La doctrina Monroe fue formulada por James Monroe, Presidente de Estados Unidos, hacia 1823. Se dice que su aplicación real no se dio sino hasta finales del siglo XIX, cuando se empezó a poner en práctica la idea de que América era para los americanos, no para Europa. Los americanos no eran todos los americanos sino los americanos de Estados Unidos. Desde entonces, la doctrina Monroe ha estado presente en el ideario que sustenta la política exterior de USA. Hay por supuesto otra doctrina Monroe, que es la que han aplicado los Presidentes de USA de las últimas décadas, que amplia la zona de propiedad. En estos momentos no es solo América, o Latinoamérica para los americanos de USA, sino el mundo todo, para USA. Es la doctrina Monroe global, que campea hoy en día. Es el nuevo imperio sustentado, como reconoció alguna vez Tulio Halperin Donghi, en relaciones de orden neocolonial.

Tanto la doctrina Monroe local como la global la encontré hoy, en su máxima expresión, en La Nación (jueves 15 del 2007, p 8A). Las declaraciones del Embajador de USA Mark Langdale, sobre el Tratado de Libre Comercio, los votos necesarios para su aprobación, el papel de la Sala IV y la información a Bush, me han dejado absolutamente pasmado por el fondo y la forma. Sus palabras dejan al descubierto hasta dónde ha llegado nuestro gobierno con tal de quedar bien con el Imperio. El Embajador de USA ha empleado la política de terrorismo verbal para amenazar a la ciudadanía costarricense, ha dicho cosas que solo en las épocas de intervencionismo directo se permitían con tanto desenfado. \"Para mi no importan los porcentajes (de apoyo al TLC); la mayoría sigue estando a favor y se tienen los 38 votos en la Asamblea Legislativa. Vamos a pasar\". Palabras textuales del Embajador del Imperio. \"Vamos a pasar\". Ahora es el Embajador el que define lo que va a suceder en el país y en la Asamblea. Si tuvieran nuestros políticos de turno algo de dignidad le pedirían al gobierno de USA que retire inmediatamente al señor Langdale. Es ofensivo lo ha dicho y cómo lo ha dicho. Paradójicamente antes don Oscar Arias se plantaba a los norteamericanos. Hoy es un simple ejecutor de una política de intervención neocolonial. La información de la Nación es digna de ponerse en un museo de la infamia nacional. Es oprobiosa para todos nosotros. No encuentro parangón con otras épocas.

Me avergüenza de veras que hayamos llegado a soportar tales desplantes en nuestro propio país. Costa Rica no es tan indigna como para llegar a esto. Dice el Embajador: \"Solo un 3% de las aguas negras recibe tratamiento. Para mí es increíble, es lo peor en la región\". Increíble que diga eso y no diga nada de la Caja del Seguro, del ICE o de nuestra cobertura educativa. Porque eso no le interesa. Con el TLC vamos entonces a darle un tratamiento del 100% a las aguas negras. Es ridículo y lamentable. Es con estos socios con quienes se ha negociado un Tratado. Con estos educados y discretos mandarines que debemos ahora recibir con genuflexiones. De veras que da cólera que no digamos nada, que pensemos que ese es el mundo hoy. Con mucha más razón para oponerse al TLC y exigir a nuestras autoridades universitarias claridad y compromiso. Ellos, los socios, si están claros y hablan claro. Ahora somos parte de su doctrina, de su política y de sus intereses. Eso sin Tratado y ¿con Tratado? Despertémonos, por favor.

Gerardo Morales, Facultad de Ciencias Sociales