Carta sindical latinoamericana ante las negociaciones de NAMA en la OMC

2007-03-15 00:00:00

Las organizaciones sindicales abajo firmantes llamamos a los ministros de comercio de los países latinoamericanos y caribeños que participan de las negociaciones del NAMA (Acceso a Mercados de Productos No Agrícolas) en la OMC a no ceder, en el actual relanzamiento de las negociaciones, a las presiones de los países del Norte porque se hagan más concesiones arancelarias, lo cual establecería severos límites a los “espacios de política nacional” para diversificar y desarrollar los sectores industriales en nuestros países, de acuerdo a la estrategia de desarrollo sostenible, tal como lo ha demandado el sindicalismo continental a través de la Plataforma Laboral de las Américas.

Desde los noventa, los países latinoamericanos y caribeños vienen atravesando por una importante crisis de empleo, manifestada en crecientes niveles de desempleo, precarización e informalidad que afectan principalmente a las mujeres y lo/as jóvenes. Este proceso fue causado, en gran medida, por las políticas diseñadas en el marco del Consenso de Washington, el cual podría verse agravado con los acuerdos sobre apertura industrial que se alcancen en el NAMA, y a los cuales vendrá a sumarse, indiscutiblemente, el impacto social y laboral de los Tratados de Libre Comercio ya firmados con los Estados Unidos, y los que, con igual formato, se decidan en el futuro próximo con los países de la Unión Europea y Asia-Pacífico.

En este escenario, exhortamos a nuestros gobiernos a sumarse a la posición que vienen asumiendo los países del NAMA11, hasta antes de la suspensión de las negociaciones, la cual viene impulsando que:

• en aplicación del principio “de reciprocidad menos que plena”, se necesita una diferencia de al menos 25 puntos entre el coeficiente de corte arancelario aplicable a los países desarrollados y el coeficiente de los países en desarrollo.

• se mantengan las actuales “flexibilidades del Párrafo 8”, de entre el 5 y 10%, que ya son bastante negativas para los países en desarrollo.

Dicha propuesta intenta enfrentar los coeficientes propuestos por Estados unidos y la Unión Europea, los cuales atentan contra la promoción del desarrollo y el alivio de la pobreza en los Países en Desarrollo, que cubren las tres cuartas partes de los miembros de la OMC.

Aún así, compartimos la preocupación externada por el sindicalismo de los países miembros del NAMA 11(COSATU, Sudáfrica, FEDUSA, Sudáfrica; CUT, Brasil, HMS, India; TUCP, Filipinas; CGT, Argentina, CTA, Argentina; UGTT, Túnez; NUNW, Namibia; KSBSI, Indonesia; CTV, Venezuela, UNT, Venezuela) la cual considera, en una reciente declaración que, aún en el caso de que dicha propuesta sea atendida por los países del Norte, seguirá prevaleciendo una falta de reciprocidad en las negociaciones, dado que estos países terminarán recortando sus aranceles industriales en 30%, comparativamente con los recortes propuestos para los países del Sur que pueden llegar a ser de 60%.

Ante este panorama, el sindicalismo considera:

• que los países en desarrollo deben aplicar reducciones arancelarias que estén en línea con la etapa del desarrollo en que se encuentran, para que sean sustancialmente menores que las reducciones asumidas por los países desarrollados. Esto ayudaría a los países en desarrollo a sortear su proceso de adaptación en sectores sensibles y evitar la conmoción social causada por la pérdida de empleos y el cierre de empresas que resultaría de una mayor liberalización

• que deben expandirse sustancialmente las flexibilidades disponibles para los países en desarrollo, permitiendo tanto la exención como menores reducciones para un cierto número de líneas arancelarias.

• que las flexibilidades tienen que permitir modificaciones posteriores en las líneas arancelarias, con el objetivo de responder a futuras necesidades de desarrollo industrial.

• que las recientes ofertas de cortes de subsidios agrícolas hechas por Estados Unidos y la Unión Europea no pueden llevar a los países miembros del NAMA 11 a aceptar intercambiar concesiones en materia industrial y de servicios en favor del acceso a los mercados agrícolas. Al respecto, no se observa la ventaja de mejorar la situación relativa de un sector a costa del empeoramiento de los otros dos. Por otro lado, es posible que una transacción de este tipo beneficie de manera diferencial a los distintos países en desarrollo, lo que introduciría un factor interno de conflicto y aumento de las desigualdades entre estas economías.

Por lo anterior, las organizaciones sindicales de países no miembros del NAMA 11 concuerdan con el enfoque de las organizaciones hermanas de los países del NAMA 11, por considerar que su diagnóstico y propuestas se corresponden también con las realidades de sus países.
Finalmente, hacemos un llamado a nuestros gobiernos para que la negociación del NAMA, y de los otros capítulos de la OMC, se realice de la forma más transparente e incluyente de los sectores sociales, sindicales y de los propios sectores productivos nacionales, ya que sólo de esta forma podremos asegurar la definición de políticas industriales que garanticen la creación de trabajo digno para nuestros pueblos.

Signatarios:

Coordinadora de Centrales Sindicales Andinas

Coordinadora de Centrales Sindicales de América Central

Confederación de Trabajadores Rerum Novarum-Costa Rica

Convergencia Sindical de Panamá

Confederación Nacional de Unidad Sindical, Republica Dominicana

Central Unitaria de Trabajadores de Colombia

Confederación Revolucionaria Obrero Campesina- México

Unión Nacional de Trabajadores- México

Plenario Intersindical de Trabajadores - Convención Nacional de Trabajadores de Uruguay

Confederación General de Trabajadores del Perú

Central Unitaria de Trabajadores- Chile

Organización Regional Interamericana de Trabajadores