolivariana (CCB), expresamos llenos de alegría y de renovado entusiasmo, que nuestra América es escenario de una hermosa rebeldía que se manifiesta en una oleada de cambios, en un conjunto de procesos de variada intensidad, alcance y profundidad; apuntando hacia las reformas sociales avanzadas, la autodeterminación, la nueva independencia y la nueva democracia; renovando el debate sobre el socialismo, sus perspectivas y contenidos en pleno siglo XXI.

Expresamos a la vez desde aquí, llenos(as) de indignación y valor, este grito irrenunciable: ¡Ni un soldado yanqui en nuestra América!

Tal reclamo no puede ser más oportuno. Porque el imperialismo actual, más militarizado que nunca, marcada su decadencia por sus enorme carencias de petróleo, gas, agua, y otros importantes recurso naturales; debilitados sus controles políticos en el continente, ha decidido potenciar la amenaza y el uso de su enorme poderío militar como mecanismo clave de su plan de reconquista y dominio continental mundial.

El Comando Sur de las Fuerzas Armadas de los EEUU, desde la Florida, ha asumido el control de sus instalaciones castrenses, de sus efectivos, de sus entrenamientos y operaciones militares a todo lo largo y ancho de América Latina y el Caribe.

Es motivo de alarma sus llamadas “posiciones de proyección avanzada” representadas en su cadena de bases militares, en la ubicación de tropas especiales y la diseminación de las nuevas bases Fols para “operaciones de vanguardia”, según su propia jerga.

La base de Estigarribia en Paraguay, en las proximidades de las “tres fronteras”, está destinada al control del Acuífero Guaraní, uno de los más grandes del mundo, y apunta sus cañones contra el proceso revolucionario en Bolivia.

En Perú cuentan con las bases de Iquitos y Nanay.

En Ecuador instalaron la base de Manta, cara al llamado Plan-Colombia-Iniciativa Andina, plataforma de agresión contra la heroica insurgencia colombiana.

En Colombia cuentan con las bases de Arauca, Tres Esquinas y Larandia, implicadas en la guerra sucia de las fuerzas armadas regulares y de las paramilitares contra el pueblo colombiano y su indoblegable insurgencia; comprometidas en los planes de conquista militar de la Amazonía y en la proyectada agresión contra la Revolución Bolivariana que encabeza el comandante Chávez.

En Uruguay se proponen instalar una escuela militar para supuestas “misiones de paz”.

En México levantan el muro de la vergüenza y la ignominia, y militarizan todo el tema migratorio.

En Centroamérica mantienen las bases de Comalapa en El Salvador y los Pinos y Soto-cano en Honduras.

El Caribe, bisagra acuática entre hemisferio y continente, paso marítimo entre América y Europa, conexión entre el Océano Atlántico y el Pacífico, entre Occidente y Oriente, ha sido sembrado de bases militares, campamentos y comandos operativos, y está siendo usado sistemáticamente como escenario de múltiples maniobras militares.

Permanecen en Guantánamo contra la voluntad del pueblo Cubano.

A las bases de Santiago y Allen de Puerto Rico fue trasladado el comando de Operaciones Especiales de los EEUU.

En el campamento Santiago se entrenan permanentemente fuerzas miliares de EEUU y países aliados.

El ejército Sur fue reestructurado y ubicado en el Fuerte Buchanan de Puerto Rico, ejerciendo el control sobre 16 mil militares puertorriqueños (as), todos (as) bilingües

En Aruba y Curazao instalaron reciénteme dos bases militares de alta tecnología, conectadas con sus programas militares hacia Colombia y la Amazonía.

Haití esta intervenido por tropas conjuntas de EU, Francia, Canadá, Brasil, Chile, Argentina, Uruguay y otros países, bajo el disfraz de los cascos azules de la ONU.

La frontera dominicano-haitiana está bajo el control del tristemente famoso Comando Sur.

La llamada “Operación Nuevos Horizontes”, puesta en marcha entre febrero y marzo del 2006 en el Suroeste de la República Dominicana, en Barahona, asumió una dimensión mayor que las anteriores, procurando sentar las bases de una especie de campamento de entrenamientos periódicos.

En este país tambien se proyecta la instalación de una escuela militar estadounidense para sargento de los ejércitos del Caribe y Centroamérica. Y recientemente su gobierno firmó un acuerdo de inmunidad judicial a favor del personal militar y civil yanqui, al tiempo de anunciar la constitución de un Comando de Operaciones Conjuntas entre las Fuerzas Armadas Dominicanas y las de los EEUU.

En los primeros días de abril de 2006 el Mar Caribe fue escenario de una movilización armada estadounidense sin precedentes: la maniobra mal denominada “Confraternidad con las Américas”, a todas luces un gran ensayo de puro corte agresivo contra la revolución bolivariana, contra la insurgencia colombiana, contra la revolución cubana y contra los procesos de cambio en la región.

Nuestra América no solo está siendo recolonizada por la vía de las privatizaciones, las recetas neoliberales, los TLC, sino tambien intervenida militarmente y amenazada por la estrategia de guerra global estadounidense.

Cuanta razón tuvo el libertador Simón Bolívar al sentenciar que “los Estados Unidos parecen destinados por al providencia a plagar de miseria la América en nombre de la libertad”.

Sí, de miseria y de violencia, de miseria y de terror, de miseria y bases militares, de miseria e invasiones, de operaciones abiertas y encubiertas, de saqueos y extorsiones.

Pero nuestra América indómita, hastiada de tantos abusos y tantos sufrimientos e infamias, ha dicho basta y ha reemprendido la ruta de la dignidad, de los procesos post-neoliberales, de la nueva democracia, del socialismo a tono con los nuevos tiempos.

Los pueblos del mundo claman por una paz digna, mientras los pueblos de Irak, de Palestina, de Afganistán ofrendan su valor y sacrificio, asestándole contundentes golpes al intruso y prepotente invasor, creándole obstáculos insalvables al proyecto estadounidense de guerra global y aportando un ejemplo similar a la hazaña vietnamita.

En nuestra América estamos en plena alborada de una nueva era, de una era de cambios anhelados y transformaciones fundamentales.

Nuestros pueblos han perdido el miedo ser felices y a ser soberanos, prestos a enfrentar y vencer los obstáculos colocados en el camino liberador.

Uno de los grandes obstáculos, quizás el mas ominoso de todos, es la presencia militar directa y los planes de agresión del decadente colosos que nos oprime.

Por eso tienen tanto valor la lucha por la desocupación militar de nuestros territorios, por el desmantelamiento de las bases, campamentos e instalaciones militares del imperio.

Por eso exigimos la inmediata salida de las tropas gringas de todos y cada uno de nuestros países.

Exigimos el fin de la intervención militar yanqui, bajo el manto de la ONU, en la hermana República de Haití. Y les solicitamos encarecidamente a los gobiernos de América Latina que han enviado tropas a ese país, a no hacerle compañía al imperio agresor.

La seguridad de nuestras naciones debe ser asumida por nosotros y nosotras, por nuestros pueblos, por sus ejércitos soberanos.

El imperialismo ha sido históricamente la principal fuente de inseguridad, violencia saqueo, robo, crímenes y delincuencia.

Sería tonto aceptar que el ratón pueda cuidar el queso.

La divisa redentora de los (as) oprimido (as) de ningunas manera puede excluir este grito justiciero: ¡Ni un soldado yanqui en nuestra América!

¡Yanqui vuelve a tu casa!

¡Yanqui vuelve a tu casa!

Queremos una América Latina y un Caribe libre de tropas imperialistas.

Queremos una Patria Grande, suma de todas nuestras naciones, identidades y etnias, libre y soberana, sembrada de bienestar y justicia, de escuelas y universidades, de música y alegría, de alimentos y sana diversión, de amor y felicidad.

Cristo nos invita a sacar a los fariseos de nuestros templos.

Tupac Amaru nos convoca a librar este combate trascendental.

Bolívar, San Martín, Petión, O´Higgins, Louverture, Alfaro, Martí, Morazán, Duarte, Lemba, Juárez, Zapata, Tiradentes, nos llaman a cerrar filas.

Farabundo, Sandino, El Che, Allende, Camilo Torres, Fabricio Ojeda, Caamaño, las Hermanas Mirabal, Albizu Campos, Filiberto Ojeda… nos acompañan en esta marcha con Chávez y Fidel, este asalto a la fortaleza del pan, la justicia, la belleza y la alegría.

En Bolívar, en los próceres y en los héroes y heroínas de América nos encontramos todos (as)

¡Hasta la victoria siempre!

¡Nuestra Patria es América!

28 de abril.- 42 años después de la intervención militar de los EEUU.
Santo Domingo, República Dominicana.