Colombia: lance de una odiosa visita

2007-03-15 00:00:00

Con gritos de ¡Bush asesino! miles de manifestantes recibieron la llegada de George Bush a Bogotá. El gobierno desplegó un gigantesco operativo policial con más de veintiún mil miembros ubicados en todo el centro histórico de la capital y a lo largo del recorrido que realizó el mandatario estadounidense.

Ley seca, enfrentamientos a piedra y cerca de 100 detenidos fueron el marco de la gris visita que paralizó las actividades de la ciudad durante todo el domingo. La fecha escogida para la visita, apenas pudo disimular el hecho de que dos días antes millares de colombianos salieron a la calle a protestar y la declaración que fue leída a lo largo del recorrido de Bush por el continente, fue apoyada por la Gran Coalición Democrática y en ella se señaló tajantemente: “ni la guerra ni el libre comercio convienen a los pueblos”

La pomposa visita que muchos calificaron de, apenas, una escala técnica en su viaje, no arrojó ningún resultado para Uribe, quien en su discurso no se atrevió a mencionar el TLC sino que, muy a la defensiva, reiteró sus explicaciones sobre el proceso con los paramilitares. Bush lo único que lleva en sus alforjas para mostrar a la oposición demócrata, es la garantía verbal de que Uribe respetará la independencia de la rama judicial. El silencio sobre el TLC y la afirmación de Bush de que luchará para su aprobación en su país, contrasta con la que hizo unos días antes en una entrevista donde afirmaba que su aprobación sería muy difícil. Bush lleva el estigma de haber bendecido a un mandatario fuertemente cuestionado por sus lazos con los paramilitares y Uribe el de haber recibido el apoyo del mandatario estadounidense más impopular de las últimas décadas.

A los periodistas extranjeros, a pesar de que se preocupan por el proceso con los paramilitares, les importó más los nuevos contingentes enviados por Bush a Irak. La prensa tuvo que entretenerse con el análisis del menú del almuerzo y el dispositivo de seguridad. Las palmaditas en el hombro que dio Bush a Uribe son un premio de consolación cuando tanto el Plan Colombia como el TLC están a punto de naufragar en el Congreso estadounidense.

La televisión oficial aprovechó para hacer la apología del TLC, pero en la cumbre… nada de nada. Esto muestra que la insistencia de los dos mandatarios en aferrarse a una agenda desgastada, simplemente profundiza la soledad que los ronda.

Mientras tanto la población comienza a despertar. La antipatía natural que provoca Bush puede contribuir a que la imagen del primer mandatario colombiano se desgaste. Vendrán semanas de protestas y debates y la obstinación de Uribe puede convertirse en el comienzo del fin de su reinado mediático.

Red Colombiana de Acción frente al Libre Comercio y el ALCA, Recalca

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Bogotá, Marzo 12 de 2007