Sobre los sin tierra de la región de Buritis
Al pueblo brasileño, sobre los sin tierra de la región de Buritis
1. La prensa dio amplia cobertura a la ocupación de la hacienda de los hijos
del presidente Fernanado Henrique Cardoso (FHC) en estos días, por los sin
tierra asentados en Buritis. En esta región, hay muchas familias asentadas,
y en los últimos dos años, participaron en varias movilizaciones y
negociaciones, presentando sus reivindicaciones por recursos para producción,
vivienda y viavilización del asentamiento. El gobierno siempre prometía que
iba a resolver. El grupo se desmovilizaba y después que la prensa salía, el
gobierno no cumplía nada. El ministro miente todo el tiempo. Llegó a decir
que esas familias habían recibido 23 mil reales cada una. Basta que la
prensa pida el catastro de ellos en el Pronaf (Programa Nacional de
Fortalecimento de la Agricultura Familiar) y en el Incra (Instituto Nacional
de Colonización y Reforma Agraria) para saber cuanto recibió realmente cada
familia.
Ante esa desesperación, estaban hace dos días negociando nuevamente con el
Incra. Pero como nada sucedía, tomaron la decisión por cuenta y riesgo. Y
fueron con camiones y buses, de día, para la hacienda de los hijos del
presidente, como forma de presión.
Llegando allá, como no había nadie, terminaron entrando en la hacienda y en
la casa...
2. Reconocemos que la ocupación fue una actitud precipitada. Pero
entendemos el sentimiento de los trabajadores de sentirse engañados y
despreciados por las mentiras del ministro Raul Jungmann hace tantos años.
El pedido de demisión de la señora María de Oliveira, y del Juez de apelación
Gercino da Silva, magistrado agrario, es la prueba de cómo el gobierno
miente, pues incluso ellos, a pesar de ser los asesores directos del
ministro, se sintieron traicionados. Ese gesto reafirma la dignidad de los
funcionarios públicos, que prefirieron quedarse con la verdad y con los
trabajadores.
3. El gobierno intentó echar la culpa a la campaña electoral, a los partidos
políticos y al Gobierno de Itamar Franco, eso es tan solo querer esconder su
incompetencia y su deshonestidad en el trato de los problemas sociales, y
buscar culpables fuera del gobierno. ¿Qué legitimidad tendría el ministro
Raul Jungmann de hablar de clima electoral, si el mismo es supuesto candidato
a presidente?
4. El ministro Aloisio Nunes alega que los crímenes deben ser combatidos por
la Policía Federal. Sucede que realizar presiones y movilizaciones como
forma para denunciar y llamar la atención de la opinión pública no es un
crimen.
Tampoco la hacienda es un símbolo nacional y ni siquiera de propiedad del
Presidente y sí de sus hijos en sociedad con Juvelino Minero. ¿Será que
todos los lugares frecuentados por el Presidente son símbolos nacionales?
Si este gobierno está preocupado por combatir los crímenes, podría explicar
al pueblo, ¿cómo está el combate a los crímenes de cuello blanco; a los de
uso de los aviones de FAB (Fuerza Aérea Brasileña), para ir a la playa, por
parte del ministro Jungmann, del Procurador General de la República; los
crímenes de corrupción; de la escucha telefónica; de la recaudación ilegal de
dinero para las campañas?
5. Nadie tenía conocimiento previo de la movilización, que fue fruto de la
extrema pobreza y de la desesperación de los trabajadores de la región de
Buritis, víctimas de la constantes mentiras del gobierno.
6. El pueblo brasileño sabe que se trata de un problema social. Y un
problema social no se resuelve con Policía Federal, Ejército, o Fuerza Aérea.
Lo que los trabajadores de la región de Buritis quieren, son recursos para la
producción en sus asentamientos, quieren el asentamiento de las 80 familias
que aún están en campamentos. ¿Es pedir mucho? ¿Qué tal si el BNDES (Banco
Nacional de Desarrollo Económico y Social) en vez de socorrer a empresas de
comunicación y otras privatizaciones, ayuda a los pobres a salir de la
miseria?
Los trabajadores de Buritis son también víctimas de la política más general
del gobierno, que está acabando con la agricultura familiar (920 mil pequeñas
propiedades con menos de cien hectáreas desaparecieron en estos últimos años)
haciendo inviable los asentamientos y paralizando la reforma agraria en los
últimos años. El presupuesto para la reforma agraria en 1997 fue de
aproximadamente 2,7 mil millones de reales, en tanto que en el 2001, fue de
apenas ?mil millones! Los mismos funcionarios del Incra pueden testificar el
abandono de la política de reforma agraria por parte del gobierno.
7. La actual política económica y agraria, ha generado más desempleo, más
pobreza y más desengaño entre los trabajadores.
Esperamos que el pueblo brasileño entienda la actitud de los trabajadores, y
consiga discernir las verdades y las mentiras de este gobierno.
Brasilia, 24 de marzo de 2002
Por la dirección del MST de la región del DF y Entorno.
Joao Paulo Rodrigues